Estaba pensando mientras miraba hacia el patio a través de la ventana de mi cuarto, ésta tenía numerosas gotas de lluvia decorándola.
Me encantaban los días en que llovía, cuando saltábamos los charcos de agua cuando volvíamos del instituto con Louis, la sensación de las gotas cayendo sobre mis rizos chocolate, la expresión de la profesora de matemática al ver mis libros de matemática mojados, entre muchas otras cosas que aún continuábamos haciendo. Pero a veces me gustaría vivir en otro lugar donde el clima sea más caluroso y soleado a menudo.
Al sentir mi celular sonar me aparté a buscarlo, tenía una llamada entrante de Louis, seguramente para ver que estaba haciendo. Minutos después nuestra conversación terminó, ya que mi amigo me exigió que me arreglara para ir al instituto porque ya venía por mí.
Mi pijama fue sustituido por el uniforme y cuando ya estaba por terminar de arreglar las cosas mi amigo ya estaba mirándome desde el umbral de la puerta.
(...)
La tarde estuvo aburrida, Liam, Niall y Zayn, mis amigos y también de Louis, faltaron por razones de las cuales yo desconocía. Después de que las clases terminaran llamé a Niall para averiguar que saber cuál era el motivo de su inasistencia. Lo que había sucedido era que él había pescado un refriado y se los había contagiado a Liam y Zayn.
Cuando llegó la hora de la cena no participé de ésta. Me sentía cansado, agobiado. Posiblemente por la situación de tire y afloje constante con Jayden. La noche anterior había pasado tan bien con Louis y él siempre está ahí para mí. La situación es siempre la misma; todo va extrañamente perfecto con Jayden, pasa algo, nos peleamos (Louis está conmigo mientras estoy mal) y después lo perdono, es así una y otra vez. A pesar de eso jamás dejé de amarlo. Ahora lo único que siento es decepción de mí mismo en no poder dejarlo, siento que si no estoy con él no voy a poder ser mismo. Las primeras veces que habíamos terminado yo siempre estaba triste, recuerdo que Louis solía traerme mucho helado. Ya no debía sentirme triste, porque, por favor, no es algo nuevo.
Dejé los pensamientos de lado y decidí ir a dormir un rato.
Louis.
Hoy el día había sido como de rutina, omitiendo el hecho que todos mis amigos menos Harry habían faltado a clases. Después Harry se encargó de llamar a Niall y me contó que habían pillado un resfriado. El rizado hoy había estado en su propio mundo prácticamente toda la tarde, mirando al vacío sin razón aparente. Bueno con razón, pero una estúpida. Sé que él estaba mal por su ¿ruptura? Pero ya es hora de abrir los ojos y darse cuenta de que su hermoso y tan fiel que es su novio no lo quiere. Lo único que puedo envidiar de ese imbécil es la manera que Harry lo ama y lo aprecia, porque de verdad es un estúpido que no sabe valorar a Harry, creo que hasta un perro podría valorarlo más de lo que Jayden lo hace.
Decidí llamar a Harry para ver que hacía, tal vez podría ir a su casa y ver alguna película o algo con él, era viernes por la noche y siempre planeábamos hacer algo juntos.
— ¡Hola Haroooold! —Saludé cuando mi amigo había respondido la llamada, después del tercer pitido.
—Hola Louis—Respondió con voz ronca, más de lo habitual, lo que indicaba que seguramente lo haya despertado.
— Tengo que resolver algunas cosas y después voy para tu casa— Dije haciendo caso omiso a su mal estado y le corte antes de que me pudiera responder.
Me cambié de ropa y le avisé a mi madre que iba a usar su auto porque iba a lo de Harry. En el auto lo primero que hice fue recordar donde quedaba la casa de Jayden, Harry me había dicho mil veces donde era y lo bonita que era pero me costaba recordar donde era, hasta que me acorde de una fiesta que se había realizado en su casa y partí viaje a aquél lugar, que por suerte no quedaba tan lejos.
Cuando llegué a aquella casa algunas gotas de aguas comenzaron a caer del cielo, toque el timbre y una mujer que parecía ser dulce me pregunto quién era, me hice pasar por un amigo de Jayden y me dejó pasar, me dijo que el cuarto de su hijo era el tercero a la izquierda. Abrí la puerta sin tocar y me encontré con él y una rubia besándose y toqueteándose, lo que no me sorprendió, ninguno de los dos se habían dado cuenta de mi presencia hasta que tome lo tomé a él del cuello y lo estampé contra la pared.
—Mientras que tú te acuestas con esta zorra Harry está sufriendo por ti, pedazo de idiota— le dije soltando mi agarre de su cuello que ya lo estaba asfixiando y él aprovechó para pegarme a un lado del ojo— A mí no me pegas estúpido— dije más enojado de lo que estaba, le golpeé el labio haciendo que comenzara a sangrar y aproveche para pegarle una patada en el estómago, un rodillazo en sus partes y lo dejé en el suelo—A ver si puedes entenderlo así.
Abandoné su casa prácticamente ileso, con un pequeño dolor en el ojo que deseaba que no se ponga morado. Según el espejo retrovisor del auto solo tenía esa zona enrojecida, cosa que agradecí porque no se me ocurría algo creíble para decirle a Harry por si acaso.
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