LAS PRIMERAS CICATRICEZ

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Nuestro comienzo pudo ser mágico, pero eso no quitaría que tuviéramos problemas, o en su defecto, diferencia de opiniones. Como era de esperarse, ya habiendo más confianza y siendo una pareja, las conversaciones sobre su empleo, se hacían notar más faltando pocos días para que ella lo abandonase.
Yo quise aprovechar esa confianza para preguntar qué era exactamente lo que debía hacer ella frente a la cámara además de posar en ropa interior, y al comentarme, me enfurecí, sentí celos, y esos pensamientos machistas que me habían inculcado, además de hacerme sentir mal, florecieron, se hicieron más grandes y me obligaron a adoptar una personalidad autodefensiva, fui imponente con ella, me opuse a que ella siguiera allí. En ese momento, no pensé en nuestra conversación días después de ser novios, solo pensaba en que no iba a permitir que, a mi novia, otros hombres la vieran de esa manera, me parecía una falta de respeto contra mi persona, haciendo que yo sintiera dudas de sí era correcto aceptarlo, pero también me di cuenta de mi realidad, si yo no era capaz de pagar su deuda, no tenía ningún derecho a exigirle dejar ese empleo, por lo tanto, tras discutir tanto dicho tema, terminé callando y aguantando los días restantes. 
Por otro lado, Nat, era una persona muy liberal y extrovertida, tenía muchas amistades masculinas, femeninas muy pocas, salían juntos en grupo a playas, fiestas y más, yo por otro lado, no era así, muy poco me provocaba salir además de que no me daban permiso, lo cual me generaba dudas también de cierto modo, las cuales manifestaba exigiendo pruebas de las cosas que ella me decía que estaba haciendo, ella no se negaba y cumplía con lo que le pedía.

Y ahora, uno de los más grandes problemas que tuvimos en ese primero mes de novios fue su gusto por tomarse fotos un tanto subidas de tono, me afectaba mucho su trabajo hasta que lo abandonó, pero luego fue esto. Cuando yo la veía a escondidas sin conocerla, sus fotos no eran tan fuertes, pero con el pasar del tiempo y siendo novios, aumentaron en cantidades y yo sentía que no debía permitirlo, ella intentaba hacerme seguir seguro diciéndome que eso era modelaje, que uno de sus sueños es ser modelo y que, por ser de baja estatura, no pudo conseguirlo… Yo opté por aceptar y apoyarla, lo cual se me hizo muy difícil, mis amigos se burlaban de mí porque decían que mi novia no me respetaba, que cómo era posible que ella se tomara fotos en ropa interior y que las subiera a las redes sociales, envenenando mi mente y haciendo que yo incumpliera mis promesas de apoyarla, a tal punto, de prohibirle hacerlo, al menos no de la manera en que ella las hacía, que existían formas de ser modelo pero con ropa, vestidos, faldas y demás, pero que el estilo de modelaje al que ella estaba acostumbrada, yo no podía permitirlo.

Ella aceptó mi decisión entendiendo la situación en la que yo me encontraba, pero había veces donde se le olvidaba, subía una fotografía y eso nos traía más discusiones y problemas, pero también reconozco que yo falté, como saben, en las redes sociales, se pueden encontrar muchísimas fotos de modelos o de distintas mujeres haciendo las mismas cosas que Nat quería, y yo, tenía el cinismo de compartirlas, de reaccionar a ellas, acción que mucho tiempo después entendí que estuvo mal de mi parte, ya que, no podía tener el descaro de pedirle abandonar algo a ella por celos, cuando yo lo “disfrutaba” de otras mujeres, o en su defecto, ella sentía inseguridades porque hacia eso con las que yo consideraba mis amigas, y en mi terquedad y pensamientos machistas, no dejé de cometer esos errores, los cuales, la llevabaron a pagarme haciéndome sentir mal con las fotografías.
   
Estos problemas terminaban en discusiones infinitas, nadie quería dar su brazo a torcer, pero la mayoría de las veces, era ella quién aceptaba sus errores, y ya hartos de tantos pequeños intercambios de opiniones donde ninguno según era el culpable, llegamos al acuerdo, de lo siguiente: Ninguno haría algo que adentrara contra la relación, no nos íbamos a prohibir nada, pero que cada quién debía saber qué podía hacer y qué no, para lastimar al otro y no hacerlo, por lo tanto, si lo hacía, era porque quería adentrar contra la tranquilidad y estabilidad de lo que construimos en dos meses y que ya a un mes de novios, estábamos a nada de arruinar.

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