𝐏𝐔𝐑𝐄 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐀𝐑𝐊 | ᴋʟᴀᴜs ᴍɪᴋᴀᴇʟsᴏɴ

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B A C K   T O   T H E   S W A M P   O N C E   M O R E

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Camino por mi habitación mientras bebo de mi copa de sangre,  me acerco a la ventana para mirar hacia el exterior al tiempo que siento un pequeño piquete en mi cuello.

Confundida llevo mis dedos hacia el notando como estos se manchan de mi sangre.

—que...?

—que pasa? —aparece Rebekah por la puerta mirándome confundida.

—algo está pasando... —murmuro mostrándole mis dedos con mi sangre.

—sientes algo fuera de lo normal?

—no, estoy bien.

—bien, entonces es hora de que el demonio meriende —me da una manzana.

—podrías llamarla de otra forma, no crees?

—lo lamento, tienes otro nombre?

—aún nada.

—hazme un favor y no mueras mientras te cuido, Klaus me mataría.

Le sonrío al tiempo que llevo la manzana a mi boca, le doy una mordida para luego caminar hacia el sofá junto a la ventana para poder sentarme.

De la nada comienzo a sentirme algo mareada, cierro mis ojos unos segundos al tiempo que llevo una de mis manos a mi cabeza.

—que ocurre?

—no lo sé —la miro confundida.

—tienes fiebre —murmura tocando mi frente.

—creo que es mejor que me recueste.

En segundos me ayuda a levantarme para luego caminar hacia la cama, me recuesto sintiendo como mi cabeza gira levemente haciendo que mi visión se nuble un segundo.

Me acomodo algo incómoda en la cama mientras siento mi cuerpo sudar, con cada minuto que pasaba me sentía peor y el paño que Rebekah pasa por mi cuerpo no estaba sirviendo de absolutamente nada.

—me siento como si estuviera en un sauna —murmuro mirándola.

—que estés esperando un bebé no quiere decir que actúes como uno, se que mi sobrina y tú estarán bien.

—dejo de ser un demonio, no? —me burlo.

Cierro mis ojos sintiendo como mis párpados me agradecen, cada músculo de mi cuerpo se sentía cansado como si hubiera corrido una de las peores maratones.

Siento un paño frío posarse en mi frente al tiempo que unos pasos se acercan por el pasillo, abro mis ojos viendo en segundos a Elijah y Sophie aparecer por la puerta.

—que demonios hace ella aquí? —pregunta Rebekah rápidamente.

Vuelvo a cerrar mis ojos escuchando la discusión a lo lejos, llevo una de mis manos a mi vientre al tiempo que intento respirar hondo en un intento de alejar el malestar.

Los minutos comienzan a pasar cada vez con más lentitud, la noche ya había caído y con ayuda de los originales ahora me encontraba sentada en una de las hamacas en el patio mientras que Sophie fabricaba su elixir que supuestamente serviría para sentirme mejor.

Me levanto con cuidado sintiendo mi cuerpo temblar bajo la capa de sudor que me inundaba, entro a la piscina lentamente sintiendo como el agua helada relajaba cada músculo de mi cuerpo.

A los segundos Elijah llega a mi lado ofreciéndome un pequeño vaso con un líquido algo raro, lo miro fijamente para luego tomar el vaso y beberme todo el líquido de un solo trago, en cosa de segundos el espantoso sabor inunda mi garganta.