𝐏𝐔𝐑𝐄 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐀𝐑𝐊 | ᴋʟᴀᴜs ᴍɪᴋᴀᴇʟsᴏɴ

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A   W E D D I N G   I N   T H E
M I D S T   O F   C H A O S

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Respiro hondo mientras me miro en el espejo, los días habían pasado y verme en un vestido blanco mientras una profecía asechaba a la familia original y mi madre vuelve entre los muertos para decirnos que ni siquiera quiere a sus hijos parecía una locura, y aún más cuando nos encontrábamos en una cabaña en medio del bosque.

La puerta de la habitación se abre dejándome ver a mis hermanos con unos trajes demasiados elegantes como para ser real.

—hola solecito —saluda Damon llendo directo a la hielera en donde guardaba el alcohol.

—podrías intentar mantenerte sobrio hasta el: sí, acepto —Stefan lo mira mal.

—mi pequeña hermana se casará con el ser más mortal de la historia... Al que si mal no recuerdo intentamos matar en reiteradas ocasiones, eso merece un brindis!

Niego repetidas veces mientras una sonrisa aparece en mi rostro, Damon alza una de las botellas de bourbon para luego beber de ella.

—no te ves tan feliz... —murmura Stefan parándose a mi lado —sucede algo?

—si quieres huir solo dilo —Damon me mira seriamente —estacione mi auto cerca, solo pídelo y te saco de este lugar.

—gracias, pero no gracias... No quiero huir —niego levemente —es solo que nos casamos en medio de un caos por una profecía llena de muerte.

—querer estar con la persona que amas no te hace egoísta —me mira Stefan —solo debes estar segura de que lo que haces es lo que quieres.

Lo miro en silencio unos segundos para luego volver a mirarme en el espejo, esto es lo que siempre desee, pero no podía negar que estaba aterrada de miedo por que algo malo pase.

A los minutos Damon se había terminado una botella completa de bourbon, por lo que Stefan decidió que lo mejor era llevarlo a su habitación para alejarlo del alcohol antes de que haga una estupidez.

Tomo mi vestido con cuidado para bajarme de la plataforma e ir al baño para retocar una vez más mi maquillaje. De la nada escucho la puerta de la habitación abrirse.

—Stefan, puedes ayudarme!? —grito al tiempo que acomodo un poco mi cabello.

De la nada Klaus aparece por la puerta con un traje negro mirándome de pies a cabeza detenidamente, rápidamente tomo una de las toallas en un intento de tapar el vestido. Llámenme loca, pero realmente creo en estás cosas.

—no me digas que crees en todo eso de la mala suerte —me mira con una sonrisa burlesca.

—prefiero no arriesgarme antes de que algo malo pase... Lo que lleva, que haces en mi habitación?

—quería verte, luces hermosa.

—Rebekah te matará si sabes que estás aquí.

—amor he vivido lo suficiente para saber que si una pareja no sobrevive al casarse es por otras cosas y no por el hecho de ver el vestido de la novia.

—Klaus...

Una sonrisa aparece en su rostro mientras se acerca a mi para quitarme la toalla de las manos y dejarla a un lado mientras me recorre con la mirada.

—podríamos saltarnos todo e ir directamente al si, acepto —murmura haciendo que sonría.

—si, quizás sea una buena idea.