One kiss || Yeongyu [FINALIZADA]

7 ; Break Up

7 ; 'Ruptura'

Jueves, 19:15pm

El pelinegro quedó atónito.

—No puede ser, tengo que hablar con él.— Dijo preocupado.

—Salió con sus amigos para despejarse, no va a volver hasta la noche.—

—No falta mucho para eso, puedo esperarlo.— Se sentó mientras agitaba sus piernas ligeramente.

—Cielo, no creo que sea buena idea...— Acompañó al joven sentándose a su lado.

—Mamá... No quiero terminar con él.— La miró, sus ojos ahora se habían cristalizado y su voz se había quebrado.

Ver en ese estado al pelinegro rompía el corazón de esa pobre mujer.

Envolvió al joven en sus brazos dejándolo llorar entre ellos. —Lo siento.— Pronunció mientras algunas lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

Pero no era su culpa, y no había nada que ella pudiese hacer. Sólo intentar consolar a ambos una vez que tomasen la triste decisión.

—Y-yo— Suspiró. —Será mejor que vuelva a casa.— Dijo el pelinegro separándose del abrazo y secándose las lágrimas.

Él realmente amaba a su novio, pero comprendía que eran diferentes y también comprendía que ese momento llegaría algún día.

Algún día Soobin se cansaría de la forma de ser de Yeonjun. Como todos habían hecho en un principio.

Como mil veces había intentado cambiar su forma de expresarse hasta el cansancio.

Todos esos pensamientos pasaban por su cabeza. Él creía que sería diferente, pero cosas que pasan una vez, pueden volver a pasar. Yeonjun ya había pasado por esta situación antes y con otra persona.

—Siempre va a ser lo mismo, sin importar nada.— Se levantó de la silla y –despidiendo a la mujer– salió de la casa.

Salió de la casa, pero no estaba seguro de adónde ir con exactitud.

Podría ir a su casa, pero la soledad lo abrumaría a tal punto de llorar hasta caer vencido por el sueño. También podría ir al bar, pero conocía como regresaría a casa, o quizás ni siquiera podría regresar a casa.

Empezó a caminar sin un lugar exacto al cuál dirigirse, simplemente caminando sin mirar adónde iba. Ni siquiera se percató de que estaba lloviendo realmente fuerte y traía el paraguas cerrado en una mano.

Pero hacía frío, y su cuerpo batallaba por seguir de pie. En un balanceo inútil de su cuerpo para intentar dar un paso más, cayó de rodillas al suelo.

No intentó levantarse, simplemente se quedó de rodillas. No podía hacer ningún esfuerzo, realmente no se sentía bien.

—¿Yeonjun? ¿Qué haces, estás loco?— A lo lejos, podía oír una voz que se acercaba rápidamente.

Miró hacía arriba, pues ya no sentía el tacto de las frías gotas de lluvia sobre su cabeza.

—¿Qué te pasa? Vas a resfriarte, idiota, ya levántate.—

Reconoció rápidamente de quién se trataba.

—¿Jiwoo?— Apenas pronunció, su voz sonaba mucho más quebrada que antes.

A su lado se encontraba una joven sosteniendo un paraguas encima de las cabezas de ambos. La chica lo miró preocupada, tirando de su brazo para que el mayor se pusiese de pie.

Yeonjun lo miró extrañado. Lentamente se puso de pie, sintiendo un gran dolor en las rodillas, dolor que se extendía por todo su cuerpo. Sentía como si fuese a caer una vez más.