One kiss || Yeongyu [FINALIZADA]

17 ; Hate/One kiss

17; Odio/Un beso

Dos días después, Yeonjun ya estaba harto de todo. De su padre, de el trabajo, de sus amigos, de la vida, de el dinero... Y de Beomgyu.

El pelinegro estaba, de alguna forma, resentido. Estaba seguro, ahora que sentía su sangre arder, que tenía fuertes sentimientos por aquel chico. Verlo besándose con alguien como Taehyun no sólo le rompió el corazón, sino que también hizo que odie un poco su obvia atracción por el castaño.

Cuando llegó a su casa días antes, su padre le había preguntado que sucedía. Después de haberle insistido por un buen rato, Yeonjun soltó todo.

"Eso no es nada. Es tu culpa por haberte enamorado de otro hombre, hijo mío." Fue lo que el señor le habría respondido después de escuchar toda la historia. Esos comentarios desencadenaron una pelea verbal entre ambas partes.

Por un lado, Yeonjun se encontraba completamente fuera de lugar, asi que no tuvo miedo de gritarle a su padre por tales motivos.

Incluso, hasta llegó a lanzar una pieza de vajilla. El ruido de la cerámica impactando con el suelo y quebrándose en miles de pedazos de alguna forma le hizo darse cuenta de la situación, y pudo calmarse un poco.

Todavía se encontraba estresado, aunque no había hablado con su padre desde entonces.

Suspirando, salió nuevamente de la casa para tomar un poco de aire. Iría a visitar a un amigo luego de estar encerrado en su casa este tiempo.

Beomgyu apenas despertaba cuando vió su celular repleto de notificaciones. Suspiró y apagó el mismo.

Desde que llegó a su casa el día de los hechos, su celular únicamente recibía mensajes de Taehyun. Beomgyu estaba cansado.

A su vez, quiso comunicarse con el pelinegro, pero no lo lograba. Incluso fue a buscarlo a la biblioteca, pero no se encontraba trabajando. Se sentía tan mal. A estas alturas, sólo quería encontrarlo y relajarse con él.

Siguió pensando que podría pasar con el chico rubio.

"Tengo que salir de casa lo antes posible." Pensó. Él conocía bien a su ex, y no dudaba que ese chico vendría a buscarlo a la puerta de su casa para hablar si llevaba tantos días sin contestarle.

El castañó se dirigió al living, donde pidió prestado el celular de su madre para marcarle a Soobin. Se negaba rotundamente a encender su propio móvil para llamar a alguien más, asi que acudió al número escrito que su compañero le había dado los primeros días de trabajo.

—Hola Soobin, ¿estás en casa?— Preguntó.

—Hola, sí, estoy en casa. ¿Por qué?— Respondió Soobin, un poco confundido.

Beomgyu suspiró aliviado.

—No puedo explicarte nada ahora, pero lo haré si me dejas ir a tu casa.—