One kiss || Yeongyu [FINALIZADA]

9 ; Hurts to love somebody

9; 'Amar a alguien duele'

Domingo, 12:00 pm

—No te quedes ahí. Hace frío, pasa.— Dijo el pelinegro arrastrando del brazo al chico.

—Disculpa venir sin avisar, es que— Fue interrumpido.

—No te preocupes, pero espera un momento, estaba algo ocupado por aquí— Sonrió apenado y palmeó el sofá de la sala. —Siéntate, en un momento estoy contigo.— Dijo para regresar al asiento de la misma sala en la que se encontraba otro chico.

Beomgyu los miró. Aquel chico era rubio, tenía unos brackets que lo hacían lucir bastante tierno y parecía ser notablemente algo más joven que el pelinegro.

Por su punto de vista, dudaba que ese chico siquiera estuviese por terminar la escuela secundaria.

—Ya acabamos por aquí, aprendes bastante rápido.— Sonrió el mayor acariciando el cabello de aquél chico.

—Gracias por explicarme, no sé qué haría sin ti— Se puso de pie mientras guardaba unos libros en su bolso. —Ya debo irme, muchas gracias, de verdad, gracias.— Hizo una reverencia ante el mayor mientras se aproximaban a la puerta.

—No hay de qué, sabes que puedes volver cuando necesites ayuda— Le dedicó una dulce sonrisa. —Envíame un mensaje cuando llegues a casa, Kai.—

El mencionado asintió con una sonrisa y se marchó. El mayor suspiró y volteó a ver a Beomgyu.

—Disculpa. Ahora sí, ¿qué necesitabas?— Dijo un poco agotado.

El castaño lo miró. Realmente no sabía porqué estaba en esa casa.

—No lo sé. Me preocupaba que no respondieses los mensajes y un chico de la librería me dijo que te encontraría aquí.— Contestó rápido, casi apenado.

El pelinegro rió. —¿En serio? Lo siento, estuve un poco ocupado estos días.—

—¿Por qué? ¿Te sientes agobiado?—

Ambos se miraron, sin producir una respuesta.

—Lo siento, no somos cercanos como para que me cuentes tanto, ¿verdad?— El castaño bajó la cabeza.

—No es eso. ¿Pero por qué te preocupas por mí? Nos conocemos hace unos días.— Se rascó la nuca.

—Quería entablar una amistad contigo, eres una persona interesante que captó mi atención— Se detuvo. —Por eso me preocupo por ti.— Subió lentamente su cabeza. —¡Pero está bien si no quieres o no te interesa!— Miró hacia otro lado.

—Entiendo, no te preocupes, confío en ti.— Se sentó a su lado en el sofá.

—¿En serio?— Lo miró.

—Claro, te preocupas por mi y hasta vienes a buscarme a mi casa, no creo que alguien con malas intenciones haría todo eso.— Rió. —Pues mira, si me siento agobiado realmente. Dejé el trabajo por unos días para pensar un poco.—

El pelinegro le explicó al castaño cómo se sentía sin decir muchos detalles. Éste lo escuchó y preguntaba -inconscientemente- alguna que otra cosa de lo que el mayor le contaba.

—Me siento un poco incomprendido, sinceramente.—

—¿Por qué?—

—Simplemente nadie parece entenderme. Sólo tú. Tú si lo haces. Tú me entiendes— Lo miró. —Gracias, Gyu.— Sonrió dulcemente.

El castaño sonrió de la misma forma ante aquel inesperado cumplido.

—Pero ya me preguntaste mucho a mí, ¡es mi turno ahora!— Lo señaló rápidamente. —¿Tú cómo te sientes?—