DULCE MIEL

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Los rayos de sol se cuelan por la persiana entre abierta. Willow gruñe a la vez que se tapa, haciéndose una bola, con las cálidas sabanas. No quiere levantarse jamás. Hacía años que no se sentía tan cómoda como en este momento. Y eso que la cama se siente más pequeña que de costumbre, con ese cuerpo cálido pegado al suyo.

La coneja tarda solo unos segundos en recordar la noche anterior. Una tímida sonrisa surge en sus labios al revivirlo. Por eso ese maravilloso olor que se mezcla con el suyo por toda la habitación.

Como por acto reflejo Orión pasa un brazo por la cintura de la chica y la pega a su pecho. Buscando, aún dormido, ese afrodisiaco olor en su cuello.

Willow disfruta de la sensación y las atenciones. La noche anterior no pudo ser mejor a pesar de las circunstancias en las que ocurrió. Y ahora ahí estaba, junto a su hombre destinado. Un lobo que aunque brusco, cariñoso, que aunque grande, de alma pequeña y humilde.

No entiende todas advertencias y falsos temores de sus padres por un mundo con cambia formas de todas las especies.

Un grave gruñido le avisa de que Orión también se ha despertado. Eso y unos pequeños besos que envían escalofríos por todo su pequeño cuerpo. 

El hombre jamás había despertado tan tranquilo. Enredado con el cuerpo de su castaña y sabiendo que ya son uno. Y aunque solo falta su marca en ese hermoso y blanco cuello, tampoco quiere acelerar las cosas. Aunque ya van muy deprisa.

Orión está tan lleno de energía, aún disfrutando del olor del celo, que salta de la cama dispuesto a aprovechar todo el día. Energía que claramente la chica no comparte, pues se queja mientras el lobo tira de ella fuera de las sabanas.

- Cinco minutitos más.- Lloriquea la castaña enrollándose en su cintura, tratando de no perder el calor. 

- Venga mi conejita. Te sacaré a desayunar y luego iremos a visitar un lugar que se que te encantará. 

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- ¿Y a donde dices que vamos?- Sonríe ilusionada Willow mientras sube de un salto al gran todoterreno. 

Orión ríe por lo bajo mientras se asegura de abrochar el cinturón de la chica.

- ¿Te has tomado las pastillas?

La coneja asiente consciente de que aún está en celo aunque hoy se siente mucho mejor y las pastillas si la ayudaron. 

- Bien. Hay una linda cafetería a las afueras de la ciudad donde hacen la mejor tarta de queso del país. 

El hombre conduce tranquilo escuchando a su mujer hablar sobre la pastelería en la que trabaja en Sherfield. Aunque él ya la conoce bien. 

La radio suena suave y el día comienza bien para la pareja. Willow observa por la ventana del coche como los edificios quedan atrás y dejan paso a unos verdes y frondosos árboles, entre los que se entremezclan algunas casas.

De repente la música se ve interrumpida por una noticia de última hora. Debe ser urgente para que paren la trasmisión por lo que Orión sube el volumen y Willow presta atención. 

"Ultima noticia. Se ha encontrado un cadáver en pleno centro de la gran capital sobre las seis de la mañana. Se confirma por fin que pertenece a un cambia formas de antílope llamado Friso Banks."

Willow abre los ojos espantada por la horrible información. 

" Aún está por confirmar la causa de la muerte, aunque fuentes fiables aseguran que el hombre salió de madrugada de su casa y fue atacado por otro cambia formas, seguramente, carnívoro."

Un lobo para la conejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora