TRAGO AMARGO

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Lentamente Willow se da la vuelta, sin querer enfrentarlo en realidad. Los lobos tienen buena audición y ella lo sabe. Por lo que Orión ya debe intuir que es lo que ocurre.

La preocupación se refleja en el rostro de ambos. Un silencio tenso se instaura en el salón de aquella cabaña y Willow no sabe como confirmarle lo que acaba de escuchar. El teléfono queda a un lado, y cuelga, centrada solo en esos ojos amarillos e interrogantes.

-  Te están buscando.- Es lo primero que la coneja puede pronunciar.

- Jodido león de mierda.- Gruñe Orión enfadado tirando ligeramente de su pelo mostrando el estrés que le produce todo el tema.

Una guerra ha surgido entre los dos depredadores y está claro que Lion no quiere jugar limpio.

Los dos se encaminan hacia el televisor que encienden encontrándose con lo que más temían. Una rueda de prensa donde, el rubio de ahora odiosa sonrisa, explica que es él el asesino de toda esa inocente gente. 

Orión vuelve a gruñir cabreado mientras se pasea de lado a lado tratando de buscar una solución. Ahora todo el mundo cree que es un asesino en serie fugado, para variar.

Bueno... No todos. Con pesadez acepta los brazos que Willow ha abierto para él y ambos se acurrucan en el sofá. La chica trata de reconfortar a su pareja cuyo cerebro parece a punto de explotar.

Las encuestas muestran como Lion gana popularidad por haber encontrado al asesino que atemorizada la ciudad. Y Orión sale en todos los medios de comunicación como el más buscado. Con su fotografía y nombre completo. Una traición.

Orión se deja ver derrotado por unos segundos, tratando de buscar una solución en el hueco del cuello de su coneja que acaricia su espalda. Sus caricias y su olor lo tranquilizan lo suficiente para volver a ser objetivo y dejar locas ideas como ir y arrancarle la cabeza al político.

Y así se quedan, sin hablar, dejando la sopa enfriar y encontrándose el uno al otro en aquel sofá. Dándose unos minutos de paz porque saben que a la mañana siguiente todo volvería al ya normalizado caos de luchar contra aquellos que los quieren separar.

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El sol despierta a Willow que, perezosa, se deja enredar entre las sabanas. En algún momento Orión la ha llevado hasta la cama porque lo último que recuerda es ese incómodo sofá y el calor corporal del pelinegro.

Hablando de él, no se encuentra en la habitación. Y tampoco en la casa porque una escueta nota sobre la mesilla de nota de breves palabras se lo confirma.

"Salgo a trabajar, volveré en la tarde."

Un poco molesta por despertar sola, a pesar de que entiende la situación, se dirige a la ducha del cómodo baño frente al dormitorio. 

Seguramente Orión esté discutiendo con Archer y su grupo que dirija la manada sobre lo sucedido en la mansión. Willow se siente mal al pensarlo. Al pensar en que ha hecho perder a esta gente un pacto muy importante, y que ahora están bajo clara amenaza de uno de los hombres más poderosos del país. 

Siente que todo es su culpa. 

Tratando de despejar sus pensamientos, y una vez que se ha vestido con un lindo mono corto de color cereza que realza sus caderas anchas, decide dar un paseo de nuevo por los alrededores.

Tras unos diez minutos consigue llegar a la calle principal donde los distintos artesanos venden o intercambian sus cosas por otras. Un puesto de verduras apetitosas, una tiendita de cestos de paja o un taller donde trabajan el metal. 

Distraída Willow aprovecha para respirar algo de aire fresco.

- ¿Otra vez sin pan?- Una mujer enfadado llama la atención de la coneja que se para a observar la escena que se desarrolla a las puertas de la panadería.- Kara es la según vez en la semana que te no puedo comprar nada.

Un lobo para la conejaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum