3.

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No podía parar de pensar en Niragi desde lo ocurrido en la noche anterior, no puede creer que haya podido convivir con él de otra manera que no fueran solo insultos, sin embargo, lo logró. ¿Podía considerarlo un logro?

Era poco común en Niragi esa actitud tranquila, y en Chishiya era poco común que se le viera simplemente hablando con alguien.

¿Qué será? ¿Qué será?

Estaba hecho un desastre, metido en un trance que parecía eterno. Estaba envuelto por el silencio de su habitación mientras estaba acostado en su cama. Lo único que lo acompañaba en esos momentos eran sus pensamientos.

No podía quedarse todo el día ahí, pues debía ir a conseguir más cartas para ese lugar en donde estaba. Se sentó y luego se levantó de la cama, no quería ir pero tampoco quería morir.

Salió de su habitación, caminó y caminó, bajó escalones y más escalones, hasta que estaba fuera de la playa. Debía ir a hacer su misión.

• • •

¿Desde cuándo es atractivo?

Por otro lado, Chishiya no es el único que se sentía así, Niragi estaba incluso peor que el otro, este también estaba pensando en cómo se sentía respecto a Shuntaro. De hecho no era la primera vez que lo hacía.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el mismo Takatora alías: Last Boss, que entraba con su katana a la sala de reuniones de La Playa, lugar donde estaba Niragi recargado en una de las paredes de ahí con su arma, como siempre.

- Inusual de ti andar solo y sin chicas.

- No debería importarte -Dijo sin ganas-.

Sentía unas ganas inmensas de ver al otro. Quería insultarlo... No, quería golpearlo... No, tampoco... Quería besarlo.

Maldición

Tapó su boca con vergüenza, como si alguien más pudiera escuchar lo que pensaba. Se sentía tan expuesto por alguna razón, él sabía que estaba actuando de manera distinta a la que acostumbraba, pero no quería aceptarlo. No quería.

- ¿Dónde está Chishiya? -Miró a Takatora con una cara de pocos amigos muy notoria-.

- Fue a los juegos -Respondió sin importancia- ¿Por qué?

¿Qué? ¿Fue solo?

Despegó bruscamente su espalda de la pared, alarmado. Sabía que Chishiya era demasiado bueno jugando, pero le da igual, presiente que le irá muy mal si es un juego de picas.

Y, ¿Qué me importa?

Eso es lo de menos, solo comenzó a importarle más. Estaba molesto con él, molesto con todos. Sentía que de verdad ya no regresaría nunca. Traidor.

No podía hacer nada en esos momentos, ya se había ido, solo le quedaba esperar y ver si sí regresaba, si no, lo buscaría hasta encontrarlo, aunque tuviera que cruzar mar y Tierra para lograrlo.

Samura solo veía las expresiones en el rostro de Niragi sin saber qué había dentro de esa mente psicópata; se veía tan confundido, molesto, cabreado. Sí pensó que sería algo muy malo para estar así.

- ¿Para qué querías sab... -Fue callado indirectamente cuando Niragi levantó su mano en señal de "cállate"-.

- Ni una palabra más.

Dicho eso, Niragi se retiró del lugar con su arma de manera tranquila, esas emociones mezcladas ya lo habían dejado y ahora estaba tranquilo. Qué molestia.

[• • •]

Ya estaba de nuevo frente a ese hotel "La playa" ya se hartó de ese nombre y todo lo que tuviera que ver con ese lugar, ya quisiera irse y nunca volver. Dejó sus pensamientos de lado y entró al lugar.

Mientras más se adentraba, más se escuchaba la molesta música y los gritos de los habitantes de ese hotel en cierto lugar donde se centraban siempre.

Entró sin prisa alguna a aquel edificio donde había una que otra persona en un lado y otras en otro, ya se drogándose, tomando o casi follando ahí mismo en frente de todos. Qué enferma situación.

Él solo quería entregarle esa carta a Hatter y tomarse unos días de descanso después de tanto aprieto por los juegos letales. Sentía demasiado estrés y desesperación, después de todo, eran emociones que no podía controlar a pesar de querer mantener la calma.

Emprendió aquél iterativo caminar que hacia todos los días para poder llegar a su habitación, sinceramente le cansaba mucho, ya no quería hacerlo.

Caminar, caminar; escaleras, escaleras y... ¿Niragi?

El mencionado estaba fuera de su habitación.

Shuntaro miró atrás de él, por si había alguien más a quien podría estar esperando Niragi para, quién sabe, hacer sus cosas. No había nadie, respecto a esto, avanzó un poco acercándose a dónde estaba el otro.

- Que yo sepa, la fiesta no es aquí. -Dijo tratando de llamar la atención del otro-

Suguru lo miró, se miraron, se dijeron más de mil palabras con solo mirarse por unos segundos. La mirada de Niragi estaba más brillante que nunca.

¿O era imaginación de Shuntaro?

- Para mí sí. -Habló sin consciencia. Estaba cegado por las emociones mezcladas que tenía por ver a Shuntaro de nuevo-.

Ladeó su cabeza curioso, escuchó lo que Niragi dijo, mas no logró asimilar lo que trataba de decir. Decidió avanzar un poco más para acercarse a la puerta que daba a su habitación. Pensaba evadir lo que quisiera decirle.

Chishiya... Te quiero justo ahora.

Se acercó y tomó del brazo al de menor estatura de manera brusca, lo atrajo hacia él haciendo que quedarán frente a frente, mirándose a los ojos.

Chishiya...

Tomó el mentón del chico dueño de sus pensamientos con sus dedos de una manera suave y tranquila. No pensaba en lo que hacía, solo seguía sus exigentes deseos.

Sus ojos se miraban fijamente, su rostro estaba a escasos centímetros de pegarse por completo, quería besarlo y no estaba dudando ni un segundo en hacerlo.

Pero se detuvo, dejó de lado ese sentir y de manera brusca tomó a Shuntaro por la sudadera sin saber cómo reaccionar. Estaba actuando sin pensar mientras el otro no le quitaba esa mirada tranquila de encima, siempre estaba así.

- Dame la carta -Le ordenó de manera exigente-.

Ah... Era eso. Pensó Chishiya.

Llevó una de sus manos a un bolso de su sudadera y buscó a través del tacto la dichosa carta. Después de unos segundos, la tomó y la sacó, levantando su mano entre Niragi y él.

El más alto lo soltó, de la misma manera brusca con la que lo había tomado antes, y agarró la carta arrebatándola de su mano.

Abandonó el lugar y a Chishiya, sin importarle nada más que entregarle la carta a Aguni y que Aguni le diera la carta al sombrerero. Caminó sin mirar atrás, reprimiendo sus sentimientos una vez más.

Chishiya se quedó con la mano levantada por un buen rato y después la llevó de nuevo a adentro de una de las bolsas de su sudadera. Miró al suelo, pensativo.

¿Qué te pasa, Niragi?


𝘖𝘤𝘶𝘳𝘳𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 [♡︎༄] 𝘕𝘪𝘳𝘢𝘴𝘩𝘪𝘺𝘢حيث تعيش القصص. اكتشف الآن