10.

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Miró el lugar por el que andaba sin importarle mucho lo que veía ahí, sólo estaba caminando sin sentido, ni siquiera sabía cuando agotaba su visa.

¿Cuántos días habían pasado desde aquél incidente?

El sonido de las llamas quemando su piel volvieron a escucharse en su mente.

Casi podía olfatear el olor del fuego de nuevo.

Llegó a un lugar lleno de enormes contenedores de distintos colores, haciendo que se detuviera al ver el dirigible que pasaba por encima del lugar y de él con la carta correspondiente a la zona de juego.

Rey de tréboles

Se acercó a una mesa que estaba cerca del gran portón en frente suyo y vio un letrero en la mesa.

"Tome una pulsera y espere a los demás jugadores"

Tomó la pulsera sin pensarlo y la colocó en su muñeca. La pulsera cerró por completo aferrándose a su muñeca.

Se fue a caminar a otro lugar sin sentido alguno esperando a que llegaran otras personas para poder jugar.

Se alejó un poco de la zona de juego hasta que escuchó un auto estacionarse cerca. Miró.

Era un auto rojo.

Las personas que iban en él eran muy familiares.

Increíble.

Observó a los chicos que se acercaban a la misma mesa de donde tomó su pulsera.

Comenzó a acercarse.

– ¿Cinco personas? Sólo somos cuatro. –Usagi se preguntó eso al ver el letrero que decía sobre la cantidad de jugadores–.

Las personas eran: Tatta, Arisu, Usagi y Kuina. Qué buen grupo le había tocado.

– Tienen suerte de que yo esté aquí

Niragi estaba recargado en el auto rojo y recibió la mirada de todos al hablar.

– Niragi –Arisu estaba completamente quieto de la sorpresa–.

– ¿Cómo sigues vivo? –Tatta tampoco entendía– Yo no haré equipo contigo.

– ¿Eso qué? ¿Qué importa?

Suguru miró a Hikari, era lo más importante ahora mismo. Se acercó haciendo que la chica se pusiera alerta.

– ¿Dónde está Chishiya, Kuina?

Kuina se sorprendió por la pregunta. Es verdad, llevaban mucho tiempo sin verse y sería evidente que quiere encontrarlo.

– Realmente quiero decirte, pero debemos jugar antes de eso. ¿Podrías ayudarnos y después te ayudaré? Estaremos a mano si lo haces.

Suguru lo dudó, pero igual accedió. Necesitaba verlo lo más antes posible.

– Igual, el brazalete ni me lo puedo quitar –Niragi dijo eso mostrándole su muñeca a Kuina–.

La chica asintió.

– Tomen sus pulseras para poder comenzar.

Todos se colocaron el accesorio.

– Oye, solo recuerda que es un trabajo en equipo –Tatta le dijo eso a Niragi sabiendo que no se le da bien–.

– Ya qué.

"Registro completo. Por favor, entren al campo de juego" Habló una voz robótica.

Las puertas se abrieron y todos se miraron.

𝘖𝘤𝘶𝘳𝘳𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 [♡︎༄] 𝘕𝘪𝘳𝘢𝘴𝘩𝘪𝘺𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora