[¤ 𝐃𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫𝐨𝐮𝐬 𝐥𝐨𝐯𝐞 ¤] •𝐌𝐢𝐤𝐞𝐲 𝐘 𝐓ú•

~¤ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 33 ¤~

[...]

De inmediato se quito el casco de motocicleta, dejándome ver a un chico de cabello corto y negro, al principio pensé que era alguien que conocí en la escuela o en otro lado, pero al ver sus ojos supe de quien se trataba.

- Mikey... - Dije suavemente.

- Así es, cuanto tiempo sin verte mi princesa.

En cuanto vi a Mikey mi cuerpo se quedo totalmente congelado, aun no podía creer que la persona que estaba enfrente mío era Mikey, el mismo chico que había amado desde hace años.

- ¿Mikey? ¿Eres Manjiro Sano?

- Si.

Lentamente me acerque a el para verlo mas de cerca, sin duda alguna era Mikey, lo que no entendía es que hacía aquí, había muy poca probabilidad de encontrarnos.

- Lamento haber tardado en buscarte. - Dijo mientras me acercaba a el para abrazarme - Tenia que cambiar muchas cosas en mi vida.

- ¿Eh?

- Recuerdas que prometí convertirme en un hombre que pudiera protegerte y sobre todo en un hombre con el que no corras peligro, como sucedió en el pasado.

- Mikey...

En ese momento sonó mi teléfono.

- Lo siento, debo responder. - Me separe un poco y respondí la llamada.

Llamada.

- ¿Si? ¿Diga?

- Hola ________, ¿Cómo va el viaje en Filipinas?

- Bien. ¿A que debo tu llamada Kaoru?

- Solo quería darte una pequeña sorpresa.

- ¿De que se trata?

- Tu querido pandillero esta en Filipinas, déjate de tonterías y arreglen las cosas. Ya comienzo a cansarme de que hables solo de el.

- Lamento eso, pero llamas un poco tarde.

- ¿De qué hablas?

- Nada, luego te explico. Suerte en Francia. Adiós.

Fin de la llamada.

Cuando termine de hablar con Kaoru, Mikey me miraba con sorpresa.

- No me digas que tu y el...

- No se que estas pensando, pero no. -Lo interrumpí - El solo es mi amigo, además hace años se caso con una compañera del colegio, sea lo que sea que te estés imaginando no es verdad.

- Menos mal. - Suspiro aliviado - Por un momento pensé que tu...esa pulsera.

De la nada tomo mi mano izquierda, en la cual tenia la pulsera que Mikey me regalo años atrás.

- ¿Aun la usas? - Me pregunto sorprendido.

- Si, nunca fui capaz de quitármela. Además de que me trae muchos recuerdos.