Capítulo 2

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Ya era Jueves, habían pasado cuatro días desde la llegada de James.

Durante estos días Aiden sentía que tal vez podría llegar a disfrutar ir a la escuela. Es cierto que James se llevaba bien con todos, pero para sorpresa del más bajo, este se quedó en el puesto que escogió durante su primer día.

Aiden a aprendido bastante acerca del moreno, como que es de Brasil y decidió tomar el intercambio porque su madre le insistía que era una buena forma para practicar su inglés. O que planeaba hacerse un septum. Bueno, no es que fueran taaantas cosas, pero es primera vez en mucho tiempo que Aiden conoce a alguien nuevo.

Iba sonriente por los pasillos, ni él sabía por qué hablar con James le ponía así. Bueno, decir que hablaban es debatible, ya que Aiden más que nada escuchaba al otro hablar, pero es un muy buen oyente, le agradaba lo carismático que era el más alto al expresarse.

Aunque, al entrar al salón, cualquier rastro de sonrisa en su rostro se desvaneció cuando notó como James no estaba sentado en el puesto junto a él, sino que estaba sobre una mesa del otro lado de la sala. Y para su sorpresa, estaba hablando con Yul.

Yyy, ahí se fue una posible amistad.

–Supongo fue bueno mientras duró. –Dijo para si mismo.

Aiden tan solo se dirigió a su puesto, para proceder a colocarse sus audífonos y esperar que la clase diera inicio.

Lo que no notó, fue que James miraba cada cierto tiempo hacia su dirección.


RIIIIING, sonó la campana. James se había quedado junto a Yul durante las clases, así que Aiden ya estaba decidido de olvidarse del brasileño. No sería difícil, era hora de almorzar y el chico se moría de hambre. Eso le distraería.

Traía comida desde su casa, por lo que no debía de perder tiempo en la cafetería.

Aiden no era muy fan de los espacios con mucha gente, por lo que prefería ir a comer afuera. Esto no estaba del todo permitido, pero conocía a un guardia que siempre le dejaba salir durante la hora de comer.

Se sentó en el pasto y sacó su termo.

–Ahh, algo de paz y tranquilidad.

–¡Hey, Aiden! –Aiden retiró lo dicho. –¿Puedo comer aquí?

–¿Cómo es que estás acá afuera? Se supone está prohibido.

–Eso creía, hasta que te vi salir por esa puerta. –A punto hacia la puerta que estaba más cercana a ellos. –Al principio el guardia me detuvo, pero le dije que era amigo tuyo y por alguna razón me sonrió y me dijo que podía salir.

¿Amigo?

Aiden lo miró por unos segundos sin decir nada, James asumió que no diría algo pronto, así que siguió hablando.

–Te estaba buscando para invitarte a mi fiesta de bienvenida. Será en casa de Yul, me dijo que podía invitar a quien yo quisiera.

Tras oír las palabras "fiestas" e "invitarte" en una sola oración, Aiden juró que escuchó mal. Debía de asegurarse.

–Disculpa, ¿qué?

–¿Qué pasa? ¿Necesitas que te explique con peras y manzanas? Te estoy invitando a mi super fiesta de bienvenida amiguito.

Aiden lo miró con una ceja arqueada.

–¿Te estás burlando de mi? –Preguntó, un poco a la defensiva.

James lo miró confundido.
–¿Qué acaso no puedo invitarte?

–No, no es eso, es tan solo que... –Aiden se sentía un poco irritado, pero debía calmarse y tan solo hablar. –Jamás me habían invitado a una fiesta, y no sé, supongo que creí que era una broma o algo.

–¿Qué? –Ahora James estaba confundido. –¿Qué jamás has ido a una fiesta? ¡Entonces aún más razones para invitarte! ¡Vamos, dame tu número para compartirte los detalles!

El brasileño se le notaba eufórico. Sus ojos parecían brillar y tenía una sonrisa boba en su rostro. Parecía un perro queriendo que le tiren una pelota.

Por otra parte, el de cabellos bicolor seguía cuestionándose la situación. Una parte de él lamentablemente aún tenía dudas con respecto los motivos de James para invitarlo. Que la fiesta al parecer fuera en casa de Yul no ayudaba, le generaba desconfianza.

Pero después de pensarlo y batallar con sus pensamientos, Aiden cedió.

–Está bien, acá tienes. –Dijo rendido y le pasó su teléfono a James para que este guardara su número. –Pero solo porque creo que sería grosero decirte que no.

–¡Yu-huu! Te veré ahí entonces, ¿no? –dijo James guiñando, Aiden tan solo rodó sus ojos.

–¿Me dejas comer ahora? –El brasileño tan solo rió.

Parece ser que James genuinamente considera a Aiden su amigo. Solo han pasado cuatro días, pero el más pálido debe de admitir que sí siente un poco de cercanía hacia el moreno. Debería intentar dejar de dudar tanto con respecto las intenciones de los demás.

Tal vez perder el interés en James no sería una buena idea después de todo.

𝐇𝐢𝐠𝐡 𝐒𝐜𝐡𝐨𝐨𝐥 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 | 𝘍𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤 𝘑𝘢𝘪𝘥𝘦𝘯Where stories live. Discover now