Capítulo 3

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Jueves

12:30 James
Reenviado
Fiesta en casa de @Yul el sábado a partir de las 21:00 lleven donaciones 👍

Aiden se encontraba dando vueltas de un lado a otro en su habitación, agitando sus manos en el aire, de vez en cuando agarrando su cabello bruscamente.

Estaba ansioso. La fiesta era tan solo en unas horas y lo único que había hecho durante todo el día era releer ese mensaje y procrastinar.

Dios los nervios le ganaban. No quería ir, pero el día anterior James había estado toda la jornada pegado a su lado, claramente emocionada por pasar tiempo con el de cabellos bicolor en la fiesta de hoy. Se iba a sentir culpable si cancelaba a último minuto.

Aún así deseaba que le saliera un compromiso más importante de la nada para no ir.

Volvió a abrir el chat de James y leer el mensaje que tanto le atormentaba, pero fue interrumpido por una llamada entrante.

Ni siquiera leyó el nombre en la pantalla, tan solo lanzó su celular a su cama por el pánico que quien estuviera llamando fuera cierto moreno queriendo confirmar si lo vería hoy o no.

Para su suerte, tan solo era su mejor amiga.

Agarró su celular y contestó.

–Oye Aiden, ¿sabes si-

—LAKE.

Lake, su mejor amiga desde siempre. Solían ir a la misma escuela, pero Aiden se cambió de colegio cuando pasaron a preparatoria, su madre creyó que era lo mejor para que transicionara en cuanto el ámbito social sin mayor problema.

–Dios mío Aiden, casi me dejas sin tímpanos. –Dijo la alemana tras tremendo grito. –¿Qué pasa? No sueles gritar a no ser que estés ansioso.

Aiden suspiró antes de hablar.

–Hola Lake, es solo que, ¿recuerdas el chico del que te hablé? –"¿James?" Preguntó la chica del otro lado de la línea. –Sí... James, pues, le van a hacer una fiesta de bienvenida y él realmente quiere que vaya.

–¿Y? No veo cuál es el problema.

–Yo. En una fiesta. ¿En serio crees que eso podría salir bien? –Dijo de manera irónica. Énfasis en crees.

–Pero sería una buena oportunidad.

–¿Oportunidad de qué? Es como si tu fueras a una fiesta.

–Aiden, sabes que me han invitado varias veces, pero mis padres jamás lo permitirían.

–Espera, ¿tú si quieres ir a fiestas? –Debía de admitir que eso le agarró por sorpresa. A él realmente jamás se le hizo llamativa la idea de estar en un lugar oscuro y lleno de adolescentes alcoholizados, pero al parecer la rubia no compartía este sentimiento.

–No lo sé, pero creo que podría ser divertido.

Aiden tuvo una idea.

–Oye, ¿No te gustaría ir a la fiesta de James? –antes de que la rubia le pudiera decir lo ridícula e improbable que era su sugerencia, Aiden siguió hablando. –Podrías decirles a tus padres que vienes a quedarte a dormir en mi casa, yo sé que me aman.

–Aiden, eres un chico. Mis padres ni aunque estuvieran muertos me dejarían ir a dormir a casa de un chico.

Esa fue la validación más extraña que a tenido en su vida, pero la chica tenía un punto.

Esto era más complicado de lo que parecía.

A veces hay que tomar medida a extremas.

–Y si... ¿Les dices que soy una chica? Que esto tan solo fue una fase y que jamás dejé de ser... mujer. –Se iba a arrepentir de esto más tarde.

–Aiden, sabes que no puedo mentir, mucho menos a mis padres. Si no quieres ir, tan solo di que no.

Por más que el chico sabe que una fiesta no es su ambiente, no quiere simplemente perder esta oportunidad. Por alguna razón se siente incluido. No le gusta admitir que le da algo de ilusión ir a una fiesta por primera vez en su vida. A veces odia que los humanos sean seres sociales por naturaleza, se podría evitar este tipo de pensamientos conflictivos.

–No lo sé Lake, supongo que a una parte de mi le da ilusión ir y experimentar la vida de un adolescente promedio. Estamos en nuestro último año, me gustaría hacer algo así contigo antes de salir y quién sabe, quizá no vernos en persona nunca más.

La rubia se mantuvo en silencio un buen tiempo. Tenía una beca asegurada para irse a estudiar en el extranjero, por lo que es verdad que este año podría ser el último en que ella y el chico se vieran el uno al otro sin la necesidad de una pantalla. Quizá, solo quizá, no sería mala idea mentirle descaradamente a sus padres.

–Está bien. Pero solo está vez. Lo que sí, no te olvides que mis padres aún así podrían decirme que no aunque les diga que eres una chica.

El de cabellos bicolor sabía que esa era una posibilidad, pero confiaba en que los padres de Lake la dejarían ir a dormir a su casa.


–Aún no puedo creer que eso haya funcionado.

–Mucho menos yo.

De alguna manera u otra, los padres de Lake habían cedido a que su hija durmiera en casa del chico de cabellos bicolor.

Aiden cuando recibió a los padres de su amiga tuvo que hacerlo viéndose y actuando de la manera más femenina posible, tampoco es como que fuera un chico tan masculino, pero debía de asegurarse que su farsa pareciera real. Y así fue, como después de un par de preguntas incómodas y una que otra mentira, los padres de la chica se habían ido.

Ahora estaban los dos recostados sobre la cama del más bajo, esperando a que fuera hora de salir.

–¿Tu madre de verdad está bien con que nos llevemos el auto? –Preguntó la alemana, quería asegurarse de no estar haciendo más cosas que le podrían traer horribles consecuencias si alguien se llega a enterar.

–Eres tú quien va a manejar, así que no se preocupa. Si fuera yo, esa sería otra historia.

–Ni siquiera sabes como encender un auto Aiden.

–Exacto. –Ambos rieron tras eso. –Pero bueno, ya son un poco más de las 21:00, si vamos lento seguro llegamos como en media hora. Ojalá haya tráfico, así llegamos aún más tarde.

Puede que ambos sean inexpertos en fiestas, pero sabían que si llegaban a la hora, se verían muy patéticos, conocimiento básico.

Lake se levantó primero para peinar por última vez su largo cabello rubio. Llevaba puesta una falda negra, una blusa manga corta blanca y un suéter de un solo broche azul marino. Además de un par de botines.

Aiden por su parte tan solo se había puesto un jeans de pierna recta que le quedaba algo grande (nada que un cinturón no arreglara), un beatle de cuello alto negro y sus converses rojas.

Una última mirada al espejo y salieron del cuarto del chico.

–Yo llevo la bebida, tu toma las llaves y los documentos del auto. –Indicó Aiden mientras iba de camino al refrigerador a sacar la botella de 2 litros de Coca-Cola.

Se dio cuenta de lo débil de era cuando el peso de la botella le tomó por sorpresa.

–Las tengo. –Dijo Lake con las llaves en mano para caminar en dirección a la puerta.

Aiden la siguió hasta la entrada, para salir de su casa y cerrar esta misma con llave.

Tomó aire y acomodó el cuello del beatle. Estaba nervioso, pero ya había comprometido a su amiga a esto, no podía acobardarse ahora.

–Bien, hagamos esto.

𝐇𝐢𝐠𝐡 𝐒𝐜𝐡𝐨𝐨𝐥 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 | 𝘍𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤 𝘑𝘢𝘪𝘥𝘦𝘯Where stories live. Discover now