Capítulo 3

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Ezra


—Ho-Hola, Ezra.

—Hola, Hilary.

Está tan cerca de mí, a solo unos cuantos centímetros, no tengo idea de qué debo decirle. No es que sea un inexperto con las mujeres, tampoco me creo el que sale con una diferente cada semana, sucede que no me esperaba llegar a esto. Con ella es distinto, siempre lo ha sido.

—Esto es raro, ¿no? —inquiere con una sonrisa—. Encontrarnos así después de tanto... Y no me refiero a la fiesta de anoche.

Creí que se había olvidado de mí por completo después de habernos separado durante varios años, luego de que a ella la cambiaran de colegio cuando éramos unos niños.

—Sí, esto es bastante raro.

Mantiene su sonrisa y aprecio con discreción sus pómulos. Veo cómo se ven más pronunciados cuando sonríe, con un ligero tono rosado, así la recuerdo desde que cursábamos juntos en el colegio.

—Y bien... —dice mientras se balancea sobre sus pies, como tratando de decirme algo que no entendí en el instante.

—Ah... ¿Quieres pasar? —Ella asintió sin dejar de sonreír y entra al departamento.

Tengo suerte de que todo está en su lugar cuando en ocasiones es un completo caos, lo arreglamos justo antes de salir esta mañana. No es que seamos flojos, es que a veces no tenemos mucho tiempo de hacer el aseo. Ella camina con lentitud mientras se mantiene con las manos hacia atrás, viendo todo alrededor.

Este espacio es el clásico departamento de dos estudiantes universitarios. Y un hombre que es intento de guardaespaldas que nos está "cuidando", si se puede decir así. Abandonamos la habitación del campus después de algo que sucedió que casi nos cuesta la expulsión. Pero eso es otra historia.

—Es lindo, todo esto lo es —dice sin dejar de sonreír—. Me gusta ese cuadro, aunque bueno, es un poster.

Señala hacia la pared. Hay un cuadro con el poster del disco Hysteria de Def Leppard, se encuentra por encima de donde tenemos un equipo de sonido. Hay otros más, pero ese es el que ha llamado su atención. 

—No sabía que te gustaba su música —le digo en cuanto me acerco a la cocina y abro el refrigerador para tomar una cerveza.

—Mi abuelo es fanático de su música. Y, ¿vives solo?

—No...

Justo cuando estaba a punto de responderle alguien abre la puerta, se trata de Chuck que entra de golpe sin avisar.

—Olvidé mi suéter, creí que no estaba haciendo tanto frio y... Oh, lo siento, no creí que tendrías visita —menciona mientras nos ve.

Atraviesa la sala y llega a su habitación. En cuanto sale lo veo que recoge su cabello en un moño desordenado. Ha optado ese estilo desde que su cita le dijo que se veía bien. Es algo vanidoso, cuida demasiado su cabellera. 

Inolvidable desastre [En proceso]Where stories live. Discover now