- Capítulo 9 -

693 66 60
                                    

"Bushido, la batalla del Nexo parte 1"

¿Cómo pudo ser tan imprudente?, ¿Por qué se negaba tanto a recibir su ayuda?, Ahora comprendía que él era capaz de cuidarse, de verdad entendía. Lo que no entendía, era por qué no se lo dijo antes de ir corriendo en bandeja de plata hacia ese pedante perro. Debían darse prisa y alcanzarlo.

- ¡Donnie! Rápido, por favor. Dime si ya está en el hotel. - el de bandana azul sacudía a su hermano, preocupado.

El de morado apartó un poco a su gemelo y revisó su aparato.

- Bueno, parece estar todavía en camino, si tomamos los pasadizos de las alcantarillas, podríamos acortar la distancia para llegar antes qué él. Según esto, se fue no hace mucho.

- Pues ¿qué estamos esperando? Vamos por él. - dijo Abril motivada.

Leo volteó a ver a la chica y luego a su familia. Huesos era el más preocupado de todos, ni el había notado que el muchacho se había ido.

- Entonces vamos por él. - Leo colocó sus odachis en su espalda y todos se encaminaron fuera de la guarida para dirigirse al hotel.

En otra parte de la ciudad, un conejo samurai corría por las azoteas, buscando no ser visto por la gente de ella. Mientras corría no dejaba de pensar en que quizá esto era una idea tonta. Sabía perfectamente que sus nuevos amigos irían por él, estaba seguro. Leonardo parecía el tipo de mutante al qué le dices "no vengas" y de inmediato va tras tuya. Por eso ni siquiera intentó dialogar con él para evitarlo. Lo mínimo que pudo hacer fue escabullirse.

Un salto más y se detuvo por unos segundos. No dejaba de oír un ligero "peep" desde hace rato. Se limpió una oreja con dedo, pero ahí seguía el ruido. Comenzó a voltear a todos lados para buscar la fuente del ruido, hasta que bajó la mirada y ahí se encontró con ello. ¡Donatello!

Estaba molesto, realmente molesto. Parecía un localizador, así que después de todo quizá sí tendría problemas para llegar a esa pelea sin que ellos se entrometieran. Debía hacer algo para cortar el rastro. Comenzó a voltear a ver a todos lados y para su enorme suerte, en la azotea en la que se encontraba había un dispensador de agua para pájaros. Seguro alguien de los que vivía ahí les daba de comer a las aves.

- Lo siento, Donatello. Pero quiero hacer esto por mi cuenta. - con fuerza arrancó el dispensador de agua para aves y vertió el agua en el aparato. No fue suficientemente fuerte como para cortar la señal por completo, pero gracias al agua, logró cortar un poco la señal debido al corto circuito. Lo que no pensó el tonto fue que ese pequeño electro shock también lo alcanzó a él.

- Okey, eso fue estúpido, Yui. Pero al menos ganaré un poco de tiempo. - aguantando un poco el dolor recién, volvió a correr en camino al hotel. Estaba a poco de llegar.

Al otro lado de la ciudad bajo carretera se oía un molesto Donnie.

- No, no, no, no..., ¡no, no no, NO!

- Ey, ey, ¿Qué pasa? - Rafael fue el primero en calmarlo.

Leo y los demás voltearon a verlos.

- Ese conejo es más tonto de lo que creí. Supongo que en serio no quiere que lo ayudemos. ¿Estás seguro de que quieres seguir, Leo? Literalmente el tipo acaba de cortar parte de la señal.

Adolescentes enamorados [FINALIZADA]Where stories live. Discover now