- Capítulo 11 -

546 65 26
                                    

Hola de nuevo, soy...

Leo se sentía devastado, su amigo ya no estaba o...no sabía que tanto no estaba...necesitaba saberlo...tenía que saber.

- Oye...si estás bromeando...juro que no es gracioso...- la pobre tortuga estaba a punto de llorar.

El conejo miró a su alrededor antes de ver de nuevo a la tortuga y a la otra tortuga de cinta morada. Algo avergonzado negó un poco desubicado mientras se soltaba del agarre de palmas con la tortuga.

- De verdad lo siento...pero no, no estoy seguro de quienes sean. No recuerdo haberlos visto antes. Perdón...- se incorporó en la camilla en la que estaba. - ¿Dónde estamos?

Leo bajó la cabeza, no tenía muchos ánimos.

- Pues...estás en nuestro hogar. Estamos bajo tierra. Es una guarida.

- Entiendo...y ¿dónde está el Señor Huesos?

Ambos hermanos se vieron rápidamente.

- Espera, ¿conoces a Huesos? , digo...¿Recuerdas a Huesos? - Leo volvió a tomar su mano, ligeramente feliz.

El pobre conejo ya no sabía qué hacer para que la tortuga dejara de tocarlo, por alguna razón se sentía...realmente incómodo.

- ¿Cómo que si lo conozco?, ¿Cómo ustedes lo conocen? Jamás me ha hablado de ustedes... - volvió a ver la mano que sostenía la suya y el rostro que lo veía. - nunca... - volvió a soltarse.

Leo miró a Donnie tratando de buscar una respuesta de qué hacer ahora. El de azul estaba realmente mal, no sabía cómo hablar o qué decir.

- Escucha, Usagi...No te hablaré con rodeos, seré directo. Sufriste un accidente hace una semana. Llevabas inconsciente esa cantidad de tiempo. Mi familia, Huesos y...mi hermano. - dijo esto colocando su mano en el hombro de Leo. - te hemos estado cuidando. Creo que como recuerdas a Huesos hasta los inicios desde que se conocieron tengo la teoría de que no recuerdas a partir desde el día en que nos conociste. Nos conociste aproximadamente hace menos de dos semamas, así que como no sé que tanto olvidaste antes de nosotros, solo puedo tener tu relación con Huesos como punto de partida.

El muchacho de blanco no estaba entendiendo, y en la negación de su cara y su silencio se notaba.

- ¡Muchacho! - entró Huesos al laboratorio. - Yui, ¿Cómo te sientes? Las tortugas me avisaron que despertaste y decidí salir temprano del restaurante. - el hombre se colocó del otro lado de la camilla para no quitar a Leo y a su hermano del otro lado donde ya estaban.

- ¿Señor? Estoy...estoy. - dio una última mirada a Leo y a Donnie y volteó a ver al hombre. - Confundido...¿Qué pasó?, ¿Ellos quienes son? Quiero ir a casa...

- Tranquilo, lo importante es que estás vivo. Te lo explicaré pronto, por ahora concéntrate en descansar un poco más y te recogeré mañana para ir a casa, ¿está bien?

Usagi seguía oyendo pero no podía evitar solo de reojo voltear a ver a Leonardo quien no quitaba la vista de él. Era intensa y algo inquietante la verdad. Su rostro se veía con ojeras, como si estuviera desvelado. Además su mirada algo vacía lo hacía sentir asustado pero a la vez no.

- Si, si de acuerdo...

Huesos le dedicó una última sonrisa antes de irse junto a Donnie. Pues ambos sabían que Leo quería un momento con él, desde que lo ingresaron al laboratorio hace una semana lo había pedido.

Adolescentes enamorados [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora