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Al siguiente dia, Rodrigo recibio un mensaje de un tal "Ivi" Mientras se aseguraba de que no faltara ningún cliente por atender.

Ivi:
Hey, soy Ivan

Abrió los ojos como plato y dejo caer la palma de su mano en la barra, asustandose a el mismo y llamando la atención de un ancianita que parecía jamás haber tomado un bubble tea y no sabía dónde rayos meter la pajita.

Miro hacia todas partes avergonzado, antes de llevar su puño a la boca del mordisquear uno de sus nudillos, viendo el mensaje desde su barra de notificaciones. Se había olvidado por completo que Ivan tenía tenía número, y el mensaje lo habia tomado completamente desprevenido.

Ivi:
¿Camila está por allí?

Una mueca de insatisfacción se cruzo por el rostro de Rodrigo, al igual que una sensación tan amarga como tomar un lata de cerveza de un trago invadió su garganta y se instalo allí, ¿Ivan solo le había hablado para preguntarle por Camila? Un sentimiento de tristeza se instalo en su cabeza, ¿Por qué Ivan tenia que preguntarle cosas como esas a el y no directamente a su novia?, ya se sentía como un simple canal entre Ivan y Camila.

Por unos instantes pensó en no responder el mensaje, pero no queria ser tan maleducado con Ivan, así menos se fijaría en el.

No estés pensando en robarle el novio a Camila, Rodrigo carrera.

Se golpeó mentalmente, ¿Por qué querría llamar su atención?. El no debía interponerse en  una relación, por mucho que le gustara Ivan no se arriesgaría en la intentar enamorarlo, eso no le iba y sin duda, no funcionaria.

Yo:
No, hoy no tiene turno

Se abstuvo de preguntar el por qué, tampoco quería sonar como un metiche. Revisando el mensaje y esperando alguna respuesta, se dio cuenta que no había saludado al menor, se susurro una pequeña maldicion hacia sí mismo.

Yo:
Y hola, se me había olvidado saludar, lo siento:(

¿Tal vez la carita triste fue demasiado? Rodrigo estaba teniendo un debate mental sobre el mensaje que iba a enviar.

¡DIOS YA LO MANDÉ SOY DE LO PEOR!

Cerró los ojos con frustración y se pasó una mano por la frente, había enviado el mensaje por error, y ya no lo podía borrar.

Ivi:
Eres tierno

—Dios mio y madre santa y todos los jodidos dioses del cielo —bloqueo su celular escondió su rostro entre sus brazos apoyados en la barra. Ivan literalmente quería darle un infarto, ¿Como ese hombre tenía tanto poder sobre el como que un simple mensaje tajante lo avergonzara?

No sabe cuanto tiempo estuvo en esa posición, creo que había cantado Las Mañanitas alrededor de 5 veces de puro aburrimiento y piedad por lo que sea que le deparará.

Sintió el motor de una motocicleta afuera, y separando un poco los brazos, se permitió ver por los ventanales por la remota idea de que fuese Ivan quien habría llegado, ¿Pero por qué habria de venir si Camila no tenía turno?

Bueno, eso Rodrigo se lo preguntaba a su única célula y al ser ahora viviente entre sus piernas al ver a Ivan con una maldita remera blanca extremadamente grande y un simple cargo gris.

Se enderezo sin poder creer que veía esas manos pálidas desde dentro del local. Se veían totalmente irresistibles. Un pequeño tic apareció en su ojo derecho al notar que Ivan llevaba su cabello con rulos mucho más marcados hoy. El pelinegro aparco la motocicleta y entro sin apuro la local, sonriendo al ver a Rodrigo como estatua frente a la caja y apoyo su casco entre su cintura y brazo.

—Hola, Rodrigo —Volvió a sonreír al llegar a la barra, sentándose frente al castaño quien le miraba completamente ido. Rodrigo vio esos anillos adornados en esas bonitas manos, y abrió la boca para saludar.

—Ahórcame —

Instantáneamente se llevó las manos a la boca al ver la sonrisa extrañada de Ivan y sin ceja arqueada. E inútilmente se agacho para ocultarse detrás de la barra y tomar una respiración para tranquilizarse, golpeo sus mejillas para intentar bajar el rubor que seguramente tenía y sujeto sus rodillas al sentir sus piernas temblar.
Luego de unos segundos, volvió a levantarse a un risueño Ivan con una sonrisa que intento hacerla lo más natural posible.

—Hola, Ivan —posó sus brazos en la mesada de mármol y una mueca avergonzada se instalo en su rostro al ver a Ivan reír. Sus ojos oscuros se habían achinado y sus dientes salían a relucir, blancos como perlas, aquellas mejillas y las pequeñas arrugitas alrededor de sus ojos mostró embelesado a Rodrigo por un momento.

Luego, los pensamientos de Rodrigo revolotearon nuevamente al chat, ¿Que hacia exactamente Ivan alli, si Camila no tenía turno?

Nuevamente, la esperanza de que Ivan si pudiese fijarse en el inundó su cabeza en un dos por tres. No existía otra razón para que Ivan viniera que no fuera el, ¿cierto?. El simple pensamiento de que eso fuese real, hacían querer a Rodrigo chillar y patalear como un niñito contento.

—¿Que haces aquí? Camila no trabaja hoy —Pregunto inocentemente, mordiéndose la lengua para no soltar cualquier otra burrada como la anterior.

Sacudió su cabeza internamente, de todas las cosas que podía decirle a Ivan, específicamente debía ser "ahorcame". Se sentía ridículo, patético y horriblemente pervertido por haber descubierto el fetiche de querer que Ivan colocara esas fuertes manos en cualquier parte de el.

Vio a Ivan quedarse pensando un momento, como si no supiera exactamente la razón por la cual habia venido. Y Rodrigo definitivamente no iba a admitir que eso le dolió.

—Estaba aburrido... y ya no tenía clases y me encontraba cerca y... —Ivan no le miro, si no que se puso a jugar con el servilletero,—Eso —Un silencio incómodo los apreso, y Rodrigo se rasco la nuca sin saber que decir.—Y tenía sed —agregó de pronto.

Rodrigo enarcó una ceja.

—¿Quieres que te prepare algo? —esa simple idea pareció iluminará el rostro de Ivan, quien asintio gustoso.—¿Que quieres? —pregunto, comenzando a arremangarse las mangas.

—Sorprendeme —Ivan elevo ambas cejas, apoyando su mentón en su mano.

De un pequeño refrigerador bajo la barra y saco un plátano congelado y leche de almendras, añadiéndole a la juguera con un par de pasas, paseo un poco por su lugar de trabajo para recoger la cocoa y la mantequilla de mani, añadiendo un poco a la juguera y comenzando a mezclar. Tomo uno de los vasos biodegradables y sacando un pequeño marcador negro de su mandil, lo hizo girar entre sus dedos y abrirlo para escribir algo en el vaso. Apago la juguera y vacío el contenido en el vaso, tapándolo e insertando un pajita de cartón. Camino hacia Ivan y le entrego el batido.

Ivan le miro curioso antes de darle un sorbo pequeño para probar. El pelinegro abrio los ojos con asombro y soltó un sonidito de satisfacción que logro una sonrisa engreída y orgullosa en el rostro del castaño.

—Esto está impresionante, ¿Que demonios es? —pregunto, dando otro sorbo y mirando lo que había escrito en el vaso.

Para Ivancito ♡

—Un batido de snickers vegano —Rodrigo apoyo sus manos en la barra, sacudiendo su cabello,—No está en el menú, así que corre por parte mía —.

Ivan le miro con una sonrisa socarrona, dejo el batido en la barra y dejo caer su mano peligrosamente cerca de la de Rodrigo, sintiendo el pequeño roce de sus dedos en su dorso.

—¿Te digo algo? —Rodrigo le miro expectante.—En realidad, te vine a ver a ti —

Rodrigo quedo desconcertado durante un par de segundos, incapaz de creérselo. Busco algún rastro de broma en el rostro de Ivan, pero no encontró nada más más sinceridad en esos profundos ojos que se conectaban con los suyos. Y luego sintió el dedo índice de Ivan acariciar suave y sutilmente el dorso de su mano.

Bueno, luego de que Ivan avisara de que iba al baño, el realmente comenzó a chillar y a patalear como un niño.

𝗙𝗢𝗥 𝗠𝗘?Where stories live. Discover now