Volver a ti +18 - Pedri González

Antes +18

TRES AÑOS ANTES
NARRA EVA

Todos mis amigos cantaban a todo pulmón cumpleaños feliz mientras yo sonreía detrás de mi tarta y las velas.

Mis diecisiete.

La casa de playa estaba a rebosar de gente.

Pero fue Pedri el primero que vino corriendo y me levantó en el aire cuando soplé las velas.

- ¿Qué deseo has pedido, amazona? -sonrió muy cerca, olía un poco a alcohol, supuse que yo olía igual.

- No puedo decirlo o no se cumplirá. -me reí.

- Yo tengo otro regalo para ti, está arriba. -murmuró.

Miré hacia nuestros amigos, que estaban bailando y bebiendo entre risas.

- ¿Si? -le miré.

- Ven, te lo enseñaré. -me cogió de la mano y las pequeñas maripositas de mi estómago revolotearon.

Llevaba años enamorada de él.

De mi mejor amigo.

- Pepi, como esto sea una broma, te mato. -me reí subiendo las escaleras.

- ¿Cuándo te he hecho yo una broma? -soltó una risa.

- ¿Enserio tengo que responder a eso? -pregunté.

- Vale, no, no respondas, te prometo que esto es un regalo de verdad. -apretó un poco mi mano y llegamos arriba.

Entró en la que era mi habitación, la única de la casa que estaba prohibído entrar.

Cerró con el pestillo detrás de nosotros y me sentó en la cama.

- Cierra los ojos. -sonrió.

- Voy a matarte como sea algo malo. -cerré los ojos, nerviosa.

- Que poco confías en mi, amazona. -escuché su risita y sus pasos.

Sentí un dedo sobre mi cuello, rozándolo suavemente, haciéndome cosquillas.

- ¡Pepi! -solté una risa, encogiéndome.

Escuché su risa y luego algo de papel moverse.

Puso algo sobre mi regazo.

- Abre los ojos. -murmuró.

Abrí los ojos y vi una pequeña caja, pequeñita.

Lo miré antes de abrirla con ilusión.

- ¡És el album firmado por Funzo! ¿Cómo lo has conseguido? -grité saltando a sus brazos.

Dejé el disco en la mesilla de noche cuando caí entre sus brazos y él me apretó con fuerza.

- Voy a ser un futbolista famoso, podré conseguirte lo que quieras, Eva. -sonrió retirando algunos mechones rebeldes de mi cara.

- Había olvidado que te ibas mañana. -murmuré, sintiendo como mi corazón se apretaba.

- Te echaré mucho de menos, pero te prometo que volveré y te escribiré cada día, además no vas a librarte de venir a verme a algún partido. -me sonrió.

Se movió y me quedé sentada sobre él.

Teníamos tanta confianza que eso parecía un gesto de lo más normal entre nosotros.

Pero para mi..

Para mi significaba un mundo entero.

Él era mi mundo.

- Puede que me gane un puñetazo después de esto, pero no puedo irme sin hacerlo. -habló mirándome a los ojos.

Se acercó de golpe y sus labios encontraron los míos.