Tiempo

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Pedri me llevó después del partido a buscar un sitio tranquilo, en el que pudiésemos hablar tranquilos.

Decidimos ir a su casa, pero Sira me aseguró que si pasaba cualquier cosa, la llamase y ella me iba a buscar para llevarme a su casa y que me quedase ahí con ella.

Lucas se quedaba en su casa, en el sofá.

Ferran también me había asegurado un par de veces que no éramos ninguna molestia y que estaban super contentos de tenernos ahí a Lucas y a mi.

Entré en el piso de Pedri y el corazón se me comprimió.

Yo tenía una llave de ese piso.

- Siéntate, veré si hay algo para cenar, o llamaré a algún sitio. -me señaló el sofá.

Estábamos algo incómodos.

Había tantas cosas que necesitábamos decirnos que no sabíamos como sobrellevar la situación.

Me senté en el sofá y él volvió con un vaso de agua que dejó delante de mi.

- Sigo sin creerme que estés aquí, Eva. -sonrió sentándose a mi lado.

- Sira me ha conseguido trabajo con Max, así que.. bueno.. y Gavi me contó que todo fue un error. -murmuré nerviosa.

- No sabía nada de ese maldito anillo, me quedé igual que tu y los demás al verlo, y en la playa, me quedé en shock cuando se quitó el vestido y me besó, no me dio tiempo de reaccionar. -admitió.

- ¿Qué pasó entre vosotros dos? ella parece muy interesada. -hablé.

- Estaba solo, tu no querías nada de mi, sabía que estabas enfadada y ella apareció una noche en una discoteca y la llevé a casa, solo fue una maldita noche, no la quería para nada más, pero ella empezó a obsesionarse mucho, venía a cada partido, me esperaba, decía a la gente, a las redes y a la prensa que ella y yo teníamos algo, la llamé un día para hablar con ella, para decirle que dejase de hacer todo eso, pero siguió haciendo lo que quería, así que simplemente la ignoraba. -explicó.

- ¿No la quieres? -pregunté.

- Nunca he querido a nadie que no fueses tu, amazona. -aseguró y mi corazoncito blandito dio una voltereta.

- Vino a Tenerife diciendo que tu la habías invitado. -comenté.

- La invité, fue más para dejar de escucharla que nada, pensé que no se lo tomaría enserio, yo no lo hice. -admitió.

Había algo en todo eso que no me gustaba nada.

Tania no me gustaba en absoluto, no me fiaba de ella.

- He vuelto Pedri, pero no va a ser fácil volver a lo mismo, no después de romper de nuevo otra promesa como hiciste y mentirme, esconderme y no contarme lo de ella. -admití yo.

- Tienes que confiar en mi, Eva. -pidió.

- Lo hacía. -contesté.

- No lo haces. -afirmó.

- Mientes, me haces daño y luego te arrepientes, no puedo más, llegaste de nuevo a Tenerife cuando estaba a punto de olvidarte, y a veces pienso que estaba mejor sin ti, pero luego cuando llegaste y volviste a poner mi mundo patas arriba y mi corazón volvió a latir dejé de estar enfadada, lo olvidé todo, el dolor, la traición, todo Pedri y no puedo hacer eso de nuevo, no sin tener todo claro. -las lágrimas amenazaban con salir.

- Haré lo que sea para que vuelvas a confiar en mi, amazona, me encargaré de que seas la chica más feliz del mundo, de que el mundo sepa lo importante que eres para mi y lo perfecta que eres. -me acarició la mano, entrelazándola con la suya.

- Necesito tiempo, necesito encontrar mi sitio aquí. -hablé y me di cuenta de que él estaba demasiado cerca de mi, me puse nerviosa.

- Llegas aquí y pretendes que yo no me muera por estar contigo, de enseñarte mi mundo, de querer gritar a la puta prensa que eres el amor de mi vida, creía que no ibas a volver, creí que después de este verano, se había terminado de verdad, estaba empezando a pasar página, a querer olvidarte, a dejarte marchar, y no puedo hacer eso, me niego, me niego a perder a mi amazona. -su mano apretó la mía.

- Me iré a casa de Sira, poco a poco, primero nos encargamos de las mentiras, luego de la confianza y más tarde veremos si todo vuelve a ser como antes. -pedí yo, estaba al borde del llanto.

- Te acompañaré, y mañana vendré a buscarte, deja que te enseñe un sitio, por favor. -pidió buscando mis ojos.

- Está bien. -asentí.

- Eva, mírame, soy yo, sigo siendo el mismo. -su voz sonó dolorosa y mi corazón dolió.

Lo miré con cuidado, sabiendo lo mucho que dolía hacerlo.

Nuestros ojos se encontraron y mi corazón saltó en mi pecho.

Se acercó a mi boca y cerré los ojos.

Era débil, muy débil a su lado.

Pero necesitaba hacer mi camino primero, encontrar mi sitio y perdonar muchas cosas, muchas promesas.

Así que acorté la distancia que nos separaba y estampé mis labios con los suyos en un beso rápido, descontrolado y necesitado.

Solo uno.

Me separé de él unos segundos después, con la respiración acelerada.

- Hoy estaré mejor sin ti, hoy necesito volver sola a casa de Sira, mañana podemos vernos, pero han sido muchos sentimientos en un momento. -hablé contra su boca.

Me levanté, alejándome de él.

Su mano resbaló de la mía y me soltó.

Caminé hacia la puerta sin mirarle.

- Eva, ¿tú me quieres? -preguntó a mi espalda.

Me tensé.

Me giré poco a poco.

Encontré sus ojos de nuevo.

Y dije las palabras que llevaba años encerrando en mi corazón, que sabía que iban a abrir algo que no habíamos abierto todavía.

Los dos necesitábamos tenerlo todo claro y aprender a hacer las cosas bien.

Y cuando dije esas palabras sentí que él las correspondía por completo.

Solo que no sabíamos muy bien como hacerlo.

- Te amo, Pedro González. 

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TENEIS UN TIKTOK DE ESTE MOMENTO QUE ES QUE AAAAAA MIS NIÑOS, ID A DECIRME ALGO EN COMENTAAAAARIOS

PD: muchas me preguntáis cuantos años tengo, ¿cuántos creéis que tengo? :))

Volver a ti +18 - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora