Especial, San Valentín

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14 de Febrero. Día de los enamorados y de la amistad.

En una isla lejana, estaba una pareja recostada sobre la arena. Observaban en cada detalle el maravilloso cielo azulado y sus cuantas estrellas acompañantes.

El pelo de ambos se movía en lentitud. El viento nocturno, era leve pero se hacía ver. Sentir.

El del cigarro en los labios, estaba recostado con una pierna cruzada sobre la otra. Y a su lado, se encontraba un peliverde quien no se sabía si estaba dormido, o despierto. O hasta moribundo.

—¡Alga asquerosa!... no te duermas— codeó con fuerza el blondo. Con mucho amor, claro.

—Tsk, ¿por qué?

—En minutos cumpliremos dos años de mierda. Desde esa vez que me agarraste de la corbata y me besaste. Y ¡¿lo peor!? sin mi consentimiento. Estúpido desconsiderado—recordaba , buscando una escusa con cual pelear. Normalmente aunque se veía enojado al recalcar los defectos, lo hacía para molestarle. Le gustaba mucho la reacción del otro.

Sin duda, las viejas costumbres no morían.

—Dejá de decir tonterías, si bien que te gustó eso— movía su mano sin darle importancia.

—Sí claro, cómo si eso pudiera pasar— dijo en forma burlona.— Pero hablando en serio, es nuestro aniversario,  autista pedorro.

—No soy autista— negó mirándole con los ojos entre-cerrados.

—Sí qué lo eres—dijo sacando el cigarro de sus labios. El otro lo miró por un momento.

—¿De verdad hay que esperar hasta las doce?—preguntó con una terrible pereza. Tenía bastante sueño, aunque la mayor parte del tiempo lo tuviera.

—Y sí, al menos que no me quieras. Cosa imposible— se acomodó en cabello usando un tono narcisista. El contrario sonrió de lado.

—¿No te puedo dar un beso ahora y decirte "feliz aniversario cocinero nefasto que caga cada día de mi vida y lo llena de amor" y luego irme que dormir?— el otro lo observó indignado. Tiró su cigarro a una parte lejana de arena y cruzó sus brazos.

—No.

—¿Ni aunque sueñe con vos al dormirme?—Kuroashi negó. —Bueno, está bien—sé levantó y se sentó junto al otro, proporcionándole un beso en la mejilla derecha.

—Me caes mal.

—Tú a mi también. Pero no queda otra.

El de pelo claro miró su muñeca izquierda, aún faltaban quince minutos para la media noche.

—Ver que la hora pasa como tortuga me da sueño. Pero por suerte al ver tu cara de idiota me asusto y me vuelvo a despertar— al terminar de hablar le estiró la mejilla.

El peliverde solo lo miraba con seriedad. Aunque no tardó mucho en sacar algún tema de converzación.

—Mmm, ¿te acuerdas cuando nos conocimos?—el otro le observó con el ceño fruncido.

—¿Cómo no?, fue en el Baratie. A penas te vi, dije "¿cómo esa fealdad tiene más derecho de viajar con una linda pelirroja qué yo?"— dijo riéndose un poco, el espadachín lo observaba con poco agrado. —Bueno rey, apenas te conocía y sabes que esa no era mi época descubriendo mi atracción por ti. En ese entonces yo era, aparte de guapo y sin estar poniendo mi vida en riesgo por un tonto de goma cada día, muy mujeriego. Bueno..., no tanto como cuando salí de la isla Okama pero se entiende. ¿Ok?

—Sí, sí, claro. Yo al verte lo primero que pensé fue "Qué pajero de mierda", eso nomás— sonrió en ironía. La cara del Vismoke ardía de vergüenza. El de cabello verde, solo reía.

¿Mi?¿qué?¿ideal?┋zׁׅ֬ᨵׁׅ꯱ׁׅ֒ɑׁׅ֮ꪀׁׅWhere stories live. Discover now