Ao'nung sentía que su corazón había sido arrebatado y entregado a la profundidad del océano.
Quería una segunda oportunidad de hacer bien las cosas.
Una donde hubiera podido ser generoso con los Omaticaya desde un principio. Donde su imprudencia no...
La sombra de la muerte había caído sobre el planeta, como un velo que cubría todo en la noche. El eclipse, un evento astrológico en el que la luna cubría la luz del sol, significaba el abandono momentáneo de la luz, dejando a todo a la merced de la oscuridad.
La lucha entre los humanos y los na'vis estaba a punto de estallar. El fuego se había desatado, consumiendo todo lo que estaba a su alcance, mientras los dos bandos se enfrentaban en una batalla cruel. Este había sido un conflicto largo y sangriento que había estado latente durante mucho tiempo y finalmente estaba en su punto de ebullición.
La guerra no dejaba a ningún vencedor, solo a un montón de perdedores que tenían que vivir con las consecuencias.
El objetivo de Quaritch no se llegó a cumplir, y en el proceso, todos sus soldados ya estaban muertos. En su obsesión por la victoria, destruyó gran parte de la biosfera de Pandora e incendió decenas de aldeas Metkayina. Pero lo peor de todo para el general, era la relación con su hijo, quien no sentía más que rechazo por él en ese momento.
Pero en medio de toda la muerte y la destrucción, los Sully perdieron lo más importante de todo. Al cielo gris y la lluvia, el primer nacido había caído. Esta pérdida era irreparable y los dejaría con una cicatriz para toda su vida.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ao'nung sentía que su corazón se le había sido arrebatado y ahora estaba yéndose a lo profundo del océano.
El arrepentimiento y la culpa inundaron su ser a medida que lloraba ante la pérdida de su primer amor. Aquel al que le pertenecia su primer "te amo" ahora también era su primer "adiós".
Y sentía la impotencia de no haber podido hacer nada, de no haber luchado.
A pesar de los meses que el omaticaya pasó en Awa'atlu, no los había aprovechado como hubiese querido. Su relación había consistido principalmente en peleas y bromas, aunque los últimos días, que habían podido ser amigos, fueron realmente los más importantes.
El metkayina pedía y rogaba que todo fuera un mal sueño, y que al despertar, el chico de trenzas saliera de su marui y estuviera allí, como había sido antes de todo ese horror.
Pero al amanecer eso no sucedió. La ausencia de Neteyam aún se conservaba.
La familia Sully se había encapsulado en su hogar provisional tras la batalla, sin salir en varias horas mientras procesaban lo que habían vivido.
El nudo en su garganta nunca desaparecía, y los días se sentían tan largos y vacíos. El tiempo se había congelado y ya nada parecía tener sentido. Cada noche, se sentaba en la arena, dejando que el viento lo abrazara mientras escuchaba el ruido de las olas y su propio llanto.
Pensó en la cantidad de experiencias que se había perdido por culpa del orgullo, probablemente del miedo.
Durante esos días oscuros, Ao'nung soñaba con una segunda oportunidad, donde hubiese podido hacer las cosas bien desde el principio, haber sido generoso con los Omaticaya y no haber perdido todo por su imprudencia. También soñaba con haber podido decirle a aquel de ojos brillantes que lo amaba, aunque parecía ser un sueño imposible.
Es cierto que los eclipses no siempre suelen ser interpretados como algo negativo, en algunos casos son vistos como indicadores de nuevos comienzos y aperturas cósmicas en la vida.
La ausencia de luz no niega su existencia.
Era un signo de respuesta, las plegarias de los fieles eran escuchadas a través de este símbolo. El poder del Universo parecía hablar a través de la sombra lunar y dar una respuesta a las súplicas y la fe de los individuos.
Al caer la noche y con ella la frialdad de la oscuridad, Eywa no solo fue testigo de la despedida de Neteyam, sino también de una familia devastada y un corazón roto, acompañados del reflejo de la nebulosidad en el mar, sollozos y penumbra.
El agua es un elemento de sanación para aquellos que la necesitan. Es capaz de liberar, curar y dar abundancia. Un océano, y todos los elementos que contiene, tienen más energía que una estrella en sí misma.
🌘 Aaaa es mi primer historia y quería que fuera de este maravilloso shipp. Ojalá hubieran tenido más tiempo en pantalla y no tener que sobrevivir de migajas.
Pero en fin como dice mi amiga personal Mabel , y si el destino no quiere verlos juntos ¡fuercenlo!.
