☜♤☞ 5. Neogénesis

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La muerte es el inicio de la eternidad.

Cuando alguien fallecía, su mente y alma solo pasaban del estado físico a lo intangible.

Neteyam se sentía como en un largo sueño, mientras descansaba en los brazos del océano. No podía ver nada, el sonido era mudo, pero la calma inundaba su cuerpo.

Su quietud se vió abandonada cuando sintió una corriente soltar sus manos, desatar sus piernas, y un pequeño golpeteo en su espalda. El mar parecía susurrarle "Es hora de despertar".

Cuando abrió sus ojos lo único que le rodeaba era el azul del agua, sus pulmones le exigieron oxígeno así que salió hacía la superficie.

Era como si por primera vez, sus retinas conocieran el sol. Al primer contacto sólo pudo apretar sus ojos y tallarlos al sentir la brillante luz cegarlo.

Comenzó a sentirse ofuscado, sin la más mínima idea de su razón. Conocía su nombre pero no su historia, no sabia lo que pasaba, ni tampoco quien era.


-Se ha sabido que las algas son capaces de sanar heridas, sin embargo, ya no es posible si el corazón ha dejado de latir-.
La Tsahik del pueblo Metkayina estaba igual de impresionada que su esposo.

Cuando vieron llegar a su hijo a lado del Omaticaya que todos habían visto fallecer, no sabían si se trataba de un espíritu o del algún tipo de milagro.

-¿Cómo fue que volviste joven Sully?-.
El Olo'eyktan también estaba perplejo. Jamás en la historia del clan Metkayina, o si quiera de la historia na'vi se había presenciado algo así.

Nunca nadie había podido vencer a la muerte.

-Yo no lo sé-.
Neteyam sentía ser juzgado por todos los ojos presentes.
Se encogió en su lugar intentando no mostrarse nervioso.

La Tsahik comenzó a acercarse a él, observandolo meticulosamente.

-Nada puede asegurarnos que un ente maligno no se aprisiono en el cuerpo de este niño-.

-Madre, él es Neteyam, en verdad lo es-.
El más joven había enfrentado a su madre defendiéndolo.

-Esta noche, el niño será juzgado por Eywa. De ser un farsante, será sacrificado al océano-.

-¡No voy a permitirles eso!-.
Ao'nung se pusó frente al omaticaya, cubriéndolo con su cuerpo.

¿Cómo puedes defender a este muchacho cuando ni si quiera sabe quien eres?!-.

-Él no recuerda nada, pero pronto lo hará, solo déjame ayudarlo-.

Ambos metkayina se mostraban reacios, dispuestos a defender lo que anhelaban.

Ao'nung quiso encontrar los ojos de su padre en busca de apoyo. El Olo'eyktan sólo bajó la mirada.

-Estoy de acuerdo con tu madre-.

Neteyam aprovechó la disputa de la familia y salió huyendo del marui sin mirar atrás.
No les había dado el tiempo para reaccionar cuando ya estaba a varios metros lejos de ellos.

-Ve por el muchacho, o de lo contrario nosotros lo haremos-.
Tonowari le dió la orden a su hijo, el cual no dudó ni un segundo en ir detrás del Omaticaya, no sin antes mirar a sus padres con descuensuelo.

El na'vi estaba huyendo al mismo lugar donde se encontraron,
Ya estaba por entrar a la sabana, el metkayina sabía que ahí Neteyam obtendría la ventaja.

Ao'nung corrió lo más rápido que pudo intentando detenerle, casi lograba tomar uno de sus brazos, pero el omaticaya fue más veloz y agilmente subió una de las palmeras.

MODORUWhere stories live. Discover now