☜♡☞ 1. Neteyam

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Durante sus cortos años, siempre había sido un hijo increíble, y su familia siempre lo consideraba como una persona bondadosa, protectora y que emanaba calidez por todos lados.

Ao'nung no había tardado en darse cuenta de que Neteyam era esa clase de primogénito.

Obediente, perspicaz, responsable y sensato.

Incluso antes de conocerse, el omaticaya ya había llamado su atención, y con solo una mirada, sintió como si su reflejo se hubiese encontrado en los ojos correctos.

Aunque tenía una mezcla de sentimientos en su mente, la desconfianza y las palabras de su madre lo bajaron de su ensoñación y fue incapaz de ver más allá. Los extraños viajeros eran mestizos entre un humano y una na'vi, algo que no sabía cómo era posible.

A pesar de los consejos de su madre, su padre había sido más comprensivo y había aceptado su solicitud de Oturu, dejándolo a él como nodriza y maestro de los más jóvenes de la familia omaticaya.

En su cultura más que una obligación, era como una ley no escrita que cuando el líder del clan Tonowari le daba un encargo, solo había dos opciónes: hacerlo, o estar castigado por el resto de su vida. Por lo que, sin importar lo que fuera, no podía negarse.

Si el Ao'nung del presente pudiese hablar con su padre, le daría mil y un agradecimientos por las oportunidades gracias a las cuales pudo acercarse a Neteyam.

La desconfianza inicial que había sentido el metkayina se había disipado con tan solo hablar con el omaticaya, y, en ese momento, había querido saber más sobre él y conocerlo de verdad.

Además, el metkayina podía ver que Neteyam era un na'vi excepcionalmente valiente, defendiendo a su gente con vehemencia hasta el final sin importar las adversidades. Era un cazador y un líder excepcional, y, de hecho, había sido criado para ello.

Como su primer memoria juntos, el metkayina podría recordar la tarde en la que recién había llegado Neteyam, pues iba caminando con la menor de sus hermanas por la orilla de la playa mientras él estaba jugando con algunos de sus amigos en ese momento.

-¡Hey, chico del bosque!- La primera reacción de Neteyam al escuchar que lo llamaban fue voltear a verle.

El metkayina no podía evitar sentirse abrumado por la profundidad de su mirada, que era tan profunda como el mar y tenía un brillo soleado.

Al ver que Neteyam cargaba una canasta completa de víveres, la cual parecía pesada, al metkayina le sorprendió ver que tenía unos brazos considerablemente más delgados que los suyos, pero, contra todos sus pensamientos, el adolescente no parecía tener problemas para llevarla.

-¿Puedes llevar eso solo? ¿Con tus brazos tan flacuchos?- Preguntó el metkayina con un tono de arrogancia en la voz, ya que estaba seguro de que no podría llevar una canasta tan pesada por si solo.

-Claro, no es tan pesada. ¿Irás a llevarla hasta la marui por nosotros?- El omaticaya parecía no tomar en serio su pregunta inicial, y mientras el metkayina estaba desconsertado, Neteyam le había pasado la cesta, sin dejar opción de que él pudiera contestar o protestar.

Con esa amabilidad y una sonrisa radiante, Neteyam le dio las gracias y tomó la mano de la más pequeña. -Ahora puedo llevar a mi hermana por las frutas que quería. ¡Vámonos Tuk!- Dijo mientras empezaba a caminar.

El metkayina se quedó ahí parpadeando con la canasta en sus manos, Neteyam y su hermana Tuk se alejaban cada vez más. Parecía haberse quedado completamente en shock con lo que acababa de suceder.

No había resultado su intento de burla.

Sus amigos se acercaron y no comprendían muy bien por qué el hijo del Olo'eyktan estaba cargando con la canasta del omaticaya, el metkayina no podía evitar sentirse humillado.

MODORUWhere stories live. Discover now