☜♡☞ 7. Madre

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"Te ame desde el momento que supe de ti.
Desde el instante en el que abriste tus ojos y sentí tu corazón latir.
Supe que serias mi amor más dulce y el más infinito.
Te ame desde tu primer minuto de vida y te amaré hasta el último de la mía".

Neteyam estaba sentado en la arena, a la luz del fuego y el cielo oscuro.
La Tsahik ató sus manos con una cinta de cuero, rodeó de sales su cuerpo y vertió agua sobre su frente.

Sonaron cornetas y tambores.
Un montón de metkayina rodearon su cuerpo, sosteniéndose de las manos, comenzaron a corear un canto.

Los únicos dentro del círculo eran él y Ronal.
Fue puesto un amuleto sobre su cuello.
La metkayina sopló hacía él, ordenando a su alma a permanecer en el sitio correcto.

Todos estaban expectantes de los rezos de la na'vi, soltaba aire en dirección a el joven y trazaba con pigmentos, varios símbolos sobre su pecho.

Si se trataba de una posesión, el espíritu saldría hacía el mar y sería destruido por el fuego de las antorchas.
Si realmente era su cuerpo, entonces permanecería ahí dentro y despertaría nuevamente.

Neteyam poco a poco sentía sus ojos cansados y sus músculos ceder ante el canto.
Se quedó completamente dormido.

Después tuvo la sensación de salir flotando de su cuerpo, como si fuera proyectado hacía el viento y hubiera entrado a otro plano.

Estaba en el bosque, seguramente muy lejos de Awa'atlu. Habían árboles gigantescos y flores de muchas formas.

A lo lejos pudo ver a una na'vi abrazar a un bebé contra su pecho, mientras le sonreía y jugaban con sus dedos.
La mujer se veía muy feliz tomando al pequeño entre sus brazos.

Pero de repente el bosque comenzó a incendiarse. Todo a su alrededor estaba destruyéndose.
La omaticaya comenzó a huir con su hijo, cubriéndolo para que nada pudiera pasarle.

Neteyam la siguió por detrás.
No pudo alcanzarle y terminó extranviandola.

El bosque se estaba volviendo cenizas y las cenizas en humo.

De pronto todo se apagó.

Era un espacio complementamente negro, era la ausencia de toda la luz.
Solo podía oír la resonancia de un llanto.

Intentó mirar a todas partes para saber de quien se trataba.
De pronto presenció una escena lamentable.

La misma na'vi que había visto antes, estaba desconsolada abrazando el cuerpo de alguien.

Cuando Neteyam se acercó para verle, se impactó al ver que el cuerpo inherte era el suyo.

La mujer gritaba de manera desgarradora mientras le pedía que no la dejara, él sintió angustia y dolor.
Intentó decirle a la omaticaya que él estaba ahí justo detrás de ella, pero no parecía poder verlo.

-Hijo mio-.

Neteyam podía sentir que había escuchado esa voz desde el día que había nacido.

Cayó de rodillas, quiso darle un abrazo pero la mujer aparentaba estar hecha de aire, como si estuviera tocando a la nada.

Se quedó a lado de la na'vi, sintiendo la impotencia de no poder apoyarla, de ver su sufrimiento.
Lloró con ella un poco y fue ahí que pudo recordarla.

-Mamá...-.

No pudo ser escuchado, tampoco pudo ser visto.

La imagen de la na'vi empezó a deteriorarse, como si se estuviera marchitando o tal vez corrompiendo.
Neteyam empezó a sentir la angustia de querer ir a los brazos de quien lo había traído al mundo.

MODORUWhere stories live. Discover now