44. Enamorada

941 69 1
                                    

Narra Aly

Desperté en los brazos del hombre más guapo del mundo, Diego aún dormía. Intenté no moverme y para ser sincera, ni siquiera tenía ganas de hacerlo, admiraba como dormía tranquilamente mientras me abrazaba. Un pequeño mechón de cabello caía por su rostro, su respiración era profunda y su cuerpo estaba caliente, efecto de las cobijas.

Quería que ese momento durara toda la vida, contemplarlo con su rostro en calma, que nada le preocupe mientras afuera hace frío y está lloviendo. Aunque sabía que eso era imposible, si era un momento que iba a quedar grabado en mi memoria para siempre, esa sensación de paz, felicidad, amor y todo ese revuelo de emociones positivas que muy pocas veces sientes. Esa plenitud de saber que tienes todo lo que quieres, justo ahí, en ese momento.

¿Cómo es posible que sientas tantas cosas al mismo tiempo y puedas vivir para contarlo?

Siento que todos mis sentidos podrían estallar en cualquier momento de toda la felicidad y el amor que siento por una persona.

—¿Qué piensas?— habló mi novio abriendo lentamente los ojos. Sonreí.

—Nada, solo te veía— le di un corto beso en los labios— Buenos días.

—Buenos días, preciosa— mi corazón latió fuerte y no pude evitar sonreír. Ahí estaba, esa era la razón por la cuál me siento la mujer más afortunada del mundo, estoy enamorada hasta las entrañas de una persona que me trata como princesa y me ama tanto como yo.

Volví a abrazarlo impregnando mis fosas nasales de su exquisito aroma.

—¿Ya quieres desayunar?— volvió a hablar después de un rato.

—Si— lo vi y sonreí.

***

—Mira esto— dijo Memo tomando mi mano y viendo mi anillo— ¿Ya se comprometieron?— dijo emocionado, pero no tan alto para que las personas a nuestro alrededor no se dieran cuenta. Reí.

—No, es un anillo de promesa— le dije de la misma manera.— Me lo dió ayer en la cena.

—Diego es un buen chico.

—Lo se— lo miré a lo lejos, estaba platicando con Edson mientras cargaba a Vale en sus piernas, se veía tan tierno.

—Lo digo en serio, no porque sea tu novio. Es un buen chico y te ama Aly. Te ama como no tienes idea.

—¿Por qué lo dices?

—Cuando ambos se fueron a España, y según lo poco que me platicó, discutieron— asentí— Él estaba muy mal cuando se enteró de lo tuyo con el español y aún así siempre te deseó lo mejor, aunque estaba destrozado.

—Basta, me haces sentir como la villana.

—No, no es lo que quiero. Mi punto es que ahora que están juntos, disfruten el uno del otro, nunca sabemos cuando pueda terminar— tenía razón— Aunque espero que te cases con él, es el único que tiene mi permiso— reímos.

—Es el único con quien quiero estar.— miré a Memo— De verdad me hace muy feliz, tan feliz que no se como explicarlo.— me miraba atento, con una mirada de ternura— Hay veces que quiero llorar de felicidad, porque lo tengo todo, las cosas con mi padre se arreglaron, regresamos a México, estoy cerca de ustedes y lo tengo a él, una persona que me comprende y me ama.

—Espero que sigan así Aly, de verdad, merecen ser felices después de todo— nos abrazamos.

—Gracias.

Amaba mucho a Memo, él ha estado junto a nosotros desde que tengo memoria...

Flashback

Estaba en la escuela, no podía concentrarme en mis clases, pensaba en la salud de mamá todo el tiempo, pues ahora mismo estaba en una cirugía altamente complicada, mi padre insistió en que viniera a la escuela, supongo que pensaba que me distraería, pero me fue imposible.

Tocaron la puerta de mi aula, la profesora se levantó de su asiento para poder abrir la puerta.

—Buenos días— dijo una voz reconocida que me hizo voltear a la puerta por inercia, era Memo, no serían buenas noticias, de otra forma ¿por qué vendría a buscarme?

Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo y enseguida comencé a temblar de nervios, o de miedo, no distinguía que era.

Veía como Memo charlaba con mi profesora, quería saber que decía, pero la distancia me lo impedía.

—Aly, ven aquí— dijo mi profesora por fin.

Deje mi lápiz y mis cuadernos en la butaca y me levanté para ir hacia la puerta, todos me miraban atentos.

Una vez que llegué con ellos, la profesora se metió al salón dándonos privacidad. Yo no dije nada, solo quería que me dijeran que estaba pasando.

—Aly tenemos que irnos— me dijo Memo, estaba nervioso, podía notarlo.

—¿Qué ha pasado?— pregunté aún con miedo a la respuesta.

—No creo ser el indicado para decirlo.

—Solo dilo.

—Aly, lo siento mucho— su mirada era de pena— La cirugía Lydia se complicó...— no dijo más, pero entendí a la perfección.

Mis lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos haciendo que viera borroso, por un momento dejé de percatarme de lo que había a mi alrededor, en mi mente no había otra cosa mas que dolor.

Sentí los brazos de Memo rodearme, pegando mi cabeza a su pecho y fue ahí cuando me permití llorar.

—Aly...

—Aly...

Fin del flashback.

—Aly...— salí de mi trance— ¿Estas bien?— me dijo Diego— ¿Qué piensas?

—Nada, nada, solo me fui por un momento— reí— Tenemos que arreglar nuestras cosas, tenemos un largo vuelo que tomar.

Amor prohibido [Diego Lainez]Where stories live. Discover now