78. Difícil

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Narra Aly

La fiesta continuaba, pero yo tenía que ir al baño a hacer mis necesidades. Entré a la casa, y en la sala estaba Diego con Romina, la hija menor de los Álvarez. Se me hizo una escena demasiado tierna, pero mí corazón se rompió un poco también.

Decidí hacerles una foto, pues aparte de que era una escena demasiado tierna, quería tener algún recuerdo de Diego sacando ese lado paternal, por si es que las cosas no salían como lo planeábamos

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Decidí hacerles una foto, pues aparte de que era una escena demasiado tierna, quería tener algún recuerdo de Diego sacando ese lado paternal, por si es que las cosas no salían como lo planeábamos.

Diego al verme quiso ir conmigo, pero prefería que no lo hiciera, porque me pondría sentimental y no era momento para eso, era mi día.

—Solo entré porque me urge ir al baño— le sonreí— Vuelvo en un momento.

—Si, anda, ve— me dijo igual con una sonrisa.

Cuando entre al baño, me vi en el espejo, y di mi mayor esfuerzo para no derramar ninguna lágrima. Después de hacer mis necesidades, volví a verme en el espejo, di un gran suspiro y salí.

Me percaté que Diego seguía en la sala con Romina, así que tuve que ser mentalmente fuerte y me acerqué.

—¿Que haces adentro?— le pregunté con una sonrisa mientras me sentaba a su lado.

—Vine al baño también, y cuando salí, estaba a punto de llorar, así que la cargué— Romina se había dormido, así que Edson la acomodó en su pequeña cuna portátil en la sala. Le sonreí.

—Bien, te espero afuera—me iba a parar.

—Hey— volteé a verlo— ¿Todo bien?

—Si, ¿por?

—¿Segura? Es que... Bueno... no se, no quiero que te sientas mal.

—No...— hubo un silencio— Es que es un tanto extraño, no se, no puedo explicarlo— exhalé fuertemente.

—Te entiendo, si quieres podemos ir afuera, le avisaré a Edson que...— lo interrumpí.

—Es que eso es lo que no quiero, no quiero ser egoísta. Es raro, pero me gusta ver esa faceta tuya, es... Tierno— acaricie su sedoso cabello.

—Te amo— me dió un beso en la frente— Pero quiero que me digas todo, si te sientes mal o si viste algo que te incomodó, dímelo ¿de acuerdo?—asentí y salimos de nuevo.

La noche transcurrió entre risas y anécdotas del equipo, de todos los viajes que hemos hecho juntos y la verdad es que me sentí afortunada de tenerlos en mi vida, aunque, tengo que admitir que el verlos a todos con sus familias, me hizo sentir inferior de alguna manera.

El verlos juntos, en cada partido, cada que alguien anotaba un gol, ir a celebrarlo con sus hijos, era... difícil.

Sentía que necesitaba un gran suspiro, de todo, quería irme a cualquier lugar del mundo a olvidarme de todo, solo Diego y yo, pero estoy muy consciente de que eso es imposible.

***

La noche había caído, los papás de Diego, y mi familia (incluyendo a mi papá) se habían ido a casa. Solo quedábamos el equipo, Diego y yo, incluso sus hijos se habían ido con sus respectivas niñeras.

El alcohol comenzó a subir a nuestro cuerpo, al grado de que todos estábamos cantando canciones de Luis Miguel, RBD y todos esos temas que no pueden faltar en las fiestas.

Hicimos juegos estúpidos que nos mataban de la risa, hasta que a mí se me ocurrió, a las dos cuarenta y cinco de la madrugada, aventarme a la alberca. Todos me siguieron.

Hicimos las típicas luchas en los hombros de los chicos, y claramente yo gané. Reímos, nos divertimos, apostamos , todo se me había olvidado hasta este punto.

Después, aproximadamente a las 4 o 5 de la mañana, todo se fueron. Diego y yo estabamos húmedos todavía mientras limpiábamos algunas cosas del comedor. Debo decir que ambos estábamos algo ebrios aun.

—Me la pasé muy bien hoy— rompí el silencio.

—¿En serio? Que bueno que te la pasaste bien. Quise organizarte esto, para que te distrajeras un momento.

—Eres el mejor, mi amor. Y dejame decirte que funcionó.

Diego se acercó a mi lentamente, y tomó por la cintura y yo sonreí. Escondió su cara en mi cuello, su respiración me hizo estremecer.

—Hueles delicioso—susurró aún en mi cuello y depositó unos cuantos besos en el.

Después, sus labios se posaron en mi boca. Ambos movíamos nuestra boca al mismo compás. Diego pasó sus manos por mi trasero, haciendo que se me escapara una pequeña sonrisa.

Me cargó y puso mis piernas alrededor de su cintura mientras seguíamos besándonos.

Los besos fueron subiendo de intensidad, y estaba tan perdida en ellos, que ni siquiera me di cuenta que habíamos llegado a la sala.

Ambos fuimos deshaciéndonos de la ropa...

***

Ya habían pasado los tres meses que teniamos que esperar antes de empezar el tratamiento. Hoy teníamos cita con el doctor, por fin.

—Bueno, después de los estudios y de ver que su endometriosis es leve, pudimos recetarle antiprostaglandínicos, antiinflamatorios para tratar la dismenorreaanticonceptivos orales, que ayudan a que remita parte de la sintomatología, el dolor menstrual y reducir las reglas abundantes— dijo el doctor. Diego y yo volteamos a vernos, parece que ninguno de los dos entendió muy bien lo que quiso decir— Con esto te vas a sentir mejor durante tu regla, las náuseas, los cólicos y los cambios de humor se deben de ir, o te darán de una manera "normal". El tratamiento es durante seis meses, pero es recomendable que antes de los cuatro meses no haya actividad sexual, más que nada para evitar algún tipo de riesgo de embarazo, ya que sería posible que pase lo mismo de la otra vez. Después de esos seis meses, debes venir a checarte, te haremos otros estudios para saber si ya eres apta para concebir o tenemos que alargarte el tratamiento.

Ambos asentimos.

Después de algunas indicaciones, nos entregaron los medicamentos, y fuimos a casa felices, parece que después de tanta tormenta, tenemos un poco de esperanza.

Esperaba con toda mi alma que funcionara.

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Amigasss, esto aun no termina. Las estoy haciendo sufrir, lo siento, pero después de la tormenta, viene la calma.

Las quiero y gracias por todos sus comentarios. 🩷

Amor prohibido [Diego Lainez]Where stories live. Discover now