Capítulo 17: Gol

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- Julián 11 -

Ayer había sido unos de los días más movidos y dramáticos de toda mí vida. Lo que escuché en el Jardín anoche me había dejado impactado por el resto de la noche. Fuimos a comer y no paraba de mirar a Enzo, el pibe estaba destruido, ya no hacía bromas, no tiraba comentarios pelotudos, lo único que hacía era estar cabizbajo todo el tiempo, ni siquiera había comido con ganas. Algo muy raro en el moreno que solía tragar hasta tres platos a veces.

Lo mismo se había repetido por la mañana y en almuerzo de hoy.

Por suerte ahora se lo notaba más animado, y a medida que se acercaba el partido contra Polonia se lo veía mejor. Las palabras de Messi y la promesa que había hecho se ve que le estaba pesando. Si Leo nos lo había dicho ni yo ni él lo íbamos a dejar en banda. Todo sea por nuestro ídolo.

Faltaba unas horas para partir rumbo al estadio 974 de Doha, en donde enfrentaríamos a la selección Polaca. Me veía muy bien para este partido, Scaloni todavía no nos había dado el 11 titular, pero tenía un buen presentimiento. Creo que iba a ponerme de arranque, lo presentía, creo que me lo merecía. Lo único que me daba cosa era Lautaro, el pobre no estaba pasando un buen momento futbolístico y medio como que me daría lástima si lo sacan por mí.

Bajé de la habitación esperando en la sala de recepción, no tenía ganas de ir a la sala de juegos en donde la mayoría del equipo estaría a esta altura de la tarde, calculé qué no faltaría mucho para que la gente comience a venir por estos lados. Me asomé por un costado para ver a la entrada, se podía ver el micro ya estacionado.

Aproveché para mandarle un último mensaje a Emilia, hoy no había hablado con ella aún. Y nuestras conversaciones antes de los partidos ya se habían vuelto una especie de cábala. Hoy era miércoles, por suerte ella no iba a trabajar así que iba a poder ver el partido tranquila. Le mandé un simple "Holis, Estás?" y al minuto me llamó.

- Aló mami? - dije yo de forma graciosa. Emilia rió del otro lado.

- Aló bibi - contestó la chica. Aún riendo, le causaba mucha gracia la voz que le ponía cuando me llamaba. Estaba un poco ansioso por el partido, Emilia era la indicada para calmarme un poco - ¿Como estás pará hoy hombre araña?, O ¿debería decirte el hombre que araña, ahora que ya perdió la virginidad?

- Allá lo están arañando - respondí siguiendo su juego. Ambos nos reímos - Estoy bien, algo nervioso pero tranqui, solo quería escucharte antes de subir al micro - dije sincero, era verdad su voz me daba tranquilidad. Anoche le había contado por mensaje lo que había pasado con Enzo, necesitaba su opinión profesional y había logrado calmarme y acomodar un par de pensamientos que me habían quedado luego de hablar con Messi - Y vos novia? Todo bien?.

- Bien, estoy saliendo de Córdoba, me voy a lo de Tita, voy a ver el partido con ella - dijo pará mi sorpresa, mí Abuela Tita, de pronto sentí una nostalgia tremenda, la iba a llamar después del partido. La extrañaba demasiado, me la imaginé sentada en su sillón ahí en Calchín, pensar que de chico pasaba horas pateando la pelota en el fondo de su casa, imaginaba un arco entre dos árboles que tenía Abu Tita sobre los cuales colgaba una soga de una lado al otro, ahí ella tendía la ropa. Yo jugaba a tirar los camisones de Tita con pelotazos. Que hermosos recuerdos se me habían cruzado derrepente. Ahora ella me vería en la tele, jugando con la selección. Que lejos llegué por dios, todavía no termino de caer.

- Gracias Emi por ir a verla, no se porque mis papás no la trajeron, debe estar solita - agradecí yo por su gesto. Aunque si estaba saliendo de Córdoba para Calchín significaba que ella iba manejando y hablando por teléfono? - Che Emi, sabés que no me gusta que hables cuando estás manejando.

La Picadura (Enzulian) [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora