Capítulo 29: Yo Cuento si Vos Contás

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- Enzo 13 -

No sé como hizo durante la noche para no morir aplastado, pero amanecí con el castaño arriba mío. Ayer había sido la mejor noche de mí existencia, el mejor polvo de mí vida, no se si era la sensación de haberlo hecho por primera vez con Juli o si de verdad había sido el mejor polvo de mí vida. No puedo creer que me lo había culiado, todavía no caía.

Con Ju dormimos juntos de nuevo esa noche, está vez sin sexo porque ya no estaba para una cuarta eyaculación en el día, nunca me consideré una persona que puede tener muchos rounds de sexo, máximo 2, pero con Julián creo que podía ir mucho más, ya veremos.

Anoche en la cena sentía como que todo el mundo nos miraba, fue un poco incómodo, Juli estaba algo intranquilo con su mano, como siempre, pero lo tranquilice de la única forma que sabía, con amor. Le había tomado la mano y lo había acompañado a sentarse, era obvio que todo el mundo escuchó nuestros gritos y gemidos.

Se sentía raro, pero a la vez liberador, nadie dijo ni un chiste sobre eso ahí en la mesa, después de todo el quilombo con lo de Julián y Lautaro, Messi decretó que no se hablaba más de Julian o de nuestra sexualidad, los que sabían de mí y Juli, sabían lo que fueron esos gritos, el resto del plantel me imagino que deberán estar muy sorprendidos.

Podíamos ser abiertos entre la Scaloneta, jamás se iba a filtrar nada. De eso estábamos seguros, pero Julián y sus dudas siempre persistían. Había algunos que nos juzgarían obviamente, pero la verdad es que no me importa, con tal de estar con Julián que mi vida se vaya a la mierda. Podría ser feliz viviendo debajo de un puente con Oli y Juli solos, eso era lo que había descubierto en la cena de anoche.

Julián se despertó para mi suerte porque ya me estaba aplastando demasiado.

- Buen día Hermoso - dije yo con la sonrisa de enamorado más patética del mundo. Julián solo se quejó con un solo ojo abierto y se recostó más arriba en mí pecho. A mí ya me dolía el estómago por su peso - ¿Estás cómodo mí rey? - dije para hacerle notar mí situación, estaba comenzando a respirar con dificultad.

- Es la mejor almohada que podía pedir - soltó con pesadez el castaño. Julián levantó la cabeza para mirarme de frente y me sonrió.

- Que bendición ¡por Dios! - dije contemplando la obra de arte que era la cara de mí bebito recién despierto - No sonrías mucho que se me para la chota - dije en juego, aunque no era mentira, ya tenía la chota algo dura como siempre por las mañanas.

Julián esbozo una sonrisa de oreja a oreja mientras me miraba de forma sugestiva <<Uhh la puta madre, ahora va a querer pija de nuevo>> me lamenté mentalmente por mis palabras mal usadas.

- A ver Che - soltó Julián bajando por mí cuerpo hasta llegar a mis boxers - Mmmm tentador - dijo cuando vio mí erección.

- Hace unos días atrás nunca habías chupado una pija ¿y ahora no podes parar? - dije con confusión.

Yo entendía a Julián, era un pibe bien virgo, supongo que jamás había tenido sexo con otras personas antes por sus inseguridades. Según yo lo único que él había hecho sexualmente era con la pelotuda de Emilia, la milipili esa no debe saber como se hace un buen pete, bueno yo tampoco se, pero ella era mujer se supone que debería saber cómo complacer a su novio ¿verdad?, pues no.

Ella era tan inútil que ni eso podía hacerlo bien. Lautaro lo desvirgó, pero era mí tarea mantenerlo satisfecho. Julián era mío ahora, tenía que tenerlo bien atendido.

- Solo para que sepas... No sos la primera verga que me como - dijo él ya sacando mí pito de su lugar.

- Si ya sé, que Lautaro... - dije y me detuve cuando sentí su boca caliente envolviendo mí verga. <<Que Rico es esto>>

La Picadura (Enzulian) [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora