Capítulo 7

7 1 7
                                    


Rachelle.

—Nunca pensé en la posibilidad de volver a venir aquí —Mencioné de la nada, rompiendo el contacto visual y mirando a Amara, que sonreía como el gato de Alicia —¿Qué te parece?

Sentí a Evan alejarse un poco de ambos y logré respirar con normalidad, calmando mis nervios.

—De las mejores cosas que he visto hasta ahora —Soltó, cambiando su sonrisa a una pícara.

Apreté mis labios y luego forcé una sonrisa, sin despegar mi mirada de la suya.

—Espera que veas todo lo demás —Tomé su mano y la hice caminar conmigo, apresurándome un poco.

—Quiero ser la madrina de bodas —Susurró con entusiasmo, mientras avanzamos.

—¡Cállate! —Chillé, lo más bajo que pude —No ha sido nada, solo... Algo del momento y ya está —Me negué ante la situación y lo que apuntaba.

Amara sonrió divertida.

—Claro, si tú lo dices... —Rodó sus ojos y se detuvo a mirar los peces —En serio, esto es hermoso, Chelle.

Sonreí y asentí.

—Me alegra que te guste —Me detuve a su lado y pase mi brazo por su espalda —Mi madre solía traerme aquí todo el tiempo, era realmente relajante y reconfortante para ambas.

—Ya lo creo —Sonrió.

Las horas se fueron en un abrir y cerrar de ojos, pero cada momento fue maravilloso, amaba el acuario de Ripley, amaba recordar a mi madre en él y sentir que todo iría bien después de salir de aquí.

¿Ubican que hay personas que tienen un lugar especial? Ese lugar a donde van para recargar energías y poder seguirse enfrentando a situaciones, personas o incluso a la vida misma; algunos suelen tenerlo en las montañas, otros incluso lo encuentran en una persona, yo por mi parte, definitivamente era en este acuario.

—¿Y? ¿Qué tal la pasaron? —Quiso saber Evan.

—Ha sido increíble —Respondió Amara —Dudo olvidar este día con facilidad. 

—Lo mismo digo —Sonreí —Gracias, Evan.

Nos miró y sonrió, asintiendo.

—Bien, es hora de irnos —Comenzó a avanzar en dirección a su auto —Nos quedaremos en mi departamento está noche y mañana a primera hora regresamos a Quebec —Indicó —Me quedaré unos pocos días allá, está semana podré presentarme virtualmente.

Sonreí.

—Parece que tienes todo planeado.

Me miró, mientras abría la puerta para mí —En realidad no, siempre hay algo que se lo dejo al destino, Rachie. Deberías intentar lo mismo —Sonrió, esperando mi respuesta.

Amara tosió dramáticamente y abrió la puerta trasera.

—¡Ay, estoy tan cansada! —Alargó cada palabra con fingida pereza y mientras se adentraba al auto soltó —Ustedes también deberían irse a dormir, ¡Pido el sofá!

La seguí, rodando mis ojos y oyendo como Evan reía de su muy fingido cansancio y su muy notable proposición.

—¿En serio? —La miré mal, desde mi asiento.

Se encogió de hombros y cerró sus ojos, cruzando sus brazos.

—No molestes, Rachie, estoy cansada, así que comenzaré a dormir desde ahora.

Resoplé, volviendo a mi asiento.

El camino a casa fue bastante silencioso, Amara fingía dormir, mientras que Evan tarareaba una canción en español que sonaba de su reproductor.

El Error En El Plan De RachelleWhere stories live. Discover now