Los demonios de los que estamos hechos. ©️

Capítulo 4 |Te recuerdo|

Capítulo 4 |Te recuerdo|
''Enchanted - Taylor Swift''

La puerta de la habitación se abre y, la persona que menos esperaba ver por aquí de nuevo, aparece.

Nikolai.

Mi cuerpo completo se tensa y la mano con la que estaba terminando de meter mis cosas en la maleta se me congela. Realmente no esperaba encontrármelo de nuevo, en lo absoluto, al menos no en el hospital tomando en cuenta que a partir de hoy, y por tiempo espero que muy limitado, estaremos viviendo bajo el mismo techo.

De verdad sentí muchas ganas de negarme, de dármelas de que si tenía un plan y salir por la puerta del hospital dejando todo atrás. Incluso pensé en volver a casa de mi madre en la otra punta del mundo. Seguro que mi hermana se burlaría de mi durante lo que nos queda de vida a ambas.

Pero al final, puse en una balanza todo, reflexioné y lo decidí esa misma mañana cuando abrí los ojos y me encontré con un desayuno al lado: no me iría a ningún lado y no le daría el gusto a Sara de verme destruida por ella y por su traición. Conseguiría un trabajo y cuanto antes me haría sitio en la residencia. Arden me aseguró que podía quedarme el tiempo que fuese necesario, pero realmente no quiero tardarme demasiado ahí.

Quiero dejar olvidado todo este asunto cuanto antes.

Nikolai cierra la puerta detrás de él haciéndome volver a la realidad de nuevo. Es de tarde, casi noche, por lo que me sorprende verlo de nuevo con ropa de hacer deporte. Esta vez tiene un jersey gris y unos joggers del mismo color. El cabello lo lleva despeinando, como las últimas veces que lo he visto, los mismos auriculares del día anterior y trae un envase de café en una mano.

Trago grueso y finjo que sigo recogiendo mis cosas para no verlo a la cara. No sé porque me siento tan rara cerca suyo, sin control sobre mí, o sobre las emociones raras que me abruman. Lo asocio a que es alguien que había sacado de mi vida y que esperaba no volver a ver nunca, así que, tenerlo en frente, ahora, me afecta.

Suelto un suspiro bajo, ya el Dr. Harries ha firmado el acta de salida así que hacía mis maletas mientras esperaba que Arden pasara por mí. Evidentemente el mencionado no está cerca, pero si su amigo. Es decir, ni siquiera sé qué busca tanto tiempo en el hospital, fue Arden quien me atropelló y quien debe de estar aquí. No él. ¿Por qué simplemente no se larga y hace como que nada pasó? ¿Por qué simplemente no deja que Arden maneje el asunto?

—¿Qué quieres? —inquiero cuando me doy cuenta que se ha detenido unos centímetros lejos de mí. Tiene una mano guardada en el bolsillo del jersey y cuando lo miro de reojo me doy cuenta que me extiende el café.

—Te traje cafeína, —me informa.

—¿Por qué? —pregunto a la defensiva, aunque quiero saltar y tomar el café. Mi cuerpo completo me pide a gritos un poco de cafeína y el que da el hospital tiene aspecto sospechoso.

—Simplemente estoy asumiendo que te gusta, —se encoge de hombros, desinteresado, —me lo han regalado fuera y no quería tirarlo.

Espera un segundo...

—¿Y me estás dando a mi algo que podría estar envenenado? —casi me río con ironía, —Vaya, Nikolai.

Me doy cuenta que es la primera vez que digo su nombre con tanta fluidez y sin ningún tipo de nervios en la voz, Nikolai debe notarlo también porque me percato de que la comisura derecha de su boca se curva en una pequeña sonrisa divertida.

—Si lo dices así me haces parecer como una persona terrible, —murmura mirando el café, —he visto como lo preparaban y todo.

—¿Y por qué no te lo tomas tú y ya? ¿No te gusta el café?