CAPITULO 7 | ¿Amigos? |

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CAPITULO 7 | ¿Amigos? |

"Tate McRae - That Way"

Arden todavía sigue riéndose en mi cara por haberme metido en la habitación equivocada. El bocotas de Nikolai no se ha quedado callado y apenas hemos llegado a la cocina se lo ha contado a Arden. Por suerte se ha limitado a decirle que me equivoqué de habitación y ha omitido todo lo demás.

Sería muy incómodo.

Todavía me cosquillea todo el cuerpo al recordar cómo se han puesto las cosas antes, en su habitación. Recuerdo cómo me quitó el mechón de la frente y como se acercó a mí. Pienso en su tono de voz cuando me dijo que yo era la primera en ver sus pinturas y que quería saber mi opinión sobre ellas, y me entra un escalofrío que me recorre el cuerpo completo.

Dios, de verdad necesito mantenerme alejada de él. Necesito despertarme y centrarme. Acabo de salir de una relación. Todavía pienso en Sara y se me revuelven las tripas. Hace poco alguien a quien quería demasiado para mi propio bien me engañó y en el proceso me rompió el corazón. No puedo permitirme bajar la guardia de nuevo y que, una vez más, me dañen.

He sufrido demasiado y a pesar de eso dejo que las personas entren en mi vida, hagan su desastre y luego de vayan. No puede suceder lo mismo ahora. No sé qué me pasa con Nikolai o que le pasa a él conmigo, si es que le sucede algo, claro; pero hay que cortarlo de raíz. No puedo dejar que mis hormonas o lo que sea se entrometan.

Incluso me siento confundida. Hasta hace poco ningún estúpido hombre me había llamado la atención en ningún aspecto y ahora Nikolai en cuestión de días me tiene más nerviosa que nunca. Se supone que los chicos no eran de mi agrado, que solo me atraían las chicas. Pero ahora no lo sé. Siempre me he autodenominado bisexual porque no me gusta encerrarme, pero...siempre estuve con chicas y no con chicos. Nunca había querido besar a nadie del sexo opuesto.

Sin embargo, hace poco estaba muy dispuesta a dejar que Nikolai me besara si era lo que quería. Me sentí a su entera disposición y eso es horrible.

Suelto un suspiro y me coloco la mano contra la mejilla, pensativa. No llevo ni una semana en esta ciudad y ya he tenido más de tres crisis existenciales. Todo por culpa de cierto boxeador caliente que no deja de aparecerme en todos lados.

Lo miro de reojo y siento rabia interna. Lo odio con cada partícula de mi ser por hacerme dudar tanto. Ahora no sé qué me gusta o....no sé nada.

—Es que me pareció muy extraño que no estuvieses en la habitación cuando fui a llevar tus cosas —dice Arden riendo y trayéndome de vuelta a la realidad.

No me ha mirado mientras lo dice porque está demasiado ocupado frente a la estufa. Tiene una espátula en la mano mientras mueve no sé qué cosa en una sartén. Según Nikolai Arden hace esto todos los domingos del año sin faltas. El desayuno en conjunto los domingos es sagrado para él. Antes solo eran Nikolai y él. Ahora estoy incluida porque también vivo aquí.

—Que gracioso, Arden.

Es que quiero asesinarlo, lo juro. Encima de que lo que sea que está haciendo para desayunar huele delicioso y mi estómago gruñe en espera, quiero irme y encerrarme en mi verdadera habitación, pero el orgullo es opacado por el hambre que siento. Anoche no cené nada y hoy eso me está pasando factura.

Encima con lo dramático que es Arden seguro que no me perdona nunca que me vaya a mi habitación y no desayune con ellos. Incluso el perro, Tucker, está acostado en la cocina. Esperando su ración también.

Sigue echándome miraditas, resentido.

—Te di instrucciones claras —dice dándose la vuelta para mirarme por un segundo—, que hayas entendido mal es tu problema no el mío.

Los demonios de los que estamos hechos. ©️Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin