Conejo

756 72 15
                                    


No es que realmente quisiera espiar, o entrometerse. Había ido allí solo para hablar realmente con Lan Xichen, pero este todavía estaba atrapado en una reunión con Lan Qiren por lo que mientras esperaba había decidido caminar. Nunca fue de los que se quedaban quietos, era exclusivamente por eso que se había topado con el pequeño. ¿Qué edad tenía? Probablemente uno o dos años mayor que Jing Ling... Parecía realmente angustiado y tenia algo en sus manos... No es que ver a un discípulo joven fuera algo extraño, lo que si era su cinta con patrón de nubes recordaba que eso significaba que era parte de la familia. Iba a darse la vuelta para regresar, no quería lidiar con otro mocoso, suficiente tenia con Jing Ling... O eso pensó hasta que escucho como un sollozo. Gruñó... Se estaba ablandando.

— ¿No que no podían tener animales aquí? – su voz sonó más dura de lo normal asustando al chico que tendría unos 5 o 6 años mas o menos.

El chico solo se aferró más a lo que tenia en sus manos tratando de no llorar. Lo observó unos momentos y entonces lo notó... Una pequeña mancha de sangre en el pelaje blanco. En un movimiento rápido le quito el animal de las manos para examinarlo.

— ¡No! – y el chico se quejo ante eso y se notaba preocupado- ¡No le hagas daño!

— Cállate... - lo regaño, pero solo tomo mejor  al animal para verlo, una de las patas presentaba una herida, se trataba de un corte que posiblemente había sido causado por algo un poco filoso que podía ser o bien una rama o colmillos.- Solo tiene una herida superficial, no se va a morir.

— ¿En serio? – y aun seguía algo afectado- Lo encontré y no sabía cómo ayudarlo... No quiero que se quede solo y herido, sería muy triste

— ... - Lo observó unos momentos y luego le devolvió el conejo- Solo... limpia la herida, no es necesario ni que la vendes... Y deja de llorar.

Si. Definitivamente se estaba volviendo blando, pero no podía evitarlo. Le había recordado a Jing Ling cuando Hada se hizo un corte y estaba llorando como si le hubieran cortado un pie. Niños... Exageraban por todo.

— Tenia miedo...- y el niño volvió a sollozar abrazando al consejo- Papá realmente los quiere y no deseo que le pase nada...

— .... – Así que el padre tenia conejos rompiendo las reglas, recordaba que cuando estudio Wei Ying había agarrado un par de conejos con la excusa de llevárselos a Lan Wangji. Observó que el chico todavía no parecía decidirse así que volvió a quitarle el animal de las manos- ¡eres un tonto! – y comenzó a caminar, pero mientras lo hacia lo acomodo, usó parte del brazo para que se apoyara mientras que con la otra mano lo sujetaba para que no escapara. Escuchó los pasos detrás, pero no volteo a verlo.

Se dirigieron hacia la habitación que le habían asignado y de ahí saco unas cosas de su bolso. Tiro algo de agua sobre la herida manteniendo firme el agarre ya que el animal quería intentar escaparse, aunque escucho un leve quejido del pequeño lo ignoró. Luego le colocó un ungüento y volvió a revisarlo. No tenia otras heridas y usaba bien sus patas. Solo entonces lo devolvió.

— Asegúrate de limpiar su herida y colocarle una medicina. Dile a tu padre que no sea estúpido y revise si no hay zorros, les encanta comerlos. – ante la expresión de horror del chico no sabia si reírse o quejarse. Rodo los ojos- La herida seguramente fue porque se cayo en algún lugar, sanara en unos días. Regresalo con los demás.

— ¡¡Lo haré!! ¡Lo haré! ¡Le diré a papá que aleje a los zorros!! – y esta vez su expresión se tranquilizó, aunque lo observó unos momentos- Gracias... Señor

— Líder Jiang para ti mocoso, largo de aquí.

— Muchas gracias, Líder Jiang. – el chico le volvió a agradecer y se fue tratando muy duro de no correr.

Extras de La Deuda del lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora