Afrodisiaco

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Habían recibido información sobre la desaparición de hombres en una aldea, lo extraño era que siempre encontraban los cuerpos completamente secos como si no solo les hubieran drenado la energía sino también toda la carne y músculos dejando simplemente piel y huesos. Y siempre parecían ser la misma situación: desaparecían una noche para que luego a los tres días se veían los restos. Ninguno de los aldeanos sabía que pasaba, solamente cuando el hijo de uno de los nobles desapareció fue que enviaron una carta de ayuda a las dos sectas por ser las más cercanas: Yunmeng y Gusu.

En ese momento el Líder actual del clan Gusu estaba con unos discípulos en la casa del noble obteniendo información.

— ¿Dice que solo piel y huesos?

— Así es – asintió- Todos y cada uno de ellos.

— ¿Ha notado algo inusual antes de los sucesos?

El noble que los había recibido pareció pensar un poco, realmente no recordaba nada importante según él. Negó con la cabeza luego de unos momentos.

— Muy bien...- asintió Lan Xichen- Por favor que esta noche nadie salga, nosotros nos encargaremos...

— ¡Que bueno! ¡Sabía que podía contar con ustedes! No como esos otros cultivadores...

— ¿Qué otros? – uno de los discípulos no pudo evitar preguntar, no recordaba haber visto ningún otro clan en su camino.

— Vinieron de Yunmeng – comentó la esposa del noble sin ocultar su disgusto– Aunque eran unos maleducados, especialmente su líder. Nos gritó mucho por no haber avisado antes y exponer a los aldeanos, ¿puede creerlo? ¡Como si tuviéramos la culpa!

Lan Xichen tosió un poco para ocultar su expresión. Definitivamente ese era Jiang Cheng, seguramente algo habían dicho que lo enfadó bastante y no lo culpaba en absoluto, él también se había ofendido al enterarse que llevaban ya unos meses con este problema y recién ahora avisaban.

— Avisar cuando... empezaron a aparecer los primeros cadáveres hubiera sido bueno – habló finalmente sonriendo de un modo tal que los anfitriones sintieron escalofríos. ¡¿NO QUE EL LIDER DE GUSU ERA MUCHO MÁS AMABLE?! – Especialmente porque hubiéramos evitado más muertes y que lo que está atacando gane más fuerza.

Seguido se dedico a realizarles un buen sermón y a recordarles las razones por las cuales debían avisar con tiempo, además de las posibles consecuencias. Los discípulos que acompañaban a Zewu Jun trataron de mantenerse quietos... Lo habían hecho enojar y ellos por nada pagarían el precio. Esperaban encontrar luego al otro líder, seguramente eso haría que mejorara el humor.

Por la noche había indicado a los jóvenes que patrullaran mientras él se quedaba un poco más atrás. No sabían cómo era que la bestia atraía a los hombres, ni tampoco cómo los asesinaba. Era arriesgado ir un poco a ciegas... De repente escuchó un estruendo, era el sonido de una bengala. Levantó la vista esperando, quizás, ver el logo de Gusu, pero grande fue su sorpresa cuando la que apareció en el cielo fue la de Yunmeng. De inmediato convocó su espada para dirigirse al lugar. Pensó en Wanyin, y esperaba que estuviera bien. No dudaba de su capacidad de enfrentar a la bestia, lo que realmente le preocupaba era su poca capacidad de autoconservación. Más de una vez lo había encontrado herido en alguna cacería nocturna, en ocasiones eran apenas rasguños y otras... heridas que requerían de sanadores expertos y reposo. Algo en lo que no era nada bueno, tanto que debía obligarlo a quedarse quieto.

Cuando llegó al lugar, pudo ver a varios discípulos con túnicas moradas algo heridos y agotados, pero ninguno de seriedad. Escaneo el lugar hasta finalmente dar con la figura que buscaba... Estaba dando el último golpe con su espada a una criatura que parecía haber adoptado una figura femenina, pero también tenía el rostro completamente desfigurado y sus manos parecían más garras de animales. La espada cortó en dos al monstruo dando fin total al combate. Cuando Jiang Cheng se volteó para ver a sus discípulos, el jade pudo notar las túnicas completamente manchadas de sangre...

Extras de La Deuda del lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora