Tres etapas

424 61 24
                                    


Cuando tenía cinco años Jin Ling tenía días que odiaba quedarse en la Torre Koi porque significaba que su Jiujiu no estaría con él y lo cambiaba por otro. Por eso cuando lo veía cerca de Lan Xichen lo primero que hacía era empujarlo y abrazarlo sin dejar que nadie más lo tocara.

Y si estaba en Muelle de Loto, no importaba absolutamente nada, ni las amenazas, trataba de dormir en la habitación de su tío alegando que tenía pesadillas, que tenía frío. Siempre tenía una excusa. Especialmente si notaba que Lan Xichen estaba de visita.

No iba a compartir a su tío en absoluto.

Odiaba cuando Lan Xichen lo llamaba "A-Cheng" y si podía, armaba un pequeño berrinche porque era su Jiujiu y no de Lan Xichen. Estaba enteramente celoso. ¿Quién se creía que era Lan Xichen para llamar a su tío así? ¡No era nadie!

—Jin Ling...- Jiang Cheng suspiró resignado cuando lo vio entrar nuevamente a la habitación - ¿Qué sucedió ahora?

— No puedo dormir...- respondió con un puchero mientras abrazaba una manta, tenía el cabello completamente suelto - ¿Puedo dormir contigo Jiujiu?

— No creo que sea buen momento... - miro de reojo a Lan Xichen que estaba parado no muy lejos doblando la capa para dejarla a un costado. Habían sido interrumpidos... Era la tercera noche ya.

— Pero Jiujiu...- se quejó- No quiero dormir solo... Esta oscuro y...

— ¿No te deje unas lámparas especiales?

— Tengo frío...

— Estamos en verano A-Ling

— ¿Qué tal si te acomodas con tu Jiujiu? – propuso Lan Xichen mientras tomaba su Xiao y Jiang Cheng lo miraba como regañándolo. Lo estaba malcriando.

— Xichen, no creo que...

— ¡No lo llames Jiujiu! – el niño corrió para abrazar por la cintura a su tío y fruncir el ceño completamente hacia Lan Xichen - ¡Es mi Jiujiu! ¡Mío!

— Lo entiendo, pequeño maestro – y trataba realmente de no reírse mientras volvía a acomodarse junto a Jiang Cheng.

La verdad que realmente lamentaba que nuevamente fueran interrumpidos, pero le permitía ver como su amante manejaba al pequeño de diversas formas para que los dejara solos, o bien terminaba convenciéndolo para que durmiera temprano y ambos tuvieran al menos unos minutos a solas. No es que hicieran lo que realmente deseaban, pero era algo.

— ¿Y? ¿Qué piensas hacer? – le preguntó Jiang Cheng ya completamente resignado a que otra noche no pasaría nada, y quizás lo máximo serían unos besos. Tomo al pequeño para acomodarlo mejor en su regazo.

— Ya verás...- le sonrió y acomodo mejor su Xiao antes de empezar a tocar una melodía suave. Recordaba algunas que bien podían servir para ayudar a dormir, aunque no usaría nada de energía espiritual. Era pasada la hora en que el pequeño dormía así que estaría cansado.

Las notas comenzaron a inundar la habitación, eran suaves casi como una canción de cuna. Jiang Cheng debía admitir que transmitía una calma que casi lo transmitía a aquellas noches en Gusu cuando aún era estudiante, después que Wei Ying fuera expulsado. Tranquilidad. Cuando la melodía termino, vio al pequeño en sus brazos completamente dormido, y sonrió. Con cuidado se levantó para llevarlo a la cama y arroparlo, le dio unas caricias en la cabeza asegurándose que siguiera durmiendo antes de regresar con su invitado.

— Lo siento...- se disculpó – Últimamente no sé qué tiene...

— Supongo que es la edad – admitió divertido y dejo a un costado su instrumento para tomar una mano de Jiang Cheng- Jingyi también se pone algo celoso cuando estoy dándole lecciones a A-Yuan pero no lo demuestra tanto.

Extras de La Deuda del lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora