Dos momentos de aislamiento

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Un día en Gusu

Despertó a la hora de siempre, cinco de la mañana. Se quedó un rato en la cama antes de forzarse a levantarse y vestirse. Llevaba ya un tiempo con esa rutina y más que ayudarlo, parecía estar matándolo. Se había aislado debido a todo lo que había sucedido. Enterarse que aquel hombre que lo ayudó cuando estaba en la huida, que también le presto ayuda durante la reconstrucción de su hogar...Que había pensado confiarle su secreto con Jiang Cheng (no llegó a hacerlo, y agradecía eso) hubiera hecho todo eso. Todavía no estaba seguro de si realmente se había movido...

Usó unas túnicas algo livianas, con el pasar de los días no le importaba tanto porque no venían a verlo. Se acomodo para meditar hasta que le trajeron el desayuno. Unos golpes y un anuncio solo para que cuando abriera la puerta la bandeja estaba ahí. No se quedaban. Lo consideraban alguien que no era tan digno de confianza. No solo había revelado técnica a alguien que no era del clan, sino también que permitió que fuera usada para asesinar. Sintió un revuelo en el estómago y aparto la bandeja. Le daba asco.

Realmente la meditación para lo único que le servía era para volver a pensar sus acciones y pensar distintos escenarios. ¿Si no hubiera intervenido podrían estar vivos sus hermanos? ¿Si hubiera intentado mediar de otro modo, estarían vivos? ¿Cuál era la respuesta? Necesitaba esa respuesta. ¿Qué hubiera hecho A-Cheng?

Para el almuerzo fue Lan Jingyi quien le llevo la bandeja y retiro la del desayuno. Él si le entregó la bandeja, pero podía notar que realmente quería hablar pero no podía. No tenía permitido.

El aislamiento en su clan era literalmente aislarse de todos y no tenían permitido contacto con otros. Uno debía reflexionar sobre sus acciones y encontrar la respuesta a su problema. Estaba visto para que cambiara, para que se hiciera más fuerte. Pero... ¿no había sido eso lo que mató a su madre? ¿así había muerto? ¿en soledad?

Los únicos pensamientos o recuerdos que no lo atormentaban en ese tiempo eran de los momentos que había pasado con Wanyin. Esa relación tan extraña que había surgido, y aun conservaba la campana... Aunque ya no tenía la energía de ese hombre, se había desvanecido y no se atrevía a hacerla sonar con la suya por lo que permanecía en silencio. Pero era un recordatorio. Una pequeña fuerza.

Durante la cena fue Lan Wangji quien se acercó, y esta vez él tenia permitido hacerle compañía. Era el único porque era su hermano y le había rogado realmente a su tío y a los ancianos para que lo permitiera. Aunque tampoco podían hablar mucho, no tenia permitido saber del mundo exterior. Se creía que influiría en su meditación. Aunque esa noche...

— Hermano...- lo llamó mientras juntaba las bandejas, habían terminado de comer- El Líder Jiang pidió una audiencia con tío.

Lo miro sorprendido, no sabía porque se lo decía, pero más aún... ¿por qué Wanyin iría?

— A-... ¿El Líder Jiang vendrá? – pensó en llamarlo "A-Cheng" pero no podía frente a su hermano- Eso... es inesperado – pero esperanzador, quizás si el destino le sonreía podría verlo.

 es inesperado – pero esperanzador, quizás si el destino le sonreía podría verlo

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