Capítulo 4: Mini fiesta.

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|Sam|

—Quise reunirme con ustedes para darles una noticia—comenzó a hablar mi abuela.

—¿La boda se cancela?—dije fingiendo alegría, aunque si así fuera, lo estaría completamente.

—Al contrario, querida Sam, ya hay fecha definitiva para la boda, las invitaciones ya están en proceso para ser enviadas y ya estoy buscando personas para los preparativos, la decoración y la comida.

—¿De verdad quieres hacer esto? ¿Hacerme esto?—dije levantándome de la mesa, dando un golpe.

—Es por tu bien, cuando yo ya no esté en este mundo me gustaría que tuvieras tu vida hecha, es lo único que me haría feliz—mencionó intentando darme calma, pero a medida que seguía hablando era peor.

—¿Y qué hay de lo que yo quiero, de mi felicidad?

—Sam...

—Ni siquiera sabes qué decirme, así que te lo haré fácil y prefiero que no digas nada, ya me voy—hice la silla a un lado y comencé a caminar.

—¡Sam, detente!—oí a Kirk.

Seguí mi camino, pero me tomó del brazo fuertemente, haciendo que me volteara hacia él.

—¿¡Qué demonios te pasa!?

—Deja de comportarte como una niña y escucha a tu abuela, tal vez no sea tan malo casarnos, ella te está dando todo en bandeja, no puedes desaprovechar la oportunidad de...

—¿Tu te escuchas cuando hablas? Kirk, ya me has dicho un montón de veces lo que sientes por mí, que me quieres, que de verdad estás enamorado y la verdad es que no entiendo cómo o la razón, pero el punto es que esto no es mutuo, ni siquiera soporto convivir contigo—lo interrumpí.

—Estás siendo cruel.

—Estoy siendo sincera, siento que mis palabras te duelan, pero es la verdad.

Me miró a los ojos con tristeza, seguía tomándome del brazo, pero finalmente me soltó. Me di la vuelta, dandole la espalda y comencé a caminar hasta donde estaba mi auto, ya no quería estar en esta casa.

(...)

Había pasado un largo rato, al momento de llegar a casa me di una ducha, comí un poco y subí a mi habitación. Me sentía mentalmente agotada, necesitaba descansar.

Me puse mi camisón de seda negra para dormir y me acerqué al gran ventanal para cerrar las cortinas, cuando algo llamó mi atención; Mon estaba junto a un chico sentados en la terraza de su casa, estaban bebiendo algo, reían y se notaba que la estaban pasando bien.

Abrí el ventanal y salí al balcón, puse ambas manos sobre la baranda. Sólo podía pensar en la vida que podría haber tenido si mi abuela no controlara todo lo que hago, la persona que sería, a lo que me dedicaría, lo que estaría haciendo en este preciso momento.

—¡Buenas noches, Sam!—la voz de Mon me sacó de mis pensamientos.

—Oh, hola—respondí. Estaba distraída, así que fue lo único que pude decir.

—¿Todo bien?

Asentí con la cabeza y me llevé la mano a mi cabello.

—¿Por qué no te unes a nuestra mini fiesta y bebes algo con nosotros?

—Yo no acostumbro a beber, no es algo que...

De repente dejé de hablar, lo pensé por unos segundos.

—Claro, ¿por qué no?—respondí finalmente.

—Te esperamos—dijo con una sonrisa.

Me cambié rápidamente por ropa cómoda ya que llevaba mi camisón de pijama, y una vez lista, bajé las escaleras y tomé las llaves. Me sorprendió que no hubiera rastro de Kirk, pero esta noche me iba a relajar, necesitaba dejar de pensar en esta situación.

Mi Primer Millón | Sam y MonTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang