CAPÍTULO 27

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CAPÍTULO  27.


Amelia:


Siento el calor y suavidad de sus manos que acarician el contorno de mi rostro con delicadeza, suspiro aún manteniendo los ojos cerrados mientras una sonrisa se me escapa de los labios. Sus piernas están aprisionando las mías y uno de sus brazos pasa por debajo de mi nuca rodeándome en un abrazo protector, mientras con esa mano acaricia mi hombro.

Lentamente abro los ojos solo para encontrarme con su gris mirada que recorre mi rostro con amor y adoración.

—Buenos días.— susurro algo sonrojada al notar que aun sigo desnuda.

—Son muy buenos días diría yo.—Responde mientras me besa la frente.

Suspiro y acomodo mi cabeza sobre su pecho desnudo, mientras con mi brazo me aferro a su cintura.

Estar así con el es... el paraíso, me llena de tal forma que es imposible de expresar con palabras. Estando con él me siento adorada, protegida y resguardada. Esa clase de sentimiento que todos deseamos sentir alguna vez, pero que al mismo tiempo nos atemoriza porque nos hace vulnerables.

Se que probablemente salga herida de esta relación y son muchas las cosas que pueden salir terriblemente mal. Pero justo en este momento cuando sus brazos me rodean mientras alza mi mentón para dejar besos cálidos por mi rostro y mi mandíbula dibujando un camino de besos hacia mis labios nada más importa. No hay peligro, no hay temor ni hay dudas. solo la seguridad de que hoy , ahora y en este momento soy completamente suya y el lo sabe.

Cassiano:

Despertar y poder admirar la belleza de Amelia mientras duerme, es la sensación más gratificante del jodido mundo. Su piel suave y luminosa siendo a penas iluminada por los rayos de sol de la mañana que se filtran entre las cortinas la hacen lucir como una reina. Una digna de admirar, de venerar y esa reina ahora era mía.

Observo su angelical rostro y como se remueve un poco sobre mi agarre en busca de calor, un mechón de cabello le cubre el rostro, lo aparto sin quitarle los ojos de encima... no se que me hizo esta mujer pero...
Pondría el mundo a sus pies si me lo pide y destruiría y quemaría ese mismo mundo si alguna vez alguien intenta hacerle daño.

Se que soy un puto egoísta por arrastrarla conmigo, se que la pongo en peligro de mil maneras llevándola conmigo pero también estoy seguro que nadie va a tocarla, le arrancaré las manos a todo el que lo intente. Nadie la alejara de mi nunca, es probable que mi apego hacia ella no sea sano pero me importa una mierda porque ella es mía, y no voy a dejar que nadie la aleje de mi. Se que también tiene miedo y también se, que hay algo que aun no me dice. Lo siento, la manera en la que reacciono cuando Lorenzo reveló mi pasado me dejo claro que hay algo más detrás del miedo de Amelia, pero no me importa, porque sea lo que sea que la atemoriza lo voy a destruir.

Siempre lo supe... siempre supe que no soy bueno, no soy un jodido héroe ni un príncipe azul soy lo que soy, un asesino, un criminal y esa es mi naturaleza pero con ella... con ella me siento... un hombre normal.

Siento como su cuerpo se remueve y aprieto un poco más mi agarre atrayéndola contra mi pecho mientras la acaricio, es imposible dejar de tocar su cuerpo, su... piel... sus labios... recorro con mis dedos el contorno de su mejilla y acaricio sus labios con el pulgar.

El Ángel del Diablo ©(TERMINADO)#libro1 "Almas Corrompidas"[AÚN PARA CORREGIR]Where stories live. Discover now