CAPÍTULO 67

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CAPÍTULO 67.


Amelia:

El sonido lejano de una voz, diciendo mi nombre llega a mis oídos, a medida que poco a poco voy recobrando el conocimiento. Mi cuerpo se siente pesado y el mareo persiste, pero ya no es tan fuerte como al principio.

-Vamos pequeña, despierta. -Una persona continua hablando, lento abro los ojos y parpadeo un par de veces, intentando acostumbrarme a la luz hasta que la imagen borrosa, del chico que me mira con preocupación se aclara. Dejándome ver el rostro pálido de Adriano quien me sostiene entre sus brazos.

-¡Maldición Amelia! Casi me da un infarto! -Dice mientras su mirada inquisitiva me recorre de pies a cabeza.

Miro a mi alrededor, y agradezco que estemos solos. Estoy sentada en el suelo y Adriano permanece de rodillas a mi lado sujetándome. Llevo una mano a mi cabeza y la coloco sobre mi frente tratando de aplacar el dolor de cabeza.

-Lo siento... yo... «piensa Amelia, piensa» intento inventar una excusa para lo que acaba de ocurrir, antes de que el empiece a sacar conclusiones.

-Yo... no desayune esta mañana, estoy haciendo una dieta un poco estricta. -Me excuso mientras el no deja de observarme. Lo cual no ayuda a mis nervios ya que unas fuertes náuseas me invaden obligándome a ponerme de pie rápidamente. Y aunque me tambaleó Adriano me ayuda tomándome por el codo para que no me caiga. Siento otra arcada subir por mi garganta y lo empujo a un lado, mientras salgo disparada en dirección al baño, cierro la puerta de un portazo y me abrazo al inodoro, dejando salir lo poco que hay en mi estomago.

Cuando termino, suelto un suspiro cansado mientras mis manos siguen sujetando la loza del inodoro. Me pongo de pie cuando me recompongo un poco y me acerco al lavabo, donde enjuago mi boca y mojo mi cara para refrescarme. Mis dedos sujetan la bacha con tanta fuerza que mis nudillos se ponen blancos, mientras observo mi reflejo en el espejo. Estoy pálida, mis ojos están llorosos y mi respiración sigue agitada, llevo mi mano hacia mi abdomen plano y un sentimiento extraño me recorre al punto de subir por mi espina dorsal.

«No... no puede ser lo que estoy pensando... no puedo estar embarazada. ¿o si?»

Mi mente viaja a todos los momentos en los que Cassiano y yo estuvimos juntos. Y... ¡dios!
Desde que volvimos nuestros encuentros han sido... espontáneos, solo sucedieron. Y ninguno de los dos se ha cuidado desde entonces. Asi que, si. Hay una muy alta probabilidad de que este embarazada.

Mis ojos se clavan en el reflejo de mi abdomen en el espejo y mi mano acaricia el lugar imaginando la posibilidad. Eso explicaría los constantes mareos de los últimos días, las náuseas y la fatiga.

Salgo del baño pero me detengo en la puerta cuando veo a Adrianno que me observa de pies a cabeza, desde la pared donde esta recostado despreocupadamente con los brazos sobre su pecho.

Su mirada es curiosa, pero hay algo en ella que hace que cada bello de mi piel se erice y me ponga mas nerviosa. Y para no levantar sospechas me aproximo a él.

-Creo que es mejor que terminemos por hoy.-
Digo y el entrecierra los ojos mirándome con desconfianza.

-¿Vomitaste? -Pregunta ignorando mis palabras y me paralizó un instante cuando su pregunta me toma por sorpresa, pero rápidamente niego repetidas veces con la cabeza.

-N.no... ¡claro que no! ¿Porque iba a vomitar? No es como si esruviera embarazada o algo asi.-Digo y trato de sonreír, pero los ojos de Adriano viajan de manera cautelosa recorriendo mi cuerpo y podría jurar que por un instante se detienen en mi abdomen, donde inconcientemente tengo la palma de mi mano apoyada.
La quito rápidamente y carraspeo llamando su atención.

El medio sonríe cuando me mira, pero sus ojos no lo acompañan y parece... triste o preocupado. Le sonrió en un intento por que note que ya estoy bien.

-Bien... yo, creo que ya debería irme.-Hablo apartando la mirada cuando noto que no me quita la mirada de encima.

Me dirijo hacia la puerta pero el se aparta de la pared y se interpone en medio, impidiéndome el paso. Trago grueso cuando su enorme y musculoso cuerpo me acorrala forzandome a levantar el mentón, para mirarlo a los ojos cuando vuelve a recorrerme con la misma mirada inquisitiva que hace rato.

-¿Que... ¿que pasa? -Pregunto y me maldigo por sonar tan nerviosa mientras tartamudeo.

-¿De verdad te encuentras bien?-Pregunta y asiento dando un paso atrás, cuando el da otro hacia adelante, colocando la palma de su mano sobre la pared al lado de mi rostro.

-Si... exelente.-Respondo trémula cuando estrecha los ojos.

-Tu no me mentirías, ¿o si?-Pregunta con un tono que rasga entre lo acusatorio y la burla, pero solo me limito a negar repetidas veces.

-No.. por supuesto que no! ¿Porque lo haría?-Musito tratando de sonar segura de mis palabras.

Me observa unos instantes donde no me muevo y creo que incluso he dejado de respirar, pero de un momento a otro se aparta, dándome el espacio que necesitaba cuando voltea y se encamina hacia la salida. Suelto un suspiro silencioso con alivio, pero se detiene justo bajo el umbral de la puerta.

-Mañana trata de desayunar algo antes de venir a entrenar.
Y... Amelia... -Esta vez habla mientras me mira por encima de su hombro.

-¿Si?

-Últimamente estas muy pálida, y te mareas demasiado. Creo que ya deberías dejar esa... dieta tan estricta que estas haciendo.

-¡Por supuesto! No te preocupes eso hare.-Respondo con una falsa sonrisa y al fin me relajo cuando se marcha dejándome sola.

Recuesto la espalda a la pared y suelto el aire que contenía, mi corazón parece que se va a salir. Y no puedo dejar de pensar que Adriano sospecha algo, el no es idiota y no se si se trago el cuento de que estoy a dieta.

«¿Y si me escucho vomitar?»

La paranoia me toma y mil escenarios se dibujan en mi mente. ¡No! El no tiene como saber algo que ni siquiera yo tengo certeza, porque podría existir la posibilidad de que mis síntomas sean por cansancio o mala alimentación. Últimamente con las horas extras en el trabajo y los nervios por lo que guardo bajo mi techo... podrían estar jugándome una mala pasada.

-Si, eso es... es solo que estoy nerviosa, no hay bebe, ni nada parecido Amelia. -Susurro para mi misma.

Aunque para estar segura quizás debería haceme un examen, solo por si acaso.

Miro la hora en mi reloj y ya es tarde y Debo apurarme si quiero llegar a tiempo al trabajo.

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Bueno... ¿Amelia esta en negación o de verdad no hay bebe? 🤔

✨️¿Será que Adriano sospecha que a Amelia le pasa algo?

✨️¿Adriano esta triste? 🥺

✨️¿Que será eso que tiene Amelia escondido en su casa y que la tiene nerviosa?

✨️Atentas a lo que se viene... llego la hora de sufrir un poco chicas, ya tuvimos días pacíficos.

El Ángel del Diablo ©(TERMINADO)#libro1 "Almas Corrompidas"[AÚN PARA CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora