CAPITULO 52

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CAPÍTULO 52.

Cassiano:

Recuesto mi cabeza hacia atrás en el respaldo del sofá, mientras mantengo los ojos cerrados y masajeo la parte lateral de mi cabeza. Estoy volviéndome jodidamente loco con todo lo que tengo encima.
Aún no tengo idea de quien es la supuesta mujer que está vendiendo nuestros cargamentos a los rusos, las jaulas de pelea clandestina se inauguran mañana y debo estar presente ya que los latinos no confían del todo en nosotros después de lo que les paso con los rusos. No tengo novedades del paradero del hijo de puta de Matteo y por si fuera poco Amelia se la pasa pegada con Adriano para arriba y para abajo. Como anoche cuando vi por la ventana de mi oficina cuando el la trajo a casa del trabajo.

Últimamente mi vida se ha ido a la mierda y es ilógico que extrañe el basurero del callejón donde dormía meses atrás, pero lo hago. «Al menos allí la tenia a ella.» El recuerdo de sus palabras la última vez que discutimos sigue ardiendo en mi pecho incluso más de lo que me dolió su cachetada.

Meto la mano en el bolsillo de mi pantalon y saco el teléfono celular para apagar la alarma.— Las 06:00 de la mañana—. Observo en dirección a la cama que permanece intacta ya que desde mi discusión con Amelia no he podido pegar un ojo.
Me pongo de pie y dejo el vaso con los  restos del whisky sobre la mesa de noche, justo cuando mi teléfono vibra en el bolsillo de mis pantalones.

—¿Diga?

—Jefe... soy Enzo.

—¿Enzo? —Vuelvo a mirar la pantalla notando que no es su número habitual.

—Si, escúcheme jefe... no tengo mucho tiempo, se donde esta la rata y no me lo va a poder creer.

"¡Habla ya! ¿Donde esta Medina?

—¡Italia! Matteo medina está en Italia jefe.

Todos mis sentidos se ponen alerta, el enojo comienza a tomarme pero me controlo presionando más el teléfono en mi mano. «esa maldita mierda esta aquí...»

—jefe... escúcheme, el tipo cree que usted mando matar a su padre.

—¿Que? ¿Su padre murió?

—Si, lo acribillaron a balazos hace unos días. Pero eso es lo de menos, el chico enloqueció y sabe de usted... sabe quien es y que esta con la señorita Amelia.

Mi mente viaja a mil por hora, no me preocupa que sepa de mi, solamente es un niño idiota, nunca sería rival para alguien como yo y el hecho de que este aquí solo agiliza su muerte. Pero lo que no comprendo es como sabe quien soy y que Amelia esta conmigo, es imposible que el idiota sepa esas cosas a menos que...

El sonido de disparos al otro lado de la línea me despierta al tiempo que hablo.

—¡Enzo...!  Enzo ¿Que diablos esta pasando?

Se escuchan pasos y como el chico del otro lado de la línea maldice mientras el sonido de la balacera no se detiene, el sonido de un metal pesado siendo arrastrado se escucha del otro lado y vuelvo a llamar al chico que ha estado cumpliendo cada una de mis órdenes al pie de la letra.

—¡Enzo maldita sea! ¡Resportate!

—Lo siento jefe... me emboscaron. No creo que salga de esta. —Dice agitado mientras escucho el sonido de los disparos.

—¿Que diablos esta pasando? ¡Dime que tienes apoyo Enzo!— Gruño.

—¡Negativo! Nadie vendra, estot solo. —Jadea. —Es la gente de Matteo, los envío a matarme. Sabe que lo traicione y que trabajo para usted.

El Ángel del Diablo ©(TERMINADO)#libro1 "Almas Corrompidas"[AÚN PARA CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora