Capítulo Quince

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Chan no había querido decir eso, en verdad no lo había hecho. El beso en la mejilla probablemente podría haber pasado por alto si el "Te quiero, Min" no se le hubiese escapado. ¡Ni siquiera lo dijo en un sentido romántico! (Bueno, bueno, tal vez había una parte de él que lo hizo, pero eso no era todo lo que había estado pasando en su cabeza durante ese momento). Pero por la manera en que los ojos de Seungmin se agrandaron en sorpresa, podía decir que se había jodido a sí mismo de nuevo.

Genial.

Se apartó de Seungmin, sonriendo torcidamente hacia él de una manera que rezaba que luciera casual y no como si se estuviese golpeando a sí mismo mentalmente.

—Eres mi mejor amigo—dijo con seriedad. Era lo mejor que podía hacer, así afortunadamente podría reparar el daño.

Seungmin suspiró pesadamente y aunque Chan se sintió más relajado, el hecho de que el pelirrojo estuviera tan obviamente aliviado le dolió un poco. Trató muy duro de procesarlo. Seungmin estaba molesto y, más allá de eso, a él no le gustaba Chan. Chan podía aceptar eso... Tenía que hacerlo.

—Yo diría que eres el mío también, pero Hyunjin sin duda no debe escuchar eso o me asesinaría mientras duermo.—Fueron las pequeñas arrugas a los costados de sus ojos cuando le devolvió la sonrisa a Chan lo que le advirtió que Seungmin iba a estar bien —que ellos iban a estar bien.

Por ahora, al menos.

Pero, honestamente, el ahora era la única cosa por la que Chan estaba particularmente preocupado. El futuro era inmenso e incierto y por lo general no era algo en lo que él estaba interesado en meditar. Lo que tenían podía ser suficiente por ahora.

—Entonces, ¿estás bien?— Preguntó Chan, quitando sus brazos de su alrededor.

—Sí—dijo Felix rápidamente, con un tono que sonó como si prefiriese mantenerse alejado de cualquier cosa relacionada con Sullyoon, y no era como si Chan fuera a insistir.

Chan asintió con la cabeza mientras algo frío y húmedo le tocaba la mejilla. Retrocediendo, miró hacia el cielo. No había notado el hecho de que estaba nublado cuando él corrió hacia Seungmin a toda velocidad.

—¿Crees que va a llover?—él preguntó, mirando a Min. Y precisamente entonces, lo hizo.

La lluvia comenzó a caer en cascada sobre ellos como si las nubes hubiesen decidido disiparse de una vez, cayendo en hojas alrededor de sus hombros. Chan escupió y trató de proteger su cabello de la lluvia, pero no sirvió de nada: en cuestión de segundos, su pelo estaba empapado. Y Seungmin. Bien.

Seungmin echó la cabeza hacia atrás (lo que le dio a Chan una visión bastante espléndida de su garganta expuesta, su manzana de adán y su piel bronceada. Chan de repente tuvo la necesidad de besar su garganta mojada) y se rió, dientes blancos parpadeando. Pasó sus manos a través de su, ahora mojado, pelo rojo, mirando hacia a Chan. El agua goteando de sus obscenamente largas pestañas.

Los adjetivos que vienieron a la mente de Chan mientras miraba al otro chico eran cosas como impresionante, hermoso, perfecto. Pero entonces él también comenzó a preguntarse cómo se vería Seungmin si fuera una sirena o bueno... Un tritón. Pero era imposible que un tritón fuese un patinador artístico y— sí, ese tren de pensamiento necesitaba detenerse.

—¿Te gustas lo que ves, Channie?— Seungmin preguntó, rompiendo el trance de Chan y batiendo sus pestañas.

Chan bufó y rodó sus ojos (a pesar de que su monólogo interior era jesucristositúnoteníasquenisiquierapreguntar como una preadolescente). —Por supuesto.

La risa de Seungmin iluminó su rostro y le tendió la mano a Chan para que la tomara. —¡Date prisa, vamos!

El jugador de hockey tomó la mano sin dudarlo, en parte porque él tomaba cualquier oportunidad de sostener la mano de Seungmin y también en parte porque estaba jodidamente lloviznando y esperaba que Seungmin no estuviese en uno de sus estados de ánimo aventurero, porque Chan necesitaba estar en algún lugar seco.

Corazones Sobre Hielo |Chanmin|Where stories live. Discover now