Capítulo II

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Soy la hija pequeña y al parecer la oveja negra, mi familia es toda humana y muy clásica, todavía sigo recordando aquella época donde mi madre a cada vez que podía comentaba negativamente sobre mi ropa de vestir, mi estilo poco femenino o mi indiferencia hacia el amor y todavía más a los hombres.
-¿Cómo me veo mamá?- Le pregunté a mi madre, esperando algún halago.
-Humm...¿Realmente quieres una opinión?- Dijo con lentitud a lo cual yo me limité a asentir.
-Sigo sin entender a qué vienen esos sacos en tus piernas, con la de faldas bonitas que tienes, ¿y ese pelo de estropajo? Te tapa casi toda la cara, ¿Acaso ves?- Dijo mientras me analizaba cruelmente, sosteniendo una copa de vino en su mano.
-Mama...solo es ropa, y este es mi gust-
¿¡Que gusto es parecer un espantapajaros negro, un saco de patatas o una futura indigente?!
-¡Per-
-Nada de peros, que niña más malagradecida ¡Vete a tu cuarto!

Podía oler la horrible peste a alcohol que se escapaba por la comisura de sus labios, rendida y sintiéndome abatida, me fui sencillamente a mi habitación, aquel día era especial aunque dudo mucho que ella se acordará, ese era el 4 de Septiembre, el mismo día que cumplía 14 años desde que una alcohólica se fue de fiesta y se le olvidó el preservativo, aunque le daban igual las consecuencias.

Mi madre era una persona realmente peculiar. Nunca tuvo un empleo fijo, ya que estos le duraban menos que una copa de vino. Casi siempre la terminaban echando por mala conducta o por falta de interés en el trabajo. Por esto mismo, tampoco es que fuésemos asquerosamente pobres, pero los billetes no llovían.

Entre los trabajos que más le duraron están, cantante en un bar de alcohólicos sudorosos, con una media de edad de 52 y un peso medio de 98 kilos. El otro trabajo donde tuvo su momento de gloria fue como prostituta, al parecer uno de los motivos por los cuales mi padre nos abandonó.
Al parecer mi madre tenía un trastorno bipolar o depresión maníaca. Supongo que eso explicaba sus fuertes noches de lamentos y sus otras noches de felicidad máxima, ambas sin ningún tipo de motivo.

Uno de los pocos momentos donde sentí tener una madre fue en mi graduación de sexto de primaria.

-¡Mamá! Has podido venir, muchas gracias.- Dije mientras la abrazaba orgullosa, vestida con mi uniforme de recién graduada.
-No me seas tan dramática, si soy una buena madre.- Dijo apartando la mirada de mi, aunque por mucho que la cagase ahora, nada iba a quitar la alegría de que hubiese venido-
-Si, supongo- Dije indiferente mientras me emocionaba al ver que todas las luces del pabellón de mi colegio se apagaban.

Ahora era cuando iban a proceder con la entrega de diplomas a los alumnos que habían sobresalido en algunas ¿habilidades?, obviamente yo no obtendría ningún diploma, pero era divertido escuchar los discursos de los premiados, mientras lloraban a moco tendido y agradecían a sus mamas.

Todo estaba bien hasta que mencionaron el diploma a el "más sociable", este era un premio que se decidía mediante los propios alumnos, lo peor era que de normal lo ganaban los matones de las clases, lo cual no era para nada justo.
Estaba atenta y justo escuche aquel nombre del demonio
-¡Samuel Peréz!, ven a recoger tu premio- Dijo el director.

Aquel era un matón de primera, y en especial, conmigo. Cada vez que tenía la ocasión se metía con mi forma de ser, mi cuerpo y sobre todo, con mi madre. Todo desde la vez que en el día de la madre mi madre no vino y empezó a gritar que era una puta.

Mis piernas empezaron a temblar al ver a aquel castaño subir al escenario, con su cara triunfante y de superioridad de siempre.

Casi que le arrebató el micrófono al director y empezó a decir

-Este premio va dedicado a- vi como giñaba un ojo a uno de sus compañeros de fuera-...Camila la hija de la puta, gracias a ti las clases no son aburridas, eres muy maja siendo tan idiota, tanto como tu madre. Y la verdad sigo sin entender porque no trajiste correa el día de "trae a tu mascota", si al fin y al cabo eres la mascota de tu "mamá". Ay, espera, no te pongas a llorar, mejor llamo antes a tu mamá, ¿Cómo?¿Qué no va a venir? Que casualidad, solo ha pasado 12 veces este mes-

Mi debilidad 🥀Where stories live. Discover now