Nos largamos de aquí, parte 1

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Ya era medio día, hora en la que los rayos de sol iluminaban cada lugar donde llegaba, hora en la que los pueblerinos aún estaban seguros de la manda grimm, o al menos eso se pensó, pues ahora más que nunca los grimms se dirigían hacia el poblado, los grimms estaban más salvajes que nunca, y eso se demostraba a la perfección ya que los grimms literalmente estaban arrasando con todo lo que se les cruce en su camino, desde las pequeñas casas hasta las las edificaciones hechas con materiales más resistentes que no tardaron mucho en caer.

Y se preguntarán, ¿Por qué ahora se están comportamiento de esa manera?, Y la respuesta es sencilla, y es que las personas con ojos plateados habían escapado de la caverna en dónde estaban aprisionados, y era el trabajo de The Hound recuperarlos a cómo de lugar, aunque eso requiera destruir aquel poblado, cosa la cual estaba haciendo sin piedad alguna.

Los grimms se estaban encargando de destruir cada edificación con tal de encontrar lo que les pertenecia, pero no encontraban absolutamente nada, solo encontraban su aroma, lo que daba a entender que habían estado ahí con anterioridad.

Mientras que los grimms se encargaban de destruir aquel pueblo, a lo lejos de este estaba todo el poblado dirigiendose hacia otro lugar, con todas las cosas que pudieron tomar, entre algunas cosas que tenían consigo eran suministro, ropa, y demás cosas para que pudieran avanzar mientras que los grimms estaban distraídos.

Atrás del poblado estaba Saori quien cargaba a su hijo entre los brazos ya que este no había dormido del todo. Saori por unos instantes se detiene y da una mirada rápida del pueblo que estaban abandonando, ese había Sido su hogar desde hace 1 año desde que llegaron de forma accidental, quedándose atrapados ahí hasta que un dúo inusual llegó para ayudarlos.

—Buena suerte —les deseo Saori en sus pensamientos mientras volvía con los demás.

Mientras tanto en la otra cueva en el otro extremo del bosque, un pequeño grupo de las personas con ojos plateados se encontraba practicando y discutiendo sobre como ocultar su olor de los grimms, esto con el fin de cerrar la salida en cuanto los grimms pudieran ingresar a la cueva.

Mientras tanto el la entrada principal de la cueva, la dragona estaba entrando junto al rubio quien tenía en su espalda descansando ya que iba a necesitarlo en su 100 porciento, esto es así ya que el junto con los demás se había desvelado para armar un plan eficaz para hacer que los grimms no sigan a los pueblerinos, pues una vez que los grimms se dieran cuenta de que no estaban en el pueblo seguirían el rastro de los pueblerinos, por lo que se tenían que asegurar de tenerlos ocupados el tiempo suficiente para que los pueblerinos se vayan hacia un lugar donde pudieran conseguir ayuda.

La dragona finalmente llegaría hacia el interior de la caverna luego de pasar por un inmenso túnel, por lo que baja al rubio y lo comienza a agitar gentilmente para que pudiera despertar, cosa la cual consigue, por lo que una vez despierto procedió a tomar su arma y seguir con el propósito que ambos iban a hacer.

Jaune y Tohru cómo aquella primera vez que entraron recorrieron el lugar e iluminar el techo de la caverna, viendo así que habían en esta ocasión un total de 7 capullos los cuales colgaban encima del lago de alquitrán que había ahí, cosa la cual extraña a ambos ya que ayer habían menos capullos en ese lugar.

Ambos decidieron ignorar eso y seguir rodeando el enorme lago de alquitrán.

–Jaune, ¿Por qué nosotros solos hemos venido a aquí? –le pregunto la dragona a su compañero con algo de confusión.

–No se cómo lo planteen de dónde vienes, pero si te ven utilizando tu magia será muy perjudicial para ti ya que nadie puede hacer algo así aquí –le explico el rubio.

Jaune-san Chi No Maid Dragon. (Volumen 1)Where stories live. Discover now