Jaquecas

274 21 25
                                    

Pasó mucho tiempo, ikik, lo siento. Pero ya estamos de regreso con un pedacito para que nos actualicemos👀!!


Narrador Omnisciente.

Lexy y Nadine entraron a la habitación, en pocas horas oscurecería. El fuerte y asqueroso olor que provenía de la sangre debajo de la manta se había expandido por la mayor parte de la habitación.

—¿Dónde está Emma? –preguntó la pelirroja mientras tiraba algún tipo de limpia vidrios aromático.

—No lo sé –contestó mientras caminaba hasta el ventanal, corriendo la cortina para procurar que Emma no estuviera en el patio–. Por las noches sale, ¿lo sabías?

—No lo creo –hizo su cabeza a un lado– ¿Es sonámbula?

—No –dijo repasando otra vez los arboleados–, no sé por qué lo hace, a veces no vuelve hasta la mañana. No quiero preguntarle, pero ¿crees que debería preguntarle a Jake, o quizás Devon?

—Creo que con todo lo que pasa aquí es mejor tener comunicación.

Lexy asintió, definitivamente la necesitaban.

(...)

El tono seguía sonando, pero Emma nunca contestó las llamadas. Lexy ya no sabía qué hacer, apenas pudo conseguir un tiempo con Devon se lo hizo saber.

—Nadie la está pasando correctamente bien –dijo el chico–, probablemente solo se escondió o salió a tomar aire.

—¿Por un día entero? –Nadine hizo una mueca– No lo creo. Sería mejor si salimos a buscarla.

—Debemos traer a Jake –avisó Lexy, Devon la detuvo.

—No nos hará caso, sigue estancado con la idea del buen Chucky.

—Bueno, tampoco podemos dejarlo –contraatacó.

—Puedo quedarme con él –Nadine ofreció–. Confió en el buen Chucky, además no quiero correr demasiado peligro si buscamos a Emma y eso no sale bien.

Ambos chicos la miraron entre confundidos y serios. Decidieron dejarlo pasar.

—Aún así debemos hablarlo –sugirió Lexy.

[...]

Emma.
(desde el momento del accidente)

Me desperté de un sobresalto, provocando que toda mi espalda sea golpeada por algo duro. De a poco abrí correctamente los ojos, notando que estaba -lo más seguro- en medio del bosque, atada al tronco de un árbol.

Intenté moverme y zafarme, pero no lo logré. Quise gritar por ayuda, pero una risa familiar sonó detrás de mí.

—Hola, Emma –dijo uno de los Chuckys– ¿Cómo dormiste?

—Puedes irte bien a la mierda, ¿lo sabes?

El muñeco simplemente rió. De manera lenta sacó de detrás suyo un cuchillo. Mi estómago se revolvió, negué varias veces.

—Solo detente –pedí, acercando mis piernas más a mi torso al ver como se me acercaba–. No lo hagas, solo--

En un abrir y cerrar de ojos él se cortó su brazo, dejando allí una profunda herida.

—¿Qué estás haciendo? –dije aún más asustada que antes.

—¿Ni siquiera lo notaste, verdad? –rió. Solo pensé en lo lejos que debíamos estar para que ni una persona lograra escucharnos.

—¿Notar qué? ¿Qué quieres?

—Él casi lo logra.

—¿Quién? –el muñeco rodó los ojos– ¿Chucky? Chucky, ¿qué... qué logró?

—Casi logra apoderarse de tu débil cuerpo.

—¿Qué? No, no, él nunca pudo, ¿de qué hablas?

—Estuvo muy cerca. Más cerca de lo que piensas –dijo el muñeco con una sonrisa siniestra, pero rápidamente se desvaneció–. Verás, el ritual que Chucky intentó completar requería un sacrificio, y tú eras el elegido. La única razón por la que no tuvo éxito fue porque alguien lo interrumpió, y quedó a medias.

—Qué estás... no –negué con la cabeza, intentando convencerme que todo eso era una simple mentira más–, él no pudo hacerlo.

—Él te marcó –dijo a la vez que soltaba una vaga risa–. Cada vez que veas sangre ahora, te desmayarás. Es un efecto secundario del ritual –murmuró–, se suponía que te convertirías en él, pero como el sacrificio no se completó, tu cuerpo está rechazando la transformación. Tienes suerte, en cierto modo. Sigues siendo tú, por ahora.

Me moví, intentando quitarme la atadura que me mantenía pegada a aquél árbol.

—No, no, esto no puede estar pasando –murmuré para mí mientras movía la cabeza con incredulidad.

—Pero está sucediendo. Y seguirá sucediendo. A menos que encuentres una manera de romper la maldición que Chucky te puso. Pero dudo que puedas hacer eso. Después de todo, él es un ser muy poderoso. Y tú, querida, eres solo una simple humana.

Él comenzó a irse hacia los lados, en cierto punto sentí como la soga que había sobre mi aflojaba su fuerza hasta caer a los lados. Me levanté rápidamente.

—Podría mostrarte este cuchillo o esta herida y caerías nuevamente al suelo –rió–. Pero él aún no nos deja acabar contigo.

—Esto acabará –dije en un hilo de voz a la vez que me alejaba a paso lento de él–. Yo misma me encargaré de que esto acabe.

—No te preocupes, él no se rendirá tan fácilmente. Todavía está ahí afuera, esperando el momento adecuado para atacar de nuevo. Y la próxima vez, será aún más fuerte.

Mi corazón comenzó a acelerarse cuando me di cuenta de la gravedad de la situación. Chucky todavía estaba vivo, todavía estaba ahí fuera y todavía estaba decidido a poseerme.

Me di la vuelta y corrí, tropezando con mis propios pies mientras trataba de escapar de la voz burlona del muñeco. Cuando atravesé ya varios árboles, supe que nada sería igual. Chucky me había marcado, y no había nada que pudiera hacer para cambiar eso.

Me detuve al sentirme alejada de todo, pero aún habían árboles y el sonido de ramas chocando entre ellas por el viento. Mi cabeza dolía, mis ojos ardían y mi pecho se sentía con un peso y dolor inexplicable.

Cuando recuperé el aliento y miré a mi alrededor. Chucky todavía estaba por ahí, y tendría que estar en guardia en todo momento. Pero que mierda, después de todo lo que pasamos, yo estaba lista para él.

Enfrentaría mis miedos y saldría vencedora, esta vez lo haría. Ya había pasado suficiente mierda, y sin importar lo que pasara, siempre fui y sería capaz de defenderme del mal que acechaba en las sombras.

Si así serían las cosas, bien. Yo ya estaba lista para terminar de una vez por todas con ese infeliz.

Maldito muñeco /Jake Wheeler x Tú ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora