Los Everdeen-Mellark (Los Juegos del Hambre)

Parte 3: Una caja llena de recuerdos

Por la mañana me siento resolutiva. Mis hijos deben saber lo que nos pasó, es parte de nuestra historia y de la suya propia, así que haré lo que haga falta. Será duro, lo sé, pero no será la primera vez que lo vea y me temo que tampoco la última. Así mismo se lo cuento a Peeta por la mañana.

- Me alegra que te lo tomes así –dice mientras sirve platos y yo voy colocando las servilletas.

- Sí, no puedo dejar que esto me venza -él asiente.

- Solo hace falta saber de dónde sacar el material –lo pienso un poco.

- Haymitch no tendrá nada, ¿verdad? –Peeta se ríe.

- Me sorprendería mucho si así fuera.

- Ya... –respondo pensativa.

- ¿Y si llamamos a Effie? –oh, esa es una buena idea.

- Quizás sea la única persona que guarde ese tipo de cosas. En su día nos envió las cintas de los juegos anteriores, ¿no?

- Sí, solo hace falta descubrir si aún conserva algo.

Cuando llamamos a Effie para preguntárselo lo primero que hace es echarnos la bronca por no llamarla más a menudo, y lo segundo que hace es hacerse de rogar. Dice que algo tiene, que quizás pueda conseguirnos algo, que si es por Dandelion quizás haga un hueco en su apretada agenda para ayudarnos... pero antes de colgar nos dice con bastante buen humor que estemos atentos al correo.

Al cabo de unos días nos llega una caja bastante grande a nombre de Dandelion y Josh. No sé exactamente qué habrá dentro pero me temo que ese "algo que tenía" Effie es bastante más que un simple "algo". Colocamos la caja en el comedor y cuando vuelven del colegio, los dos niños se abalanzan hacia ella como polillas atraídas a la luz.

- ¿Qué es? –nos pregunta Dandelion emocionada.

- ¿Por qué no lo averiguas tu misma? –le dice Peeta con una sonrisa. Dandelion tarda medio segundo en arrancar el precinto y abrir la caja. Josh se acerca con curiosidad.

- ¡Una nota de Effie! –dice. Despliega el papel y lee en voz alta– "Guardé todo esto para tus padres, pero ellos nunca quisieron aceptar lo que era suyo. Me alegra saber que al menos tú, querida Dandelion, los ves como verdaderamente son: unos vencedores" –Dandelion levanta la vista– ¡Dice que sois unos vencedores!

- Sí... bueno... ella siempre nos insistió mucho con eso, pero la verdad es que nunca nos sentimos así –digo incómoda. Peeta asiente.

- Supervivientes sí, pero vencedores nunca –Dandelion devuelve la vista al papel.

- "Espero que tanto tú como Josh estéis bien, os envío todo mi cariño y espero tener noticias vuestras pronto. Postdata: no mires los vídeos sin que estén tus padres delante."

- Qué considerada –se ríe Peeta. Dandelion aún no sabe lo que contiene la caja pero creo que empieza a sospecharlo. Da pequeños saltitos de emoción.

- ¿Es demasiado tarde para abrirla nosotros primero? –digo preocupada. Quizás hubiera sido mejor echarle una ojeada antes, porque a saber qué nos ha enviado...

- Sí, demasiado tarde –me confirma Peeta.

- ¡AAAARGH! –grita cuando saca el primer artículo. Es la foto que había visto de nosotros en su libro pero no tiene nada que ver. Está a todo color, la imagen es nítida y parece que las llamas estén vivas de verdad. Dandelion la coge y empieza a dar saltos de alegría.