Colisión

1.2K 155 132
                                    

Dedicado a: Chirlandri Marimar207💖💖

Nuevamente Aziraphale se despertó con el alba, le daba más tiempo de hacer sus tareas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nuevamente Aziraphale se despertó con el alba, le daba más tiempo de hacer sus tareas.  


Era día de cepillar a los caballos. Azael había sido su yegua antes de que Gabriel le quitara todas sus pertenencias, ahora pertenecía a Michel, quien le había gustado su hermoso pelaje blanco como la nieve, aunque el animal aún prefería la compañía de Aziraphale, solía darle problemas a su nueva dueña cada vez que quería montarla. Mensajero era el potro de Gabriel y Alazán el de Uriel, pero los tres disfrutaban de la compañía de Aziraphale, pues los bañaba, cepillaba, les daba heno fresco y de vez en cuando colaba terrones de azúcar y manzanas para ellos.

Era una suerte que hoy la familia Arch hubiera salido a pasear y tuviera toda la tarde para él, así que sacó a los caballos. Normalmente sería sumamente difícil controlar a tres caballos al mismo tiempo, pero el joven solo tenía que silbar y ellos respondían en seguida, aparte no se alejaban mucho, así que los dejaba pastar a sus anchas lo que ellos quisieran, solo les echaba el ojo por si alguien querría robarlos en caso de verlos sin aparente dueño.

Fue hacia una pradera que quedaba cerca de su casa, una colina desde donde podía verse el castillo y parte del pueblo. Azael no paraba de seguirlo y él se sentía alagado, aún tenía ese vínculo con su yegua, un regalo de su madre.

Cuando de repente escuchó el grito de un niño y un galope. Volteó de donde venía el ruido y efectivamente, había un niño montado en un potro fuera de control.

Sin pensarlo dos veces, se montó en Azael y galopó a toda marcha hacia el niño, rogando que no pasara algo en el lapso que tomara alcanzarlo.  Notó que se trataba del niño de las manzanas, pero no tenía tiempo para preguntarse que estaba haciendo sobre un caballo descontrolado. Intentó alcanzar las riendas, cuando de repente, una figura encapuchada apareció del otro lado del niño.

-¡Warlock, salta!- Gritó la voz.

-¡No puedo!- Gritó el niño, aferrándose al caballo.

-¡Estarás bien, solo salta!- Lo animó Aziraphale.

Cerró los ojos y el niño saltó hacia el desconocido, al tiempo que Aziraphale tiraba de las riendas del otro caballo y se ayudaba del suyo para controlarlo y reducir la velocidad.

Una vez se calmaron las cosas, Aziraphale pudo ver al extraño, que al quitarse su capucha revelo una cabellera roja.

-¿Estas bien Warlock?- Le preguntó al niño.

Ángel De Ceniza [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora