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6 de Junio de 2022

Ordeno mis cosas y reviso toda la habitación para no dejar nada olvidado, hoy se termina la concentración de la selección argentina, después de las dos fechas de junio, primero contra Italia y ayer contra Estonia, partido que salió 5 a 0, a favor nuestro.

Por esa razón, hoy cada uno vuelve a su país de residencia, en este caso voy a pasar unos días con toda mi familia en Francia, voy a Estados Unidos para una sesión, paso por Barcelona a ver mi apartamento y vuelvo a Paris para el cumpleaños de Lionel.

La selección recién vuelve a reencontrarse para la dos fechas de septiembre contra Honduras y Jamaica, despues una fecha más en Noviembre contra Emiratos Árabes y de ahí se viene el mundial. Parece poco tiempo pero en realidad falta muchísimo y además el tiempo no avanza más.

Termino de guardar mi ropa en la valija, hago un poco de fuerza para poder cerrarla, cuando ya está la bajo al piso y la dejo a un costado. Guardo mis productos de skincare y demás en mi bolso de mano y lo dejo listo para irme.

En realidad el avión de mi hermano va a estar listo para partir en cuatro horas así que me recuesto en la cama y reviso mis redes sociales, veo algunos tiktoks, y aunque no suelo consumir mucho esa red social me entretengo un rato.

Siento algunas voces por el pasillo y dos segundos después tocan mi puerta, suspiro, es obvio que vienen a molestarme a mi, como hacen siempre que están aburridos. Dejo mi celular en la cama y me levanto a abrirles.

–¿Y ustedes que hacen acá?– miro a todos, mucha bola no me dan porque entran a la habitación riéndose.

–Nuestro avión sale en un par de horas, no sabíamos que hacer y Lautaro tiró la idea de venir a molestarte– se adueñan de la habitación como si fuese suya.

Papu se sienta en uno de los sillones y prende la televisión, Paulo se acuesta, por no decir que se tira, boca abajo en la cama y nos mira a los demás, Lautaro y Julián son los últimos en entrar junto con Paredes.

–Ah bien, encima se adueñan de mi habitación– Leandro me tira un almohadón que por suerte logro atajar.

–Te vinimos a ver y te quejas– dice Papu, ruedo los ojos.

–Yo no pedí que vengan– me siento en la cama, Pau me mira y sonríe.

–Perdón, me obligaron– lo dice despacio para que los chicos no lo escuchen.

–Mentiroso– comenta Lautaro, es el único que si escucho, se sienta al lado de Alejandro.

Se acomodan en los sillones, en la televisión reproducen una película que no tengo idea de como se llama y se ponen a verla, sí, teniendo sus propias habitaciones, vienen a molestarme a mi.

–¿Agustina y la bebé?– le pregunto a Lautaro, me mira.

–Volvieron con la familia a Italia, su vuelo salió hace rato– asiento, con razón está acá.

Todos se entretienen viendo la tele, yo hago lo mismo con mi celular, cuando me canso de la posición en la que estoy, me recuesto, no puedo estirarme porque Julian está en los pies de la cama, utilizando la almohada que hace un rato Lean me lanzó, Pau se está quedando dormido al lado mío.

Al principio dudo, pero estiro un poco mi brazo y le acaricio el cabello con mi mano derecha, como hacía antes, abre sus ojos, me mira y sonríe tiernamente, extiende su brazo, retira mi mano de su cabeza y juega con mi mano, esa mínima acción hace que mi cuerpo entero entre en colisión, siento una sensación en el estómago que hace mucho no sentía.

Observo nuestras manos prácticamente entrelazadas y después a él, sigue acostado boca abajo a mi lado derecho, tiene la cabeza apoyada en uno de sus brazos, su mano libre no se mueve, la deja junto a la mía, satisfecho por lo que acaba de hacer, vuelve a cerrar los ojos y esta vez si se duerme.

Forever | Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora