141

743 135 46
                                    

A partir de mi vuelta a Argentina todo parece empeorar y ponerse más difícil. Me hago estudios, los valores de anemia siguen bajos pero ya no como antes, las hormonas por suerte están dentro de todo bien, pero no hay avances.

-Es mejor dejar de intentarlo, por lo menos por unos meses- el mundo se me viene encima-. Los voy a derivar con un psicólogo de confianza que se encarga de tratar estos temas...

-¿No hay ninguna otra solución?- pregunta Pau a mi lado.

-Sí, las hay, pero en el estado de Agustina es mejor descansar por un tiempo, el estrés y la ansiedad no van a ayudar en nada- las lágrimas no dejan de salir y cada vez caen con más intensidad-. Les voy a estar mandando el número de Christian por si quieren intentarlo, la decisión de todo la tienen ustedes, acompañado de eso, les dejo una lista de las mejores clínicas de fertilidad para que lo tengan en cuenta en un futuro si es que lo necesitan.

-Gracias- responde mi novio, sin soltarme la mano ni un segundo-. Nos mantenemos en contacto- la doctora se despide y Pau corta la video llamada.

Lo primero que hago es girar mi cabeza para poder mirarlo, cuando nuestros ojos conectan, rompo en llanto, lanzandome en sus brazos, buscando reconfortación, buscando sostén

Me sostiene como siempre lo hizo desde el principio, me rodea con sus brazos, los cuales son mi hogar y mi lugar seguro desde el primer día, aquellos que siempre estuvieron para mí y lo van a seguir estando.

-Ya está amor, ya está- me acaricia la cabeza.

(...)

Los comentarios, las opiniones, la presión social, todo se va juntando y se va acumulando de a poco, hasta el punto en el que todo estalla, como si se tratara de una bomba atómica, capaz de destruir todo y yo me encuentro de nuevo en el medio de esa explosión, todo se vuelve negro y todo me atormenta.

Son días y semanas sin salir de la cama, días enteros de soledad, porque tampoco es que Paulo puede estar encima mío cuando el tiene sus propias necesidades y cosas que hacer, igual trata de acompañarme y estar a mi lado cada vez que lo necesito y nos necesitamos mutuamente.

Noches eternas de insomnio en donde los pensamientos no se quedan en silencio jamás, ni un solo segundo. Noches en donde quiero gritar hasta que se me desgarre la garganta porque ya no tolero lo que me está pasando. Son días y noches enteras de sufrimiento, llanto, dolor, ansiedad, ataques de pánico, noches en las que solo quiero dejar de existir.

(...)

Cuando la cabeza está mal y hay emociones que no salen del cuerpo, que no las expresamos, empiezan las pesadillas y los pensamientos negativos.

Todos los días las pesadillas se apoderan de mis noches. No me dejan dormir, a veces me levanto gritando y despertando a Paulo en el proceso, otras me quedo inmóvil sin poder moverme.

Algunas son sobre las pérdidas y revivo todo lo que sentí y viví esos días, en las primeras veo a una Agustina más joven con muchos miedos e inseguridades, recién enterada de que va a ser mamá y a los pocos días triste y sin un pedacito de ella.

En las segundas, aparece Paulo, nos veo perdidos, desorientados, con miedo, me veo en el auto sin poder aguantar el dolor, siento como mi cuerpo me pide ayuda a gritos.

Y después aparece una nueva, estoy en un lugar oscuro, el suelo bajo de mis pies es húmedo y frío, estoy descalza, por más de que intento ver, no distingo nada. Entonces sucede algo nuevo, una risita retumba por todo el lugar acompañada de balbuceos felices. Es un bebé.

Empiezo a correr, siento como las ramas de los árboles rasguñan y lastiman mis pies, varias veces casi pierdo el equilibrio pero sigo corriendo detrás de esa risa que parece alejarse cada vez más.

Forever | Paulo DybalaWhere stories live. Discover now