15- Sabías...

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-Me canso...

-No hemos ni siquiera llegado a la mitad del camino, ¿cómo que ya estás cansada?

-Lo estoy y listo, no me...

Oigo un fuerte sonido, y al mirar detrás de mi la veo desparramada en el suelo.

¡Que había hecho!

Tiempo más tarde estoy acá en un lugar lleno de cruces, a ella debió de costarle mucho estar sola todo este tiempo, lo sé porque la conocía y porque además era yo quien estaba a cada momento en el que sus miedos la superaban y uno de ellos eran precisamente la soledad y ya había pasado tanto tiempo sola, tanto tiempo alejada de su vida, de todo lo que habíamos construido que el solo hecho de recordarla me hacía estremecer la vida.

-La soledad no me sienta bien, cariño- digo esperando a que como en las películas, ella estuviese por ahí merodeando cómo dándome la bienvenida- pero eso ya lo sabías verdad, ya sabías que sin ti no sería nadie en este mundo, también sabías que aunque encontrara a alguien más, tu recuerdo estaría latente y claro que sí, sonreiría un millón de veces junto a ella pero siempre deseando que me perdonaras por hacerlo. Sí, se que sabías que te llevaría a una estúpida cosa cursi como solías llamar a mis sorpresas para ti y también que te dejaría detrás y que si lo que pasó pasaba, no podría verte en tu peor estado, y no sabes cuánta rabia acumulo por eso. Sabías también que buscaría a una niña que se pareciera a lo que posiblemente procrearíamos tu y yo, para sellar con oro lo que tanto habíamos soñado, gracias por poner a Sophía lo más cerca posible de nuestro libro favorito, pero no te contaré la historia porque se que la viviste con la misma intensidad que yo. ¿Sabes que ella habla de su madre con el mismo cariño que si te hubiese conocido por años?
Se que sabías que yo me volvería esto- me apunto con las manos- pero se que hay algo que no sabias- me tomo la libertad de gritarle al viento- y es que yo, mi amor, aunque todos crean que estoy loco y aunque ese doctor me lo repita miles de veces, que todo esto debe de acabar, estoy más cuerdo que nunca, uno porque tu cercanía me sienta de maravillas y dos porque aún hay "cosas" cómo Sophía que me obligan a permanecer con los pies en el suelo y porque aún me falta descifrar cuántas más cosas ya sabías antes de tu muerte... ahora sí me disculpas, hay un cumpleaños que debo celebrarle a nuestra hija. Pero si, vendré a cada que descifre más cosas de ti, y si... tú que lees esto piensas lo mismo que mi doctor, te vendría bien olvidar que hablé de él y tomarme un poco más en serio, de verdad, necesito más gente que crea en mi, necesito más gente que crea que puedo con esto, que crean, carajo, que estoy bien.

Historias de un amor ©Where stories live. Discover now