Epílogo

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"All your dreams are made of Strawberry lemonade and you make sure I eat today you take me walking to where you played when you were young".

♪♪♪♪

[Casi dos años después]

La mañana de ese 25 de diciembre era tan helada como de costumbre en la ciudad de Seúl, y además de ser navidad también era el cumpleaños número 5 de Binnie. Este año decidieron pasar solamente los tres las festividades pero tenían planeado más tarde ir a lo de Clare a festejar junto a su cachorro.

El sol se escondía detrás de las densas nubes grises, y la claridad del día se filtraba en la habitación de Rosé y Lisa, siendo que la alfa se encontraba boca arriba con una durmiente omega sobre su pecho, las mantas por encima de ambas creaban el perfecto ambiente cálido entre ambos cuerpos.

Estos dos años habían sido más que fenomenales, habiendo afianzado su relación. Rosé amaba a su omega y Lisa amaba a su alfa, Binnie amaba a sus madres y ellas a él.

La novedad radicaba en que, ahora, Binnie era oficial y legalmente Manoban ChangBin Park. Luego de un proceso de adopción, Rosé se había convertido en su madre legalmente y ahora llevaba su apellido.

Primeramente, cuando Lisa le dijo que era momento de plantearse la posibilidad, si ella quería, de ser su madre ante la Ley por supuesto que Rosé no había dudado ni un segundo en aceptar. Decidieron hablarlo con Binnie y explicarle porque si bien este era muy pequeño cuando sucedió, el cachorro entendía mucho más de lo que uno podría esperar para alguien de su edad.

— El mismo apellido que mamá— Murmuró cuando se lo dijeron y Rosé podía sentir sus ojos arder.— ¡Quiewo ser Park como mamá!

Y así fue, un par de meses después allí estaban, con una nueva acta de nacimiento que incluía el nombre de Lisa y Rosé como sus madres, y en ese momento sí que la alfa había llorado inevitablemente, la emoción y alegría consumiendo su interior porque al fin el mundo sabría que Binnie le pertenecía. Era su cachorro.

Los llevó a almorzar y tomar helado para celebrar.

←→

El teléfono celular de Rosé comenzó a sonar en la mesa de noche, haciendo que la pareja gruña por lo bajo.

Lisa se despertó primero, viendo que su esposa no realizó ningún movimiento para atender.

— Rosie, atiende el teléfono— Murmuró, pero Rosé seguía durmiendo.

A veces Lisa la envidiaba porque podía dormir aún cuando había ruidos fuertes, en cambio ella tenía el sueño muy ligero. Gruñó, estirando su cuerpo y siendo ella quien tomara el celular en sus manos.

— Ouch— Se quejó Rosé por el peso extra sobre su cuerpo, haciendo que abra un ojo y viera a su esposa con el teléfono en la oreja.

— Hola— Contestó Lisa.— Sí, es su celular. Soy su esposa... Sí, Lisa— La Alfa la vio sentarse más regida en su lugar, abriendo los ojos grandes y asintiendo con la cabeza.— Por supuesto Minyoung. Sí, sí. Tengo que hablar con Rosé, pero estaríamos dispuestas— Aseguro. Cuando Rosé escuchó ese nombre también se sentó, repentinamente el sueño se había ido.— Podemos ir enseguida ¿Estarás allí? Oh, bien. Adiós.

Lisa se quedó en silencio, mirando la pantalla del celular varios segundos. Rosé sentía los nervios comer su estómago.

— ¿Qué sucedió? Era Minyoung..¿Qué..?

Lisa giró el rostro hacia su alfa, y una sonrisa apareció en sus labios.

— Min me acaba de decir que hay dos niñas huérfanas. Se encuentran en el hospital, y ella pensó en nosotras... Quiere saber si estamos dispuestas a recibirlas.

A Christmas baby ∆ Chaelisa Where stories live. Discover now